Cap.29 Crucial.

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El entrenamiento entre Toshinori e Izuku se tuvo que cancelar, debido a que había una noticia importante, el primer semestre había llegado a su fin comienzo de las vacaciones.

La Clase 1-A y la Clase 1-B se embarcaron en un viaje escolar a un campo de entrenamiento, supervisados por el legendario equipo de héroes conocido como los Wild Wild Pussycats.
Antes de partir, los jóvenes aprendices se reunieron en el mercado para adquirir los suministros necesarios para su aventura.

Izuku y Uraraka, caminando juntos entre los puestos, compartían risas y conversaciones sobre sus preferencias y gustos. Sin embargo, la charla tomó un giro inesperado cuando Izuku mencionó a Iida, provocando que Uraraka, con el rostro encendido, se alejara corriendo entre la multitud.

En un momento de descuido, Shigaraki, disfrazado de civil, se abalanzó sobre Izuku, sujetándolo por el cuello. El cuerpo de Izuku se paralizó ante la sorpresa, pero Uraraka, con su rápida intervención, logró detener las amenazas del joven villano.

Al caer la noche, visitaron al Detective Tsukauchi para ofrecer su testimonio. Izuku fue elogiado por su compostura y por evitar un caos que podría haber costado la vida de muchos inocentes.

Inko, al llegar, abrazó a su hijo con fuerza, aliviada de encontrarlo a salvo.
Mientras Inko conversaba con el detective, Toshinori hizo su aparición.

Toshinori: Lamento profundamente no haber estado a tu lado. Joven Midoriya, si algo malo te hubiera acontecido... por los cielos... aborrezco la idea de verte en peligro.
Izuku: No hay motivo para la preocupación, mi señor. He manejado la adversidad con la destreza y el coraje de un caballero, además Shigaraki no dijo que me mataría, solo quería causar miedo y eso no lo va a lograr conmigo.
Toshinori: Tu espíritu se ha fortalecido tanto, como el acero templado de una espada. Mi corazón se hincha de orgullo por ti, mi valiente chico.
Izuku: Tus palabras me honran, mi noble mentor. Gracias por tu inquebrantable fe en mí.

Toshinori le dio un abrazo nuevo a Izuku, el chico se aferró un instante más al abrazo de Toshinori. hallando un bálsamo en la fragancia que emanaba de su ser. Era un aroma que no necesitaba de ungüentos ni esencias para cautivar; un perfume natural que, como el musgo en el bosque antiguo, era distintivo y reconfortante. En ese refugio de brazos fuertes, Izuku se permitió un suspiro, dejando que la presencia del hombre que tanto amaba calmara las tormentas de su joven corazón.

Toshinori sintiendo el peso de la cabeza de Izuku contra su pecho, bajó su mirada hacia el muchacho, su protegido, su tesoro más preciado. Con una mano gentil, acarició la cabellera de Izuku, un gesto tan lleno de ternura como de promesas silenciosas.

Toshinori: En mis abrazos encontrarás siempre un castillo seguro contra las adversidades del mundo.

Izuku cuyas mejillas ardían con un rubor que no podía ocultar, se apartó con delicadeza al escuchar los pasos de su madre aproximándose. La presencia de Toshinori había sido abrumadora, un calor reconfortante que lo envolvía en una cercanía que deseaba y temía al mismo tiempo.

Toshinori dejó a Inko y a Izuku a su hogar, no podía dejar que los dos se fueran solos.

Izuku ofreció a Toshinori palabras de gratitud, su voz cargada de una emoción que solo la sinceridad de un corazón joven puede expresar. Con una sonrisa que iluminaba su rostro más que el propio amanecer, cruzó el umbral hacia el lugar que llamaba hogar.

Inko: El rey de verdad te tiene tanta estima; apenas supo la noticia vino a vernos, oh mi niño, en el campamento júrame que te protegerás, no me importa si llegas a matar un villano, tu vida es más importante para mi.
Izuku: Mamá, te juro que así será; yo volveré siempre con vida solo para verte a ti contenta. Eres mi luz mamá.

Romance medieval. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora