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Así pasaban los días, y Eric mejoraba lentamente hasta que finalmente lo dieron de alta. Bruce, decidido a cuidar de Eric en todo momento, lo llevó a un departamento que había comprado recientemente.

Al llegar, Eric miró alrededor, impresionado por el lugar. Con una sonrisa cálida, se giró hacia Bruce y lo abrazó con fuerza.

ERIC: Gracias por todo, Bruce. No sé qué haría sin ti.

BRUCE: No tienes que agradecerme, amor. Estoy aquí para ti, siempre.

Bruce ayudó a Eric a acomodarse en el nuevo hogar, asegurándose de que todo estuviera en su lugar y que Eric se sintiera cómodo. A pesar de los momentos difíciles, ambos estaban determinados a construir una vida juntos, llena de esperanza y amor.

Con el tiempo, la salud de Eric continuó mejorando. Bruce se aseguró de que Eric siguiera todas las indicaciones médicas, y juntos encontraron momentos de alegría y normalidad en su nueva vida. Las cicatrices de las dificultades que enfrentaron eran profundas, pero su amor era más fuerte, y cada día era un nuevo comienzo.

Una noche, Bruce estaba abrazando a Eric por la cintura mientras ambos dormían profundamente. Sin embargo, Eric comenzó a sentirse mal; su respiración se volvió errática y entrecortada, y una sensación de pánico se apoderó de él. Despertó de repente, encendiendo la lámpara de la mesita de noche y despertando a Bruce.

BRUCE: ¿Qué pasa, amor? -preguntó Bruce, alarmado al ver la expresión de miedo en el rostro de Eric-

ERIC: No puedo... respirar bien. Me siento... raro.. -dijo Eric, su voz temblando por el miedo y la dificultad para respirar-

Bruce se levantó rápidamente, tratando de calmar a Eric mientras evaluaba la situación.

BRUCE: Tranquilo, respira despacio. Vamos a llamar al médico. -dijo Bruce, mientras buscaba su teléfono para hacer la llamada de emergencia-

ERIC: Tengo miedo, Bruce... -dijo Eric, con lágrimas en los ojos-

BRUCE: Estoy aquí contigo. Todo va a estar bien... -respondió Bruce, sosteniendo la mano de Eric con fuerza-

En cuestión de minutos, una ambulancia llegó al departamento y los paramédicos atendieron a Eric. Bruce no se separó de su lado ni un momento, apoyándolo y asegurándose de que recibiera la mejor atención posible.

La noche transcurrió en el hospital, con Bruce a la cabecera de Eric, esperando ansiosamente cualquier noticia sobre su estado de salud.

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