Cap.18 Extrañarse.

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Hisashi llegó preocupado por su hijo, el hombre se había enterado de la noticia.

Hisashi: Inko, ¿cómo está Izuku? Estoy preocupado por él después de la batalla.
Inko: Yo también, Hisashi. Pero Recovery Girl dijo que su brazo está curado. Está descansando en la cama por cierto y dijo que debemos de dejarlo dormir, por lo menos hasta mañana.
Hisashi: Gracias a los cielos. Debemos cuidarlo bien. Nuestro hijo es fuerte, pero también es humano.
Inko: Sí, lo es. Vamos a estar aquí para él, siempre; esos malditos villanos...
Hisashi: AFO ¿verdad?
Inko: Me parece que si...
Hisashi: ¡Inko, esto es inaceptable! ¿Cómo pudo AFO causar tanto daño? Es un monstruo.
Inko: Hisashi, estoy igual de enojada y asustada. Pero debemos mantenernos fuertes por Izuku.
Hisashi: ¡Nuestro hijo merece una vida sin estas amenazas! AFO no debería existir.
Izuku: Oh cariño, de verdad te ves tan enojado.
Hisashi: Inko, estoy agradecido de que AFO se haya alejado de ustedes. Ahora Izuku crecerá con un padre que lo ama de verdad.
Inko: Sí, Hisashi. Nuestro hijo merece una vida llena de amor y seguridad.

Hisashi la abrazó, sintiendo la calidez de su esposa. Ahora dejaron pasar aquella tarde y noche, descansando. Izuku no se movió en toda la noche, la magia de Recovery girl había hecho totalmente efecto. Pero al día siguiente si ocurrió.

Izuku abrió los ojos al suave resplandor de la mañana. Su estómago gruñó con insistencia, recordándole que había pasado mucho tiempo desde su última comida. La batalla había agotado sus energías, y ahora el hambre lo atormentaba.

Inko entró en la habitación, su rostro iluminado por una sonrisa.

Inko: Izuku, estás despierto. ¿Cómo te sientes?

El chico se sentó, frotándose los ojos.

Izuku: Hambriento, mamá. Mucho hambre~.

Inko rió y le acarició el cabello.

Inko: Voy a prepararte algo delicioso. Estoy feliz de que estés bien.

Izuku asintió, sintiéndose agradecido por el amor y la preocupación de su madre. Mientras ella se dirigía a la cocina, él se recostó en la cama, sabiendo que estaba en buenas manos.

Inko prepara un tazón de sopa caliente con fideos y verduras frescas para Izuku. El aroma llenó la habitación mientras ella lo servía con cariño. Izuku tomó la cuchara temblorosamente, agradecido por el amor de su madre y la comida que le devolvería la energía perdida.

Después de comer, Izuku se sintió más reconfortado y con energía. La sopa caliente había llenado su estómago y le proporcionaba la fuerza necesaria para recuperarse. Agradeció a su madre por cuidarlo y se recostó, permitiendo que la comida hiciera su trabajo.

Se quedó dormido otra vez, pero en cuanto llego la tarde sintió un poco de energías.

Izuku se despertó, sintiéndose débil pero ansioso por ver al rey. Se puso un camisón y se dirigió hacia la puerta de su habitación. Sin embargo, su padre, Hisashi, lo detuvo antes de que pudiera salir.

Hisashi: Espera, Izuku.

Dijo Hisashi con voz firme.

Hisashi: Aún estás muy débil. No deberías salir de la habitación todavía.

Izuku asintió, frustrado pero sabiendo que su padre tenía razón.

Izuku: Pero quiero ver al rey. Necesito agradecerle por todo.

Hisashi le sonrió.

Hisashi: Lo entiendo, hijo. Pero espera un poco más. El rey estará allí cuando estés más fuerte.

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