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Ya era de mañana y la luz del sol empezó a entrar a la habitación, iluminando suavemente el rostro de Eric.

Eric parpadeó varias veces, tratando de que sus ojos se adaptaran a la luz. Al girar la cabeza, vio a Bruce durmiendo plácidamente a su lado. Una sonrisa se dibujó en sus labios mientras se acercaba lentamente a él.

Eric comenzó a besar el cuello de Bruce, sus labios moviéndose suavemente sobre la piel cálida. Dejó pequeños chupetones en su camino, disfrutando del contacto íntimo. Bruce se movió ligeramente, comenzando a despertar al sentir las caricias de Eric.

BRUCE: -con voz adormilada- Buenos días, amor. ¿Qué estás haciendo tan temprano?

ERIC: -susurrando- No podía resistirme. Te ves tan adorable cuando duermes.

Bruce sonrió, abriendo los ojos lentamente y encontrándose con la mirada amorosa de Eric. Sus manos buscaron el cuerpo de Eric, atrayéndolo más cerca.

BRUCE: Me alegra despertarme así. -dijo, su voz ronca y suave-

Eric continuó besando el cuello y el hombro de Bruce, disfrutando de los pequeños suspiros que escapaban de los labios de Bruce.

ERIC: No quiero que esta mañana termine. Solo quería disfrutar de cada momento contigo.

BRUCE: -acariciando el cabello de Eric- Estoy de acuerdo. Podemos quedarnos aquí todo el tiempo que quieras.

Ambos se quedaron en la cama, disfrutando de la cercanía y del calor del otro. La luz del sol continuaba filtrándose por las cortinas, creando un ambiente cálido y acogedor en la habitación. Bruce tomó la mano de Eric y la llevó a sus labios, besándola suavemente.

BRUCE: Te amo, Eric.

ERIC: Yo también te amo, Bruce. -respondió Eric, sus ojos brillando con sinceridad y amor-

La mañana transcurrió con calma, ambos disfrutando de la intimidad compartida. En ese momento, el mundo exterior no existía para ellos; solo importaba el amor que sentían el uno por el otro y la conexión profunda que habían cultivado.

Ya era de tarde y la pareja aún seguía acostada en la cama, abrazándose y disfrutando de la tranquilidad del momento. Eric, con su cabello ligeramente esponjado, intentó levantarse, pero Bruce lo mantenía cerca, abrazándolo por la cintura.

BRUCE: -sonriendo- No te vayas todavía. Te ves demasiado adorable como para dejarte ir.

ERIC: -riendo- Tengo que levantarme en algún momento, ¿sabes?

Bruce le plantó un beso en la mejilla antes de soltarlo finalmente. Eric se levantó, sus mechones despeinados dándole un aspecto aún más tierno. Miró alrededor de la habitación y vio sus maletas en el suelo, esparcidas por el pasillo.

ERIC: -arqueando una ceja- ¿Por qué tiraste las maletas al piso?

BRUCE: -sonriendo traviesamente- Estaba demasiado emocionado al verte anoche. No podía esperar a abrazarte.

Eric negó con la cabeza, una sonrisa divertida en su rostro. Se acercó a Bruce y lo besó suavemente en los labios.

ERIC: Eres imposible, ¿sabes?

BRUCE: -acariciando el rostro de Eric- Lo sé. Pero también te amo. -respondió, mirándolo con ternura-

Eric se agachó para recoger sus maletas, mientras Bruce se levantaba lentamente de la cama, estirándose. La luz de la tarde entraba por la ventana, iluminando la habitación con una cálida tonalidad dorada.

BRUCE: -suspirando- ¿Qué te parece si salimos a dar un paseo? Podríamos disfrutar de la ciudad un poco antes de que tengas que regresar.

ERIC: -asintiendo- Suena bien. Me gustaría pasar cada momento posible contigo.

La pareja se preparó para salir, vistiéndose con calma mientras intercambiaban miradas cariñosas y pequeños besos. Cuando finalmente estuvieron listos, se tomaron de la mano y salieron del departamento, listos para disfrutar de una tarde juntos en la ciudad.

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