NARRADOR OMNISCIENTE
____ se había encerrado en la biblioteca, un santuario de libros y silencio que ahora se convertía en su refugio de soledad. Descubrir a su hija con Sophie en una situación tan comprometedora había sido como un golpe directo al corazón; una traición no solo de confianza sino de expectativas. La biblioteca de Katie, con sus estantes repletos de historias de amor, aventura y tragedia, parecía el único lugar donde podía esconderse del mundo, incluso de sí misma.
La noche se deslizó sobre la casa con una quietud inusual. ____, sentada entre sombras y susurros de páginas, revivía el momento de lo visto una y otra vez. Cada recuerdo era una espina que se clavaba más profundo, cada pensamiento, una acusación a su propia ceguera. ¿Cómo no había visto las señales? ¿Cómo había permitido que su princesa se acercara a alguien que consideraba tan indigno?
**____ se culpaba**, se culpaba con una intensidad que consumía cualquier otro sentimiento. La culpa se mezclaba con la ira, una ira fría y calculadora que le prometía que nunca aceptaría a Sophie. No después de esto. No después de haber jurado proteger a su hija de cualquier mal. Y Sophie, en su mente, era ese mal.
HORAS DESPUÉS...
El amanecer trajo consigo la luz del día, pero no la claridad a su corazón. Al salir de la biblioteca, encontró a Katie y Mel, dos figuras recostadas contra la puerta, como guardianas de un castillo que guardaba una gran pena. Al sentir la puerta abrirse, ambas se levantaron rápidamente, la preocupación dibujada en sus rostros. Se acercaron a ____, preguntándole cómo estaba, pero ____ negó con la cabeza, incapaz de verbalizar el torbellino que la asolaba.
Entonces, en un gesto de apoyo silencioso, Katie y Mel la abrazaron. Un abrazo que buscaba ser refugio, un abrazo que intentaba ser consuelo. Pero ____ estaba más allá del consuelo. Se separaron y, con una voz que no admitía réplica, ____ anunció que había tomado una decisión. "Nos mudamos de país," dijo, con una firmeza que no dejaba lugar a dudas. "Es lo mejor para todas."
Katie y Mel se quedaron sorprendidas, casi sin palabras ante la resolución de ____. Querían discutir, querían entender, pero sabían que ese no era el momento. ____ les aseguró que contaba con ellas, y aunque no estaban convencidas, asintieron. En ese momento, lo único que importaba era estar juntas, sin importar el lugar.
MINUTOS DESPUÉS...
La tensión en la casa era palpable, como una cuerda estirada al límite de su resistencia. ____, con la determinación grabada en su rostro, anunció la decisión que había tomado en la soledad de la biblioteca: se mudarían a México. Elizabeth, con la rebeldía propia de la juventud y el corazón atrapado en un torbellino de emociones, se negó rotundamente. Buscó en las miradas de Katie y Mel un atisbo de apoyo, pero solo encontró una negativa silenciosa.
La negativa de Elizabeth desató la furia contenida de ____, quien veía en la resistencia de su hija un eco de la traición que sentía. La discusión escaló rápidamente, las palabras volaban como dardos envenenados, Katie y Mel intentaban, sin éxito, serenar los ánimos. Al final, Elizabeth, superada por la situación, huyó hacia su habitación, con ____ pisándole los talones.
Katie, con la sabiduría de quien ha visto más amaneceres, alcanzó a Elizabeth antes de que se encerrara en su mundo de dolor. Le pidió hablar, corazón a corazón, madre a hija. Katie no estaba de acuerdo con lo sucedido con Sophie, pero entendía que el amor no es algo que se elige. Le explicó que a veces, alejarse es la única manera de sanar y que, con el tiempo, las cosas mejorarían.
La conversación fue un bálsamo para Elizabeth, quien, a pesar de la confusión y el dolor, pudo ver un atisbo de razón en las palabras de Katie. Con una condición en mente, accedió a la mudanza. Katie, curiosa, preguntó cuál era esa condición. Elizabeth, con la voz temblorosa, solicitó el teléfono de su madre para despedirse de Sophie. Katie, comprendiendo la importancia del adiós, accedió y le dio un minuto a Elizabeth, dejándola a solas con sus palabras y su corazón partido.
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El amor más allá de la fama (Katie McGrath, Melissa Benoist & Tú)
RomanceKatie McGrath y Melissa Benoist son dos actrices famosas que están casadas en secreto desde hace un año. Su relación es feliz y apasionada, pero todo cambia cuando conocen a ____, una joven latinoamericana que trabaja en una cafetería de California...