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La mañana se pasó muy rápido y la banda estaba en una tienda de cámaras. Eric y Bruce estaban viendo algunas cámaras de video, mientras que Paul y Gene compraban dos cámaras fotográficas y Ace coqueteaba con una chica de la tienda.

Bruce y Eric terminaron de comprar y salieron de la tienda, dirigiéndose a otra, esta vez de instrumentos musicales. Al llegar, Bruce dejó a Eric solo por un rato. Al girar la mirada, Bruce notó que Eric se había ido a la sección de baterías, especialmente a la zona donde vendían baquetas y estuches para baterías. Bruce, que estaba viendo algunas guitarras, decidió ir a buscar a Eric. Al entrar en el pasillo, vio a su chico con unos cinco estuches de baquetas de distintos colores y marcas, algunas bastante caras.

BRUCE: Hola, mi amor.

ERIC: -emocionado- ¡Bruce, mira! ¡Son bien lindas!

BRUCE: Veo que te gustan mucho.

ERIC: ¡Sí, son muy lindas!

Bruce: Bien, vamos a la caja.

Eric: Está bien, espera, ya los dejo.

Bruce tomó del brazo a Eric y le dijo suavemente:

BRUCE: No los dejes.

ERIC: Están muy caros y no me alcanza el dinero para comprarlos.

BRUCE: -sonriendo- ¿Quién dijo que los comprarías tú?

ERIC: Bruce...

BRUCE: Te quiero ver feliz, así que dame esas baquetas que yo te las voy a comprar.

Eric se sonrojó un poco mientras Bruce se dirigía a la caja para pagar las baquetas. Eric lo siguió, aún incrédulo.

ERIC: No es necesario que compres cosas tan caras... están 1000 cada una...

BRUCE: -mirándolo con ternura- Sabes que te amo y el dinero viene y va, pero tú... tú eres eterno... mi amor por ti es eterno.

ERIC: -conmovido- Te amo mucho, Bruce... mucho.

Bruce sonrió y le dio un beso disimulado a Eric antes de pagar en la caja. La cajera los atendió con una sonrisa, y Bruce, después de pagar, tomó las baquetas y se las entregó a Eric.

BRUCE: Aquí tienes, mi amor. Ahora podrás tocar con estas baquetas.

ERIC: -con una sonrisa radiante- Gracias, Bruce. No sabes cuánto significan para mí.

Ambos salieron de la tienda de instrumentos, sintiéndose más unidos que nunca, con el amor y la comprensión que se tenían el uno al otro. Mientras caminaban por la calle, Bruce tomó la mano de Eric y le susurró al oído:

BRUCE: Siempre voy a cuidar de ti, Eric. Siempre.

ERIC: -sonriendo- Y yo siempre estaré contigo, Bruce.

Continuaron caminando, disfrutando del momento juntos, sabiendo que no importaba lo que el futuro les deparara, siempre estarían el uno para el otro.

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