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Vico:
Estaba terminando de hacerme unas trencitas cuando escuché el timbre de mi casa y un grito de Facundo diciéndome que valla a abrir.
Suspiré levantándome de mi cama, agarre un buzo que tenía de Franco y fui a abrir. Estaban todos los monos, entre ellos, Franco. Sonreí al verlo y los hice pasar.
Franco entro último y al ver que ninguno veía nada, me dió un beso rápido en los labios, yo sonreí y cerré la puerta.
- Facu está en el patio, si quieren pueden dejar las cosas en la heladera, ¿Falta que venga alguien más? -pregunte mirándolos, la mayoría negó con la cabeza y se fueron al patio, dejando a Franco mirándome con una sonrisa.- Pareces loco mirándome así. -dije mientras me acercaba a el.
Me agarró de la cintura y junto sus labios con los míos formando un tierno beso, sonreí en medio del beso mientras acercaba el pelo de Franco.
- Epa, no sabía que Franco se comía a coloradas. -dijo un voz que conocía perfectamente, Ruberto.
Nos separamos rápidamente, agitados y miramos a Ruberto.
- Pelotudo, ¿como vas a aparecer así? -dijo Franco mirándolo mal.
- Uy bueno perdón, che Vico, Facundo dijo que vallas a comprar. -dijo mirándonos, yo suspiré y asentí con la cabeza, Agus se fue y a los segundos entro Facundo yendo hacia mi.
Primero miro a Franco y después me miró a mi, yo sonreí nerviosa, igual que Franco.
- Toma, esto es lo que tenés que comprar, si queres comprarte algo con lo que sobre. -dijo Facundo dejando un beso en mi frente y se fue dejándonos solos.
Yo mire a Franco y lo agarre rápido de la mano yendo hacia la puerta, salimos y empezamos a caminar hacia el kiosco.
Llegamos, compramos lo que nos pidió Facundo y yo me compré un chocolate junto a un juguito de durazno, pagamos todo y nos volvimos a la casa.
- Toma. -dije partiendo el chocolate en dos, le di una parte a Franco y la otra me la deje yo.
Franco agarro el chocolate sonriendo y me dió un beso en el cachete en forma de agradecimiento. Yo sonreí y abrí el juguito mientras miraba el cielo.
- ¿Sabías que nos vamos a quedar a dormir en tu casa, no? -dijo Franco sacándome de mis pensamientos, yo lo mire suspiré.- Bue, tampoco es tan malo che.
- Pero si son infumables ustedes, dios. -dije mientras abría la puerta de la casa, entramos dejando todo en la cocina y yo me fui a mi pieza.
