QUIERO UN CACHORRO

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Habían pasado 24 horas desde que se habían encerrado en aquella cabaña. Jongho dormía entre los brazos de Yunho mientras el nudo estaba en su cúspide. El alfa no podía dejar de mirar a su omega, cada detalle de su hermoso rostro, sus labios abultados y maltratados por los incontables besos, su cuerpo sudado y cansado por las rondas que habían consumado. Las numerosas marcas que manchaban aquella piel caramelo y que se borraban a buena velocidad. El aroma que desprendía aquella persona lo volvía loco y en ese momento no deseó otra cosa que quedarse a su lado por siempre. Deseó con todas sus fuerzas que las cosas fueran muy diferentes y pudiera hacer su vida, formar una familia a lado de Jongho sin ninguna restricción ni temor de por medio.

Fue en ese momento, en que su celo le daba un minuto de lucidez en que comprendió lo que su omega trataba de hacer. El sentimiento de sentirse usado se desvanecía, pues entendió que en lugar de ser una forma de que Jongho lograra su objetivo, bien podría él ayudarlo, no como una herramienta sino como un agente activo y así, quizás poder lograr aquel sueño que había tenido unas horas antes, uno donde se había visto junto a el lobo negro y un par de cachorros corriendo libremente y en verdad lo deseó, en verdad quiso que aquello fuera posible.

A pesar de aquellos deseos también una duda comenzaba a consumirlo, Jongho se había dejado marcar por él por aquello que quería lograr, aquella marca los unía, pero aquello era muy diferente a que hubiera amor entre ellos. De hecho, él mismo no estaba seguro si amaba realmente a Choi Jongho. Sentía la unión y la fuerza de su lazo, se sentía atraído al hermoso omega, pero no sabía aún si lo que experimentaba era resultado de la marca o si era algo más.

También comenzó a preguntarse cuáles eran los planes de Jongho una vez que lograra su objetivo, si es que lo hacía, ¿conservaría su marca o le pediría romper el lazo para hacer su vida en libertad con un alfa de su elección y no por conveniencia? Aquel pensamiento le revolvió el estómago de forma desagradable sin saber qué tan real era todo aquello.

Jongho comenzó a despertar al sentir la inquietud de su alfa. Abrió sus hermosos ojos cafés encontrándose con un Yunho pensativo.

- ¿Qué te inquieta, mi alfa?- preguntó dando un tierno beso muy cerca de su boca.

- Tu- contesto secamente Yunho.

El pelinegro lo miró confundido- ¿Ahora qué hice para molestarte?- preguntó con inocencia. Lo sentía aún dentro de él, el nudo y la semilla de su alfa llenando su interior. Tenerlo tan cerca de sí, piel con piel le parecía exquisito y lo último que quería era que su alfa no disfrutara de aquella tregua que se había instalado entre los dos gracias al celo.

Yunho entonces lo miró de nuevo, aquella expresión en el rostro de su omega lo llenó de ternura y apretó más su abrazo- Quiero un cachorro, Jongho. Un cachorro de ambos- dijo con voz suave.

El omega abrió los ojos asombrado por la petición de su alfa y una sonrisa inundo su rostro, sus ojos brillaron aún más sintiéndose sumamente conmovido- Yo también quiero un cachorro. Tuyo y mío- confirmó Jongho atrayendo el rostro de Yunho al suyo para comenzar a besarlo.

- Pero no lo tendremos- Yunho soltó aquellas palabras con pesar cuando sus labios se liberaron, sin dejar de observar a su omega.

Jongho parpadeo sintiendo una sombra de tristeza, entonces bajó la mirada.

- Si quieres que tengamos un cachorro, ¿por qué sigues tomando anticonceptivos?- preguntó Yunho. Su tono no era de reclamo, sólo se filtraba un poco de desilusión. Quizás con un cachorro de por medio, Jongho quisiera quedarse a su lado por siempre, quizá así no le pediría romper el lazo nunca.

Jongho enterró su rostro en el cuello del alfa buscando su olor, buscando un poco de consuelo. Yunho de inmediato liberó sus feromonas para no entristecer a su omega- Todavía no es tiempo- dijo en un susurro.

- Quiero un cachorro- volvió a insistir- El momento lo decidimos nosotros. Podríamos tenerlo ahora, cuidarlo y protegerlo...

