El muchacho en cuanto termino su desayuno; fue hacia su habitación, busco su camisón favorito, aquel verde con toques dorados, sin dudar lo amaba demasiado.
En cuanto termino de vestirse, bajo sutilmente con la bandeja en la cual Toshinori le dio el desayuno.
Las sirvientas le desearon los buenos días, corrieron hacia él para saludarlo y avisarle de que ellas no hicieron casi nada.
Sirvienta 1: Hola buenos días joven Midoriya, lamentablemente hoy en la mañana no se deleitará con nuestras recetas, pero lady Nana lo sorprenderá.
Izuku sintió el aroma dulce y acogedor de la repostería recién hecha lo guió hacia la mesa real. Allí, una tartaleta de frutas, obra de Nana, aguardaba para deleitar a los comensales con su sabor casero y su cariño horneado en cada bocado.
Nana, vestida con un elegante vestido amarillo que fluía como un río de oro líquido, recibió a Izuku con una sonrisa cálida. La presencia del muchacho en el castillo había traído una nueva luz a sus días, y ella lo consideraba ya parte de la familia.
Nana: Izuku, querido, ven y siéntate a comer conmigo.
Izuku: Será un placer Nana san~.Izuku se sentó, la mujer al lado de él le repartía un trozo de la tartaleta. El muchacho apenas le dio un bocado quedó maravillado por la mezcla de sabores que sentía en su paladar.
Izuku: Nana san, no tengo palabras para agradecerte por esta maravillosa tartaleta. Cada bocado está lleno de cariño y sabor. Es, sin duda, el mejor regalo que podría recibir. Es todo un honor que una dama como usted haga esto por mi.
Nana: Izuku querido, no tienes que agradecerme. Ver esa sonrisa en tu rostro es más que suficiente para mí. Y recuerda, siempre que desees un dulce, estaré aquí para hornear tantas tartaletas como tu corazón desee.
Izuku: Eso significa mucho para mí. Desde que llegué, todos aquí me han tratado con tanta amabilidad. Me siento como si realmente perteneciera a este lugar mágico.
Nana: Y así es, Izuku. Este castillo no es solo un lugar de piedra y hechizos, sino un hogar donde cada uno de nosotros pertenece. Y mientras estés aquí, siempre tendrás un pedazo de hogar.Mientras la conversación fluía, Izuku saboreaba cada mordisco de la tartaleta, dejando que el dulzor de las frutas y la bondad de Nana llenaran su corazón. En ese castillo, no solo había encontrado refugio, sino una familia que lo acogía con brazos abiertos, además de un amor latente que lo unía de apoco con su amado rey.
Nana estaba muy contenta, aunque estaba curiosa por todo lo que sucedía, así que quería ser un poco "metiche".
Nana: Dime, ¿cómo te sientes respecto a mi hijo? Veo cómo te mira, y cómo tú lo miras a él.
Izuku, tomado por sorpresa por la directa pregunta, sintió cómo su corazón se aceleraba. La sinceridad en los ojos de Nana lo impulsó a abrirse.
Izuku: Es... es difícil de explicar. Cada día a su lado es un regalo, una aventura, mi admiración por él ha florecido en algo más profundo, algo que no me atrevo a nombrar... pero sí, es amor. Un amor que crece y se fortalece con cada amanecer, lo siento si eso le desagrada Nana san, le juro que no lo vuelvo a mencionar si le incomoda.
Nana, escuchando las palabras de Izuku, asintió con una sonrisa sabia y un brillo en los ojos que reflejaba su aprobación y su entendimiento. Sabía que el amor entre su hijo y este joven valiente podría ser la llave para un futuro lleno de esperanza y felicidad para el reino.
Nana: Ese sentimiento, Izuku, es el que hace girar el mundo. Cuídalo, y deja que te guíe. Tienes mi bendición para tener aquellos sentimientos hacia mi hijo.
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Romance medieval.
FantasyEn un reino medieval donde la valentía y el honor son lo más importante, dos almas se encuentran y desafían las convenciones. Toshinori Yagi, un Rey fuerte y leal, y Izuku Midoriya, un joven que nadie le veía potencial, se ven envueltos en un romanc...