MADRE E HIJO

66 8 5
                                    

Yunho siguió a su madre por instinto aún tratando de controlar a Jun que exigía la cabeza del rey, de su padre.

- Primero, quiero dejar muy en claro que amo a tu padre- La reina habló con seriedad sentada frente a su hijo tomándole la mano intuyendo el estado de este. San se encontraba de pie cerca de la entrada con la orden de impedir cualquier intrusión. Yunho la miró intentando retirar su mano. En ese momento consideraba a su padre su enemigo y que su madre le dijera esas palabras la ponía en su contra.- Pero también te amo a ti, Yunho- terminó la reina al leer los ojos de su hijo.

Naeun acercó un plato con trozos de chocolate en él. El aroma comenzó a tranquilizar a Yunho recordándole a su nana, recobrando un poco la cordura se dispuso a escuchar a su madre. Era un truco de Naeun, aunque ella amaba a Yunho como a su propio hijo sabía que el verdadero lazo de Gyuri y Yunho permanecía aún después de tanto tiempo, gracias a que también fue Gyuri la nodriza y nana de Yunho por unos cuantos años, por lo que esa conexión no se olvidaría tan fácilmente. Una parte de ella aún se llenaba de nostalgia y algo de envidia al ver cómo reaccionaba Yunho siempre que le acercaba un poco de chocolate amargo.

- Sé que tu padre está buscando un omega dominante- habló la reina sin perder tiempo-, dime hijo, ese omega dominante ¿es tu omega?

Yunho la miró profundo unos segundos. Su madre era lo contrario a su padre, siempre se mostró abierta en cuanto a castas y sabía muy bien que no concordaba con muchas cosas con el rey, pero como lo había dejado claro, ella amaba a Minho.

- Si fuera mi omega, yo estaría condenado a muerte- dijo Yunho sin contestar realmente la pregunta de su madre.

- No si las personas correctas lo saben- Yunho apretó la mano de la reina- Debe ser un omega muy especial para que lo hayas reclamado.

- Mi reina...- advirtió San. Esa conversación podría interpretarse como traición al reino.

- No te preocupes, San- tranquilizó la reina al guardaespaldas- Ambos tenemos un único objetivo en nuestra vida: proteger al príncipe.

- Es peligroso- explicó Yunho besando las manos de su madre- no sólo para mí, sino para ti también. Si alguien llega a saber que lo sabes...

- Cariño- dijo Naeun acariciando la castaña cabellera de su cachorro- ¿crees que este es el único secreto peligroso que guardo?

- Tu... ¿no estás decepcionada de mí?- preguntó Yunho temeroso- ¿Por haber faltado a la principal ley de la manada?

- ¿Decepcionada de que te hayas enamorado?- preguntó a su vez- No, cachorro- dijo despeinando de nuevo su cabellera.

De pronto Naeun se puso de pie mirando la luna llena, recordando el día en que había nacido Yunho, recordando a su hermana, Gyuri- Las cosas tienen que cambiar y ahora comienzo a creer que está en tu destino hacerlo- La reina encaró a su hijo hablándole con seriedad- Cuando naciste la luna brillaba en medio del cielo, nunca la había visto tan imponente ni tan enorme, creo que ella te eligió y que tu omega sea un dominante después de que estuvieron extintos tanto tiempo refuerza esa creencia.- La reina se acercó a Yunho de nuevo tomándolo de las manos- Sigue tu corazón, aún si este sigue a una persona. Yo te voy a apoyar siempre. La madre Luna nunca se equivoca.

- ¿Estas de acuerdo en que siga ciegamente a un omega, aún si sus intenciones son derrocar al actual rey, a mi padre?- Aquella era una pregunta que Yunho se había hecho desde que Jongho le había dejado claros sus objetivos. El rehusarse a simplemente seguir las órdenes del omega se debía mayormente a que sabía que aquello era traicionar al reino y a su padre, sin olvidar, claro, su prejuicio contra los omegas.

- Cada heredero al trono está destinado a derrocar al actual rey- Naeun volvió a sentarse frente a Yunho, pero su mirada estaba perdida- en mayor o menor medida. El tiempo cambia, las generaciones son diferentes. Había un tiempo en que los omegas eran amados y respetados, tratados como lo más preciado que un alfa pudiera poseer. El omega del rey reinaba junto a su alfa de manera igualitaria. En algún momento de la historia aquello cambió, todo se distorsionó. Los antiguos clanes verían con horror cómo es que son tratados los omegas en nuestros tiempos.

