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La banda estaba en el hotel y ya era tarde. Los chicos decidieron ir a sus habitaciones, agotados por el largo día. Eric, sin embargo, se sentía abrumado. Una mezcla de emociones que nunca antes había experimentado lo invadía, y todo lo que quería hacer era llorar.

Al llegar a su habitación, Eric se sentó al borde de la cama y se abrazó a sí mismo, formando una pequeña bolita. Las lágrimas comenzaron a brotar, cayendo en silencio mientras intentaba procesar lo que sentía.

ERIC: -susurrando para sí mismo- ¿Por qué me siento así? No entiendo... No puedo más...

Los minutos pasaron, y poco a poco, sus sollozos comenzaron a calmarse. En medio de la penumbra, la luz de la luna que se filtraba por la ventana iluminó algo en el suelo. Eric levantó la mirada y vio un objeto brillante: una cuchilla que había dejado ahí por algún motivo desconocido.

ERIC: -murmurando-  ¿Qué es eso...? Oh... la cuchilla...

Sin pensar demasiado, se levantó y tomó la cuchilla con manos temblorosas. El frío metal contra su piel le causó un escalofrío. Desesperado por encontrar alivio a su dolor interno, empezó a hacerse pequeños cortes en el brazo.

Solo... un poco de alivio... necesito sentir algo diferente...

La sensación era extraña, una mezcla de dolor y alivio que lo confundía aún más. Mientras veía las pequeñas gotas de sangre emergiendo de los cortes, una parte de él se sentía aliviada, pero otra parte se sentía aún más perdida.

¿Qué estoy haciendo? Esto no está bien... pero... no sé cómo detenerme...

Tras un rato, la realidad de lo que estaba haciendo lo golpeó, y con la cuchilla aún en la mano, decidió ir a tomar un baño.

ERIC: -con voz temblorosa- ¿Qué estoy haciendo? Necesito... necesito limpiar esto...

Se dirigió al baño, dejando un rastro de gotas de sangre en el suelo. Una vez allí, abrió el grifo y dejó que el agua caliente llenara la bañera. Se desnudó lentamente, observando los cortes en su piel con una mezcla de horror y curiosidad.

ERIC: -mirando sus brazos- ¿Cómo he llegado a esto...? No puede ser...

Se sumergió en el agua, dejando que el calor lo envolviera. El agua teñida de rojo parecía llevarse algo de su dolor, pero no podía borrar la tristeza que sentía en su corazón. Eric se recostó en la bañera, cerrando los ojos y dejando que las lágrimas continuaran fluyendo, mezclándose con el agua.

ERIC: -susurrando al vacío- Por favor... que alguien me ayude... no puedo seguir así...

Mientras el agua tibia lo rodeaba, Eric se permitió un momento de vulnerabilidad total, intentando encontrar algún consuelo en la soledad y el silencio de la noche.

Después de un rato, el agua comenzó a enfriarse y Eric sintió que su piel se estaba arrugando. Salió de la bañera, temblando ligeramente por el frío y la mezcla de emociones. Se envolvió en una toalla y se miró en el espejo, viendo su reflejo con ojos enrojecidos y llenos de tristeza.

ERIC: -hablándose a sí mismo en el espejo- Tengo que ser más fuerte... no puedo dejar que esto me consuma...

Caminó de regreso a la cama, todavía envuelto en la toalla, y se sentó nuevamente en el borde. Sentía una mezcla de agotamiento y calma después de todo lo que había pasado. Se dio cuenta de que no podía enfrentar esto solo y que necesitaba hablar con alguien, pero el miedo a ser juzgado lo detenía.

Tal vez debería hablar con Paul... o Bruce... pero, ¿qué dirán? ¿Me entenderán?

Finalmente, se recostó en la cama, dejando que el agotamiento físico y emocional lo envolviera. Cerró los ojos, esperando que el sueño lo llevara lejos de sus problemas, aunque fuera solo por unas pocas horas.

Mañana será un día mejor... tiene que serlo...

Mientras la noche avanzaba, Eric se quedó dormido, esperando que la oscuridad de sus pensamientos se disipara con la llegada del nuevo día.

Ecos Del Corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora