La habitación estaba sumida en una tenue penumbra cuando Eric se despertó, su mente todavía nublada por el sueño y la confusión. Al girar la cabeza, sus ojos se posaron en Bruce, quien yacía dormido a su lado. La luz del amanecer se filtraba tímidamente a través de las cortinas entreabiertas, iluminando débilmente la habitación. Observó a Bruce, sin camisa pero con pantalón, el cierre abierto y la correa a un lado de la cama. Al mirarse a sí mismo, notó que aún llevaba puestos sus boxers. Entonces, los recuerdos de la noche anterior asaltaron su mente, y un grito de horror escapó de sus labios mientras se desplomaba de la cama, sacudiendo a Bruce de su sueño.
ERIC: ¡Dios mío, Bruce, lo siento! ¡Lo siento tanto! -Eric balbuceaba entre lágrimas, arrodillado al borde de la cama, con los ojos llenos de angustia mientras imploraba perdón-
Bruce, todavía aturdido por el repentino despertar y confundido por la expresión de desesperación en el rostro de Eric, se incorporó con cuidado, sintiendo dolor en las piernas y las caderas. Extendió una mano hacia Eric, buscando ayudarlo a levantarse del suelo.
BRUCE: Tranquilo, Eric, tranquilo -murmuró Bruce con voz suave, su corazón lleno de compasión por la angustia de su amigo- ¿Qué sucede? ¿Por qué estás tan alterado?
Eric luchaba por encontrar las palabras adecuadas, su mente atormentada por la vergüenza y el remordimiento.
ERIC: Anoche... lo que pasó... lo siento, Bruce. Fui un idiota. No sé qué me pasó.
Bruce frunció el ceño, confundido por la confesión de Eric.
BRUCE: ¿Qué quieres decir con 'lo que pasó'? ¿De qué estás hablando?
ERIC: ¡Lo que hice, Bruce! ¡Te forcé! ¡Te obligué a hacer algo que no querías! -Eric sollozaba, su voz quebrada por la culpa-
Bruce se quedó perplejo por un momento antes de que el entendimiento se abriera paso en su mente. Con suavidad, rodeó a Eric con sus brazos, tratando de calmar su agitación.
BRUCE: Eric, escúchame. No me forzaste a hacer nada. No pasó nada que yo no quisiera
Las palabras de Bruce apenas parecían penetrar la neblina de autoacusación que envolvía a Eric, pero su tacto reconfortante comenzaba a surtir efecto. Lentamente, las lágrimas comenzaron a ceder, aunque la vergüenza aún pesaba sobre él como una losa.
Mientras Eric miraba a otro lado, tratando de evitar el contacto visual con Bruce, este último suavemente tomó la mejilla de Eric, obligándolo a mirarlo directamente a los ojos. Sin apartar la mirada, Bruce le confesó a Eric lo que sentía:
BRUCE: Eric, te amo. No importa lo que haya sucedido la noche anterior, eso no cambiará lo que siento por ti.
Antes de que Eric pudiera articular una respuesta, Bruce cerró la distancia entre ellos y lo besó suavemente. Los labios de Bruce se encontraron con los de Eric en un gesto lleno de amor y comprensión, transmitiendo un mensaje de perdón y aceptación.
Eric se dejó llevar por el beso, sintiendo una mezcla de emociones abrumadoras. La ternura y el cariño que emanaban del gesto de Bruce lo llenaban de esperanza y consuelo. En ese momento, todas las dudas y temores de Eric se desvanecieron, reemplazadas por una sensación de paz y conexión.
Después del beso, Bruce y Eric se quedaron en silencio por un momento, perdidos en el calor reconfortante de su abrazo. No había necesidad de palabras; el amor que compartían hablaba por sí mismo.
Finalmente, Bruce rompió el silencio con una sonrisa suave y cálida.
BRUCE: ¿qué te parece si nos levantamos y preparamos el desayuno juntos? Creo que necesitamos un buen café para empezar el día.
Eric asintió con una sonrisa, agradecido por la oportunidad de compartir un momento íntimo y normal con Bruce. Juntos, se levantaron de la cama y se dirigieron a la cocina, donde comenzaron a preparar el desayuno con una camaradería renovada.
Mientras el aroma del café recién hecho llenaba la habitación, Bruce y Eric compartieron risas y conversación, disfrutando de la sencilla alegría de estar juntos. A medida que el sol se elevaba en el cielo, iluminando el comienzo de un nuevo día, los dos hombres sabían que el camino por delante sería desafiante, pero también lleno de promesas y posibilidades.
Juntos, enfrentarían lo que sea que el destino les deparara, con el corazón abierto y la esperanza en sus almas. Porque en ese momento, en esa simple cocina, Eric y Bruce habían encontrado algo que valía la pena luchar. Habían encontrado el amor.
Y con esa certeza en sus corazones, continuaron adelante, listos para enfrentar cualquier desafío que el futuro les deparara. Porque mientras estuvieran juntos, sabían que podían superar cualquier obstáculo.

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Ecos Del Corazón
RomansaEric y Bruce tocan en una banda KISS juntos desde hace tiempo. Mientras Bruce es el tipo de persona que puede saltar del bote y mostrarse, Eric se protege, se esconde detrás de una cortina de duda. Todo cambia una noche después de un concierto, cua...