- ¿Aún si es un omega?- interrumpió Jongho con tristeza. Yunho se quedó mudo pues no había considerado aquella opción- Yo no quiero que mi bebé corra peligro. Quiero arreglar el mundo para que siempre esté seguro.

- Yo puedo protegerlo- se apresuró a decir Yunho con convicción- Podríamos mantenerlo a salvo...

- Escondido toda su vida- volvió a interrumpir Jongho- Vivir por siempre con temor de que alguien lo descubra o encerrado por su seguridad. Esto no es vida, Yunho, es sobrevivir. No tendré un cachorro que sufrirá lo que yo sufrí.

- Lo que quieres hacer es imposible- dijo por fin Yunho.

Ambos sintieron el nudo deshacerse antes de tiempo por aquellas emociones que estaban sintiendo. Un nudo interrumpido dejaba un sentimiento de vacío en ambas partes por lo que Jongho, un poco incomodo se incorporó dirigiéndose al baño- Prepararé algo de comer antes de que otra vez no podamos pensar- cerró la puerta por dentro dejando a Yunho con un mar de ideas en su mente.

[...]

- ¿Cómo obtuviste estos planos?- preguntaba un omega a Beomgyu quien había extendido unos planos sobre la destartalada mesa del recibidor de los muelles.

- Soobin los dibujó para mí. Toda su vida lo pasó encerrado en aquel centro de crianza.- Contestó aún concentrado en marcar puntos rojos en varías partes del plano.- Fue una suerte que lo mantuvieran en el Centro de Crianza Omega principal y no en uno cualquiera, esta es la base matriz.

- Pero, ¿qué pasará con los omegas que se encuentren en ese momento en el centro?- preguntó preocupado el omega- Ellos correrán enorme peligro, ¿cómo lograremos sacarlos a todos?

- Bueno, debemos confiar en que cada uno de ellos luchará por su vida si quiere conservarla cuando llegue el momento. Estaremos cerca para proteger a todos los que logren salir, de los demás... No necesitamos omegas débiles.

El silencio inundó la estancia después de aquellas duras palabras, aunque Kai bien sabía que lo que intentaban hacer era destruir el control de los alfas. En una guerra siempre había bajas, lo importante era ganar para que aquella situación no se volviera a repetir.

- ¿Cómo vas con mi encargo?- preguntó Beomgyu admirando su obra de arte contento con el resultado.- Quiero hacer esto en los próximos días... antes de que Changbin comience a apestar demasiado.

Con cara de asco miró el bulto precariamente envuelto en una sabana en un rincón. Kai miró el ojo morado de Beomgyu resultado de la ultima pelea con aquel alfa, aunque este se veía bastante confiado a pesar de aquella situación, Kai temía que el hermano mayor de Changbin apareciera reclamando justicia en cualquier momento, si eso pasaba, bien podían darse por muertos.

- Ya está listo, aunque no sé cómo es que piensas filtrarlos dentro de esas instalaciones.

- ¿Sabías que entre nosotros camina un omega dominante?- preguntó con ojos ambiciosos. Kai se le quedó viendo de forma incrédula- No me veas así, todos vimos la Luna roja aquella noche. Sé que no estoy loco, ese maldito alfa lo vio... y lo olió- dijo señalando de nuevo el bulto en el rincón- y yo sé muy bien a quién le pertenece ese aroma. Si todo lo que dijo Changbin es cierto, este omega dominante hará nuestro trabajo sucio.

Kai se sentía sumamente nervioso, pero no lo iba a demostrar. Aún tiene bien grabado el recuerdo de su madre omega siendo tomada por alfa, tras alfa, tras alfa cuando su capacidad de procrear se había agotado, entonces los omegas eran tratados como prostitutas hasta el final de sus días, cosa que no tardaba en suceder. Él había escapado y había sido protegido por Beomgyu, lo seguiría por el mismo infierno si este se lo pedía.

- Escuché de un nuevo omega amigo de Yena- dijo Kai cambiando de tema- vive a orillas del pueblo en una hermosa casa con todos los lujos posibles, es obvio que su alfa es alguien sumamente rico e influyente.

- Eso es interesante- apuntó Beomgyu-. Averigua todo lo que puedas sobre ese omega, tal vez pueda sernos de ayuda. Yena desperdicia las herramientas que tiene, pero nosotros podemos aprovecharlas al máximo.

Dominantes [2ho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora