Cap.5. Nuevo comienzo.

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El día que Izuku Midoriya cumplió 14 años, fue su sentencia, Hisashi ya tenía todo listo para la boda.

El aire estaba lleno de una mezcla de celebración y tensión. La tradición dictaba que se casaría con Todoroki Shoto, pero Izuku luchaba con un conflicto interno sobre su identidad que le impedía aceptar este destino de todo corazón.

A pesar de sus dudas, se colocó el vestido de novia, una prenda hermosa pero que no reflejaba su verdadero yo. Su madre, con manos temblorosas y ojos nublados por la tristeza, ajustó el vestido, deseando otra realidad para su hijo.

Inko: Lamento mucho no poder haberte ayudado hijo, pero te aseguro que no será tan malo, tú quieres mucho a Todoroki.
Izuku: Pero no lo amo, me gustaría estar con una persona que de verdad ame y además...
Inko: Lo sé, perdóname Izuku.

Inko estaba casi llorando, por el sentir de su hijo, por no poder hacer nada y sobre todo por verle en un vestido tan hermoso como su ser.

En cuanto llegaron al lugar de la boda, Izuku observó que era en un bosque abierto, veía pocos árboles a su alrededor.

Más adelante había un banquete enorme, donde estaba toda la familia Todoroki y en donde estaba la familia de la esposa de Endeavor.

Endeavor lo observo.

Endeavor: Cumpliste Hisashi, me parece Perfecto; necesito hablar con Izuku.
Hisashi: Los dejó un minuto.

Endeavor se acercó con una mirada condescendiente.

Endeavor: Más te vale cumplir, te necesito solo como un útero que dé a luz a mis futuros nietos, tengo que hacer que prevalezca la familia.

Izuku solo se quedó callado, aunque estaba teniendo un sabor repulsivo en la boca, quería golpear a ese hombre, pero no podía estaba acorralado.

Ahora Hisashi lo llevo hacia el altar, el hombre tan solo observaba a Izuku, Inko sabía que algo pasaría, estaba esperando el momento exacto en el cual Izuku haga un escándalo.

En el altar, frente a todos los presentes, Todoroki le pasó discretamente las coordenadas del libro de conjuros prohibidos. Izuku sabía que dentro de ese libro se encontraba un hechizo que podría transformarlo en el hombre que siempre quiso ser.

Con el corazón latiendo con fuerza y la determinación ardiendo en su interior, Izuku arrancó, corriendo hacia su verdadera identidad. Los guardias, sorprendidos, lo persiguieron, pero él los evadió con astucia, desapareciendo entre los árboles del bosque.

Tuvo que quitarse el vestido para poder correr mejor a mitad de camino, gracias al cielo la ropa interior en esos tiempos es más grande así que no tuvo problemas en correr ahora.

Finalmente, llegó al risco, el lugar que había visitado en sus sueños tantas veces. Allí, en una cueva oculta, encontró el libro de conjuros. Con manos temblorosas, abrió el antiguo tomo y comenzó a buscar el hechizo que cambiaría su vida para siempre.

Sus manos temblaban como nunca antes, estaba re nervioso y el paso del tiempo indicaba que en cualquier momento lo encontrarían.

En cuanto encontró la página que necesitaba, comenzó a recitar las palabras mágicas. Una luz cegadora la envolvió, y cuando por fin paró de brillar, Izuku se miró en el reflejo de un charco de agua.

Para su sorpresa, se veía diferente. Se veía como siempre había deseado verse: como un chico, con rasgos masculinos y una sonrisa radiante en su rostro. Pero la emoción fue demasiado para él, y se desplomó en el suelo, exhausto y mareado.

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