Cap.34 Paz arrebatada.

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Toshinori con una sonrisa tranquilizadora quería hacer de que su novio esté más tranquilo y seguro, entonces el hombre comenzó a pensar en que más podrían hacer. Entonces recordó lo mucho que ama Izuku la comida del castillo.

Toshinori: Izuku, después de un día tan largo, creo que lo mejor sería comer algo. ¿Qué opinas?

Izuku asintió con una sonrisa amplia, sus ojitos estaban casi destellantes ante esta propuesta.

Izuku: Sí, tienes razón. Un poco de comida nos vendría bien a ambos~.

Juntos, Toshinori e Izuku bajaron las escaleras hacia el gran comedor, donde la mesa real estaba dispuesta con esmero. Las sirvientas, al verlos llegar, se apresuraron a atenderlos con la mayor deferencia y cuidado.

Una de las sirvientas con una reverencia los atendió.

Sirvienta: Su majestad, su alteza, por favor, tomen asiento. El banquete está preparado.

Izuku agradecido por este trato único se sentó, encima no se esperaba que lo llamasen majestad, no estaba acostumbrado a esto pero le sentó muy bien y Toshinori no se quejó, puesto que eso quería en un futuro, hacer de Izuku su rey; su esposo.

Izuku: Muchas gracias por su arduo trabajo. Todo luce maravilloso, casi puedo ver que mi saliva se escurre.
Toshinori: Sí, gracias. La dedicación de ustedes es siempre apreciada.

Los dos se sentaron, y las sirvientas comenzaron a servirles una variedad de platos, cada uno más apetitoso que el anterior. Izuku y Toshinori compartieron la comida en un ambiente de armonía, en donde solo eran ellos dos y los sirvientes que yacían a la espera de cualquier petición.

Toshinori: Espero todo sea de tu agrado cariño.
Izuku: Lo está siendo, de verdad se esmeran tanto.

El gran comedor resonaba con el suave tintineo de la vajilla y la melodía de una conversación amena. La mesa estaba repleta de manjares, desde platos tradicionales hasta exóticas delicias que prometían deleitar el paladar. Toshinori e Izuku, sentados uno frente al otro, compartían la comida en un ambiente relajado y feliz.

Toshinori ofreciendo un bocado a Izuku sobre un plato totalmente nuevo.

Izuku: Prueba esto, Izuku. Está delicioso.

Con un gesto juguetón, Toshinori llevó un trozo de comida a la boca de Izuku, quien lo aceptó con una risa suave y una mirada llena de cariño.

Izuku: Jijiji Toshinori, siempre encuentras formas de hacer incluso la cena algo especial.

La risa de Izuku llenó la habitación, un sonido que para Toshinori era más dulce que cualquier postre que pudieran ofrecerle. La comida continuó en esa línea, con Toshinori alimentando a Izuku de vez en cuando, cada gesto un pequeño acto de amor que fortalecía su conexión.

Después de una cena llena de risas y momentos compartidos, Toshinori e Izuku se levantaron de la mesa, sus corazones tan llenos como sus estómagos. Juntos, caminaron de regreso a sus aposentos, sus pasos sincronizados en un baile silencioso de intimidad y comprensión.

Toshinori: Izuku, ¿qué te parece si hacemos algo diferente esta noche?
Izuku: ¿Qué tienes en mente?

Izuku ya estaba pensando en que Toshinori requería su atención, su atención en cierta cosa que ambos les gustaba hacer, pero estaba equivocado Toshinori tomó unas hojas de papel y una pluma.

Toshinori: Vamos a escribir nuestros planes para el futuro, cosas que queremos hacer juntos como pareja.

Izuku asintió con entusiasmo, y ambos se sentaron en el suave tapiz frente al fuego crepitante. Con las hojas extendidas ante ellos, comenzaron a anotar sus sueños y deseos, cada palabra un compromiso, cada línea un mapa hacia el futuro que deseaban construir juntos.

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