- La situación de los omegas tiene un origen, un porqué. Los alfas decidieron mantener el control sobre sus decisiones por el bien de la manada- recitó Yunho una de las tantas lecciones aprendidas-. Por culpa de un enlace muchos miembros del reino sufrieron y perecieron. El poder el omega sobre el alfa sólo trajo problemas.

- ¿El poder del omega sobre el alfa?- cuestionó la reina con un toque de incredulidad en su voz- La historia siempre va a contar diferentes versiones sobre un mismo suceso. No fue el poder, cariño, fue el amor.

- ¿Y no es lo mismo?- rebatió Yunho poniéndose de pie. Le resultaba muy difícil librar esa batalla en su interior. Luchar contra lo que siempre creyó y la educación que recibió durante toda su vida.- Al final fue la influencia de un omega sobre el alfa.

- Claro que no es lo mismo, el poder jamás será cercano al amor. El dolor, por otro lado...

- No entiendo, madre- dijo Yunho mirando a la reina.

- Hay unos pergaminos resguardados en la oficina del rey- Naeun encaró a su hijo- fueron escritos por mi antepasado, el alfa dominante y jefe de manada de la ultima dinastía de los clanes, ahí está registrado qué fue lo que exactamente ocurrió antes de la declive de su manada. Ahí entenderás muchas cosas.

- Si lo que está escrito ahí puede cambiar la ideología completa sobre los omegas, supongo que entonces padre lo sabe.

- Así es.- Confirmó la reina con una mueca decaída en su rostro.

- Y si él lo sabe entonces, ¿cómo puede estar equivocado su juicio sobre los omegas?- preguntó contrariado.

- Interpretación, cariño.- La reina acarició la mejilla del príncipe- Cuando leas esos manuscritos entonces ven conmigo y dime lo que piensas.

- ¿Y si termino concluyendo lo mismo que mi padre?- preguntó aún renuente a cualquier cambio.

- De igual manera te escuchare- prometió la reina regalándole una tierna sonrisa y metiéndole un trozo de chocolate en la boca antes de besarlo a la mejilla y dejarlo ir.

[...]

- Mi padre sabe que existe un omega dominante- al fin Yunho regresó al presente fijando su mirada en Jongho, había incertidumbre en sus ojos, pero lo atribuyó a simple preocupación sabe que pasé mi celo con ese omega.

Las manos de Jongho apretaron fuertemente la carpeta entre sus manos, comenzaba a sentirse expuesto.- ¿Tu se lo dijiste?- preguntó temeroso.

Yunho no se molestó por esa pregunta, podía ver el temor en los ojos de su omega, por lo que dejó su vaso y se acercó a abrazarlo- No pude negarlo- le habló sinceramente,- él es el rey, es sumamente inteligente, no había caso en negarlo cuando él ya lo sabía. Cuando Ho llamó a Jun aquella noche, no fui el único alfa en escucharte. En el camino ahuyenté a otro lobo que estaba dispuesto a devorarte- dijo dando una leve mordida en su cuello haciendo que Jongho se relajara un poco, aunque de inmediato se percató de lo que aquello significaba.

- Fui un idiota- dijo golpeándose la frente- Cómo pude ser tan descuidado. Nos puse en peligro a ambos permitiendo a Ho llamarte. ¡Mierda! Me expuse totalmente.

La sangre huyó del rostro de Jongho cuando comenzó a percatarse de las consecuencias de aquel descuido.

- Te lo dije, Jongho, confía en mí. Yo siempre voy a protegerte- Yunho tomó el rostro de Jongho entre sus manos- Sí, mi padre sabe sobre un omega dominante, pero nunca, nunca, nunca revelaré quién eres. Yo cuidaré de ti siempre. Te lo prometo- dicho eso besó lentamente los labios de Jongho luchando por no envolverlo con sus feromonas para tranquilizarlo, pues ahora más que nunca tenía que ser más cuidadoso con esos detalles.

Jongho se dejó llevar por el beso. Una parte de él sabía que las palabras de Yunho eran sinceras y se permitió creerlas por completo en ese momento.

- Ahora cuéntame cómo humillaste a Jisung en el bosque de Luanzang- pidió mientras besaba con orgullo el rostro de su omega.

Dominantes [2ho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora