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Eric se levantó y vio a Bruce abrazándolo, aún dormido. Quiso acariciar el cabello de Bruce, pero al estirar su brazo, sintió un dolor agudo en sus heridas. El pequeño chillido que soltó despertó a Bruce, quien se incorporó rápidamente en la cama, preocupado.

BRUCE: -tocando suavemente los brazos de Eric- ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?

Eric sonrió al ver la preocupación en el rostro de Bruce.

ERIC: Estoy bien, de verdad. Solo fue un pequeño dolor. No te preocupes tanto.

Bruce, sin embargo, no estaba del todo convencido. Le dio un beso a Eric y sugirió con seriedad.

BRUCE: Deberíamos ir al hospital para asegurarnos de que todo está bien.

ERIC: -negando con la cabeza- Estoy bien, en serio. No hace falta. Mejor, ¿por qué no pedimos el almuerzo a la habitación y pasamos un rato tranquilo juntos?

Eric empezó a juguetear con el cabello de Bruce, intentando calmar su preocupación. Bruce, con una sonrisa pícara, agarró a Eric por la cintura, riéndose mientras lo abrazaba y besaba.

BRUCE: Está bien, como quieras. Pero si sientes cualquier dolor, me lo dices, ¿de acuerdo?

ERIC: Lo prometo.

Bruce pidió el almuerzo a la habitación mientras Eric se acomodaba frente a la televisión, buscando algo interesante para ver. Bruce se metió en la ducha, disfrutando del agua caliente, cuando sonó la puerta.

Eric se levantó y abrió, recibiendo el almuerzo. Colocó la bandeja en la mesa y llamó a Bruce.

ERIC: ¡Bruce! ¡El almuerzo ha llegado!

Bruce salió del baño, secándose el cabello con una toalla. Se acercó a la mesa y sonrió al ver la comida.

BRUCE: Perfecto. Vamos a disfrutar de esto.

Ambos se sentaron y comenzaron a comer, disfrutando de la tranquilidad de la habitación y la compañía del otro. Mientras comían, Eric no pudo evitar sentirse agradecido por tener a Bruce a su lado, cuidándolo y preocupándose por él. A pesar de las dificultades, se sentía afortunado de tener a alguien que lo amaba incondicionalmente.

ERIC: Gracias por siempre estar ahí para mí, Bruce.

BRUCE: -tomando la mano de Eric- Siempre, amor. Siempre estaré aquí para ti.

Después de almorzar, decidieron salir a dar un paseo. Eric se dirigió al armario y sacó un abrigo de manga larga. Bruce lo observó, notando su elección de ropa.

BRUCE: Eric, ¿por qué te pones abrigo? Hace sol y bastante calor afuera.

ERIC:  No quiero que la gente vea las vendas en mis brazos.

Bruce se acercó y levantó el rostro de Eric con suavidad, mirándolo a los ojos.

BRUCE: Amor, no necesitas esconderte. Pero si te sientes incómodo, yo llevaré el abrigo por ti.

Eric sonrió agradecido. Se pusieron en marcha y salieron del hotel, disfrutando del aire fresco y del tiempo juntos. El parque estaba lleno de vida: niños jugando, parejas paseando de la mano, y el sonido relajante de las hojas de los árboles moviéndose con la brisa.

Encontraron un banco bajo la sombra de un gran roble y se sentaron. Eric se recostó sobre el hombro de Bruce, cerrando los ojos y disfrutando del momento. Al abrir los ojos, Eric sonrió al ver a los niños jugando cerca de ellos.

ERIC: ¿Algún día tendremos un hijo...? ¿O una hija?

Bruce quedó un momento en silencio, mirando a Eric con ternura. Tomó su mano y la apretó suavemente.

BRUCE: -con voz suave- Me encantaría eso, Eric. Cuando llegue el momento adecuado, lo haremos realidad.

ERIC:  Gracias, Bruce. Me haces sentir que todo es posible.

BRUCE: -besando la frente de Eric- Todo es posible cuando estamos juntos.

Pasaron un largo rato en silencio, simplemente disfrutando de la compañía mutua y de la tranquilidad del parque. Para Eric, esos momentos eran un bálsamo para su alma herida, y con Bruce a su lado, sentía que podía enfrentar cualquier desafío.

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