Dominantes [2ho]

EL OTRO ALFA

La primera vez que San miró al pelirrojo frente al centro de crianza, cuando había ido por Soobin, le llamó la atención su penetrante mirada, como si estuviera vigilando aquel lugar. La segunda vez, cuando lo encontró en un bar mientras trataba de despejar su mente de las insinuaciones del omega Soobin, supo que había algo especial con ese beta, quizá por la conversación amena que tuvo con él, quizá porque le parecía tierno y sexy al mismo tiempo... quizá por el beso que este le robó cuando se despidieron.

San investigó al pelirrojo, Wooyoung era un beta que vivía en Yiling pero trabajaba en una empresa de extintores en el centro de la ciudad, parecía ser alguien realmente intrigante, sin contar que descubrió la cercanía de este con aquellos tres omegas que habían sido marcados por tres jóvenes alfas influyentes. Tenía una mirada coqueta que lo llamaba.

Finalmente, la noche antes de los atentados lo había encontrado un tanto nervioso, con insistencia logró llevarlo a su departamento.

- Eres un alfa muy apuesto, no entiendo por qué me quieres aquí- dijo Wooyoung quitándose la chamarra que lo cubría con una mueca aburrida, por primera vez no le estaba coqueteando.

- Eres un beta muy bonito, por eso te quiero aquí- le respondió San.

Si bien las insinuaciones de Soobin no habían provocado nada en San, sí le habían dejado un hueco en el estómago pensando que toda su vida la había dedicado al cuidado de Yunho teniendo apenas algunos acostones con algunas alfas y betas, pero no era lo que quería ahora, ese misterioso pelirrojo lo tentaba a tener algo más.

San no esperó una invitación, acorraló al pelirrojo en el sofá con agilidad posicionándose entre sus piernas, reclamando sus labios con fuerza mientras restregaba sus cuerpos con una adictiva fricción.

- ¿Por qué crees que seré el de abajo?, ¿por ser un beta?- preguntó Wooyoung entre jadeos por los expertos toques del alfa.

- Porque después de que me dejes metértela, tu podrás hacer lo mismo- le respondió mientras se desprendía de su ropa. Wooyoung sonrió despojándose de la suya aceptando aquel trato.

[...]

Habían pasado apenas unas horas de los atentados y de la ola de aliados que habían llegado a Yiling, ahora un nuevo caos se desataba en la ciudad. Si bien un gran número apoyaba a los omegas y no estaban de acuerdo en cómo era dirigido el reino, había una importante y poderosa facción que estaba más que satisfechos con ser la raza gobernante.

El rey Minho se vio de pronto acechado por alfas que exigían se cumpliera la ley, exigían la cabeza del príncipe primogénito por haber marcado a un omega, así como la cabeza del omega marcado y aunque tenía una idea de quién había filtrado la información, aquello no era importante en ese momento.

También tenía otro asunto el cual atender. En sus manos aún sostenía la nota que conservaba el dulce olor a omega en sus manos la cual le daba una explicación de dónde y la situación en que se encontraba su hijo menor.

Dejó la nota de lado concentrándose en lo más importante. No es que no quisiera a Seonghwa, al final era su hijo, pero este siempre andaba rebelándose a su voluntad, además no era un alfa dominante. Seonghwa nunca mostró interés por temas de la corona y la regencia por lo que sabía no era una opción para esta. Su objetivo era salvar a su primogénito, conservar su linaje y la corona. Había sólo una forma de hacerlo y a pesar de que no podía confiar en aquel alfa que se había ofrecido al "sacrificio" de la corona, aceptaba que no tenía otra opción.

- Señor, hice lo que me solicitaste- dijo el alfa de lobo de pelaje dorado- traté de mantenerlo en secreto, pero el príncipe llamó la atención de todos al defender a ese omega sin contemplaciones. Yo no pude hacer nada para evitarlo- dijo Yeonjun sin poder ocultar la nota falsa en el tono de su voz, casi como si se burlara del mismísimo rey, pero también debía de aceptar que este alfa había dicho sólo la verdad. Yunho mismo se había expuesto frente a un número grande de testigos.