Cap.35 Incrédulo.

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Izuku se despierta con el sol brillando a través de las ventanas de su habitación. Su corazón late con una alegría inmensa, pensando en ver a Toshinori, su novio, y pasar el día juntos. Con paso ligero, se viste y sale de su casa, sin despedirse de sus padres ya que ambos aún estaban durmiendo, caminando hacia el castillo con una sonrisa que no se desvanece.

Pensando en que podrían hacer en esos momentos, que lo vea, tal vez podrían por fin volver a hacer el amor, quizá desayunar juntos en la cama.

Al acercarse a la entrada del castillo, Izuku escucha una conversación entre dos guardias.

Guarida: ¿No es increíble? Midnight está en los aposentos del rey Toshinori, quizá ya pasaron su primera noche juntos, quizá consumaron el matrimonio antes de tiempo.
Guardia 2: Y... ¡se van a casar! que increíble porque así lo quiere el monasterio.

Responde el otro.

La noticia golpea a Izuku como un rayo. Su corazón se detiene por un momento, y luego comienza a latir con fuerza. No puede creer lo que está escuchando. Toshinori y Midnight, casándose? ¿Cómo es posible que no haya sabido nada? Hasta pasaron la noche juntos, eso era un límite que había cruzado todo.

Izuku se detiene en su camino, su corazón se siente como si fuera a estallar. La noticia de la boda entre Midnight y Toshinori es un golpe devastador. La relación que había mantenido en secreto con Toshinori, llena de momentos íntimos y promesas de amor, ahora parecía que iba despedazada por la realidad, aquella realidad que ambos guardias chismosearon.

Con pasos lentos, Izuku se acerca a los guardias, su rostro pálido y sus ojos llenos de dolor.

Izuku: ¿Es cierto?

Pregunta con voz que apenas puede ser escuchada. Los guardias asienten con tristeza, confirmando la noticia. No era un secreto para nadie en el castillo de que ambos tenían un algo que los llevaba a más que una amistad.

Izuku se siente como si el mundo se le hubiera caído encima. La traición no venía de Toshinori, sino de la propia situación que habían creado para proteger su amor. Ahora, con la boda anunciada, su secreto podría ser revelado ante todo el reino.

En las cámaras silenciosas del castillo, Izuku Midoriya se enfrentaba a una verdad que amenazaba con desgarrar el tejido de su recién descubierto amor. La noticia había llegado a él como un susurro traicionero entre los sirvientes: Toshinori, el rey y el hombre a quien había abierto su corazón, estaba comprometido en un matrimonio arreglado con Midnight, una noble de alta cuna.

Izuku se sentía como si el suelo se desvaneciera bajo sus pies. Las palabras de amor y las promesas compartidas con Toshinori resonaban ahora como ecos distantes en su mente, cada una un golpe a su espíritu.

Se retiró a los jardines del castillo, donde la soledad de aquella mañana apenas podía ocultar las lágrimas que luchaban por escapar.

Izuku permitió que el dolor fluyera libremente. Las lágrimas caían, cada una llevando consigo los fragmentos de un sueño que se desmoronaba. A pesar de la angustia que lo consumía, Izuku no podía encontrar la fuerza para confrontar a Toshinori, El respeto y la admiración que sentía por el rey lo mantenían en silencio, un silencio que pesaba más que cualquier palabra que pudiera haber dicho.

Mientras la mañana avanzaba, Izuku se sumergía en sus pensamientos, preguntándose si alguna vez podría superar la decepción y el dolor. Pero incluso en su desesperación, una chispa de esperanza persistía. Quizás, en algún lugar más allá del dolor, el amor que sentía por Toshinori podría encontrar una forma de perdurar, incluso si solo era en su corazón.

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