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El sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados mientras Eric y Bruce caminaban de regreso al hotel. La tarde en el parque había sido relajante y ambos se sentían renovados por el tiempo que habían pasado juntos. Al llegar a su habitación, cerraron la puerta y Bruce inmediatamente se acercó a Eric, abrazándolo desde atrás.

BRUCE: -en un susurro, con voz suave- Me encanta cómo te ves cuando sonríes. -Empezó a besarle el cuello suavemente, sus manos recorriendo la cintura de Eric-

ERIC: -incomodándose- Bruce, no estoy seguro de que ahora sea el momento…

BRUCE: -ignorando su incomodidad, sus caricias volviéndose más insistentes- Vamos, Eric, hemos tenido un buen día. Solo relájate…

Eric sintió un nudo en el estómago. Las caricias de Bruce, que normalmente le hacían sentir amado y deseado, ahora le provocaban una sensación de incomodidad. Trató de apartar las manos de Bruce, pero este seguía.

ERIC: -con un tono más firme- Bruce, para. No quiero…

BRUCE: -susurrando en su oído, sin detenerse- Solo relájate, amor. No pienses demasiado…

Bruce empezó a morder suavemente la oreja de Eric, esperando que esto encendiera la pasión entre ellos. Pero Eric, ya abrumado por la situación, sintió que era demasiado.

ERIC: -gritando- ¡Te dije que no quiero, Bruce! ¿Por qué no puedes entenderlo?

Bruce retrocedió, sorprendido y dolido por la reacción de Eric. El silencio llenó la habitación, ambos respirando pesadamente, uno por la rabia y el otro por el desconcierto.

BRUCE: -con voz temblorosa- Eric, yo... no quería hacerte sentir mal. Solo pensé que…

ERIC: -con los ojos llenos de lágrimas- Pensaste en ti, Bruce. No pensaste en cómo me siento. No puedo… no puedo lidiar con esto ahora.

Bruce se quedó inmóvil, tratando de procesar lo que había ocurrido. Dio un paso hacia adelante, extendiendo una mano hacia Eric, pero este la apartó.

ERIC: -más calmado, pero aún molesto- Necesito un poco de espacio, Bruce. Necesito tiempo para pensar.

BRUCE: -con la voz endurecida por la frustración- ¿Espacio? ¿De verdad, Eric? Siempre es lo mismo contigo. ¿Cuándo vamos a poder simplemente ser una pareja normal?

ERIC: -herido por las palabras de Bruce- ¿Normal? ¿De verdad crees que es tan fácil para mí? ¡No entiendes lo que estoy pasando!

BRUCE: -levantando la voz- ¡Claro que no lo entiendo, porque nunca me dejas entrar! Siempre te alejas y me excluyes. ¡Es agotador!

ERIC: -gritando de vuelta- ¡Pues tal vez no deberías estar conmigo si es tan agotador para ti!

Un silencio tenso se extendió por la habitación. Las palabras de Eric colgaban en el aire, llenas de dolor y desesperación. Bruce apretó los puños, luchando contra la necesidad de decir algo que pudiera empeorar la situación. Finalmente, suspiró profundamente y se dirigió a la puerta.

BRUCE: -con voz baja y temblorosa- Tal vez tienes razón. Necesitamos tiempo para pensar.

ERIC: -con voz rota- ¿Qué significa esto, Bruce? ¿Estás diciendo que hemos terminado?

BRUCE: -mirándolo con tristeza- No sé, Eric. No puedo seguir así.

Con esas palabras, Bruce salió de la habitación, cerrando la puerta tras de sí con un ruido sordo. Eric se quedó solo, sintiendo una mezcla de tristeza, enojo y arrepentimiento. Se dejó caer en la cama, las lágrimas finalmente brotando de sus ojos mientras el eco de la discusión resonaba en su mente.

La habitación, que antes había sido un refugio de amor y seguridad, ahora se sentía fría y vacía. Eric abrazó una almohada, tratando de encontrar consuelo en la soledad mientras las sombras de la tarde se alargaban, sumiéndolo en una melancolía profunda.

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