Romance medieval.

Cap.22 Obviedad y organización.

Exhausto pero satisfecho, Izuku yacía en su cama, cada músculo de su cuerpo recordándole las pruebas del festival deportivo. A pesar del cansancio, una sonrisa se dibujaba en su rostro al pensar en todo lo que había logrado y aprendido. Fue entonces cuando un suave golpeteo en la ventana captó su atención. Era una lechuza, y en su pico llevaba una carta sellada con el emblema real.

Con manos temblorosas, Izuku abrió la carta y comenzó a leer las palabras de, su amado rey:

"Mi querido Izuku,

He observado con orgullo tus enfrentamientos en el festival. Cada movimiento, cada decisión, mostraba la pasión y el coraje que arden en tu corazón. Has mejorado enormemente, y tu espíritu indomable es un testimonio de tu grandeza. Nunca agaches la cabeza, pues estás destinado a grandes cosas, yo siempre estaré apoyándote y brindándote todo mi amor, puesto que tú sabes que eres el amor de mi vida.

Con todo mi amor, tú Rey"

Las palabras del rey calaron hondo en Izuku, llenándolo de una calidez que disipó cualquier rastro de fatiga. Se levantó, decidido a seguir adelante con más fuerza que nunca.

Al día siguiente, Izuku se unió a Iida y Uraraka en el camino hacia la academia. El sol apenas despuntaba en el horizonte, bañando las calles con una luz dorada que parecía augurar nuevos comienzos.

Iida: Debemos tomar las lecciones de ayer y aplicarlas hoy. Solo así podremos mejorar.
Uraraka: ¡Exacto! Y con cada entrenamiento, nos acercamos más a ser los héroes que queremos ser.
Izuku: Sí, y no importa cuán difíciles sean los entrenamientos con Aizawa sensei, los enfrentaremos juntos.

Juntos, los tres amigos continuaron su camino, sus pasos firmes y sus corazones llenos de la promesa de superación. mientras caminaran juntos, no había obstáculo que no pudieran superar.

La clase de Aizawa estaba en pleno apogeo, el aire vibraba con la concentración de los estudiantes, cada uno inmerso en la tarea de perfeccionar su magia. Izuku, con la frente perlada de sudor, sostenía la espada legendaria, un arma que exigía no solo fuerza física sino también una voluntad inquebrantable.

La espada, resonando con el poder de generaciones pasadas, pesaba sobre sus manos mientras el reloj marcaba el paso del tiempo.

La tensión en los músculos de Izuku crecía; la espada comenzaba a tambalearse, amenazando con escaparse de su agarre.

Justo cuando parecía que la perdería, una presencia imponente se materializó detrás de él. All Might, el rey y el héroe más grande del reino, con una sonrisa tranquilizadora, tomó la espada junto a Izuku, estabilizándola con su toque firme.

Izuku, sorprendido y abrumado por la cercanía del rey, se giró y, con una reverencia profunda, expresó su respeto. Sus mejillas se tiñeron de un rojo intenso, no solo por el esfuerzo físico sino también por la inesperada visita.

Izuku: Mi Majestad, es un honor tenerlo aquí. No esperaba... su presencia es una grata sorpresa.
Toshinori: Esperaba que mi recibimiento fuera así, con el chico más bello de toda la U.A.
Izuku: Oh por favor no diga eso, de por si tenerle aquí es un privilegio.

Izuku estaba totalmente rojo, no esperaba que el rey fuese tan obvio con sus preferencias, el hombre estaba elogiando mucho al muchacho.

Aizawa solo observaba esta situación, sabía que su amigo algo estaba tramando, Toshinori nunca muestra un interés repentino en una persona, pero con Izuku su foco ha durado ya casi un año entero.