Ecos Del Corazón

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El hotel estaba en silencio después del concierto, y la banda se dirigía a sus habitaciones, cansados pero llenos de energía por el espectáculo que habían ofrecido. Sin embargo, Eric comenzó a caminar más despacio, quedándose rezagado del grupo. Sus pasos se volvían tambaleantes, y se apoyaba en las paredes para mantenerse en pie.

ERIC: Bruce... -murmuró Eric suavemente, llamando al guitarrista-

Bruce, que caminaba unos pasos adelante, se detuvo al escuchar su nombre y se dio la vuelta con una sonrisa. Pero la sonrisa desapareció rápidamente de su rostro al ver a Eric, que parecía pálido y débil.

BRUCE: ¿Eric? ¿Estás bien?

Antes de que Eric pudiera responder, cayó al suelo, su cuerpo incapaz de sostenerse más. Bruce corrió hacia él, preocupado, y lo sostuvo entre sus brazos.

Mientras tanto, Gene y Paul, que estaban más adelante en el pasillo, se dieron la vuelta al escuchar el sonido del cuerpo de Eric golpeando el suelo. Vieron a Bruce arrodillado junto a Eric y corrieron hacia ellos.

PAUL: ¿Qué pasó?

BRUCE: No lo sé. Estaba caminando detrás de nosotros y de repente se desplomó.

GENE: Voy a buscar ayuda. Mantente con él, Bruce.

Bruce asintió, preocupado, y acunó suavemente la cabeza de Eric en su regazo mientras esperaban ayuda.

Paul se arrodilló junto a ellos, tomando la mano de Eric con preocupación.

PAUL: Eric, ¿puedes escucharme?

Eric asintió débilmente, sus ojos apenas abiertos.

PAUL: Trata de mantenerte despierto. Estamos aquí contigo.

Bruce acarició suavemente la frente de Eric, sintiendo su piel fría y húmeda por el sudor.

BRUCE: Vas a estar bien, cariño. Estoy aquí contigo.

Los minutos se sintieron como horas mientras esperaban la llegada de ayuda. Finalmente, el personal médico llegó corriendo al pasillo con una camilla. Bruce ayudó a cargar a Eric en ella, sin apartar la mirada de su rostro pálido y preocupado.

BRUCE: Te seguiré al hospital, Eric. No te dejaré solo.

Eric asintió débilmente, sintiendo el apoyo reconfortante de su pareja.

Una vez que Eric fue llevado a la ambulancia, Bruce siguió de cerca, con el corazón apretado por la preocupación, pero con la esperanza de que su amado se recuperara pronto.

Con un último vistazo a la ambulancia que se alejaba, Bruce se preparó para acompañar a Eric en su camino hacia la recuperación, prometiéndole estar a su lado en cada paso del camino.

Mientras Eric era llevado en la ambulancia hacia el hospital, Bruce se apresuró a seguirlo, su mente llena de preocupación y ansiedad. Al llegar al hospital, fue conducido a la sala de espera, donde se sentó, con el corazón en un puño, esperando noticias sobre el estado de su pareja.

El tiempo parecía pasar increíblemente lento mientras Bruce esperaba en la sala de espera. Cada segundo se sentía como una eternidad, y la incertidumbre pesaba sobre él como una losa. Se preguntaba qué había causado el repentino colapso de Eric y qué estaría sucediendo dentro de esas paredes blancas y estériles.

Bruce se aferraba a la esperanza, rezando en silencio por la pronta recuperación de Eric. Recordaba los momentos felices que habían compartido juntos como pareja, las risas, las caricias, los momentos de amor y complicidad. No podía imaginar un futuro sin su amado a su lado.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, un médico se acercó a Bruce en la sala de espera. Su corazón latía con fuerza mientras esperaba escuchar noticias sobre Eric.

MÉDICO: ¿Eres el amigo de Eric?

Bruce asintió con urgencia, su corazón latiendo aún más rápido.

BRUCE: Sí, bueno soy.... ¿Cómo está? ¿Qué pasó?

El médico le explicó que Eric había sufrido un desmayo debido a una combinación de fatiga y deshidratación, pero que estaba estable y respondía bien al tratamiento. Aunque aún necesitaba descansar y recuperarse, se esperaba que se recuperara por completo en unos días.

Bruce sintió un peso enorme levantarse de sus hombros al escuchar las noticias. Un suspiro de alivio escapó de sus labios mientras agradecía al médico por mantenerlo informado. Luego, con el corazón lleno de gratitud y esperanza, se dirigió hacia la habitación de Eric para estar a su lado durante su recuperación.

Al entrar en la habitación, encontró a Eric acostado en la cama, aún pálido pero con una leve sonrisa en los labios al ver a Bruce.

ERIC: Lo siento mucho, amor. No quise preocuparte.

Bruce se acercó a la cama y tomó la mano de Eric con ternura.

BRUCE: No importa. Lo importante es que estás bien. Estaré aquí contigo todo el tiempo que necesites.

La pareja se abrazó con fuerza, sintiendo el amor y el alivio inundar sus corazones. A pesar del susto, sabían que juntos podrían superar cualquier desafío que se les presentara. Y con esa certeza en sus corazones.