RÈQÍNG

95 22 0
                                    

Presente

Yunho llegaba muy temprano a las oficinas del corporativo Jeong. Había pasado una noche de lujo. Después de su encuentro con aquel lobo negro se sintió sumamente excitado por lo que tomó a tres betas antes de sentirse satisfecho.

Cuando cruzaba la puerta principal se detuvo al momento haciendo que su guardaespaldas, Choi San, casi colisionara contra él. Yunho aspiró profundo, además de ser un alfa dominante su sentido del olfato era superior al promedio. Fue apenas una sombra de aquel exquisito aroma del lobo negro, pero bien sabía que no se equivocaba, ese omega había estado en la entrada de sus oficinas.

Miró a su alrededor detalladamente, observando cada centímetro del lugar hasta que sus ojos se toparon son una pequeña ramita a lado de sus pies, la tomó con sumo cuidado y la acercó a su nariz. El aroma apenas si era perceptible, pero ahí estaba: Jazmín y vainilla.

- Quiero los videos de vigilancia de la entrada de las ultimas veinticuatro horas en mi oficina- pidió a su guardaespaldas.

- En seguida, su majestad- respondió San obedeciendo al momento.

Para cuando llegó a la entrada de su oficina encontró el lugar de su asistente ocupado. Había despedido al anterior un par de días antes porque le había llevado su almuerzo con zanahorias olvidando que él las odiaba.

Una chica muy bonita se encontraba esperándolo de pie con su agenda en mano lista para comenzar con sus labores.

- Muy buenos días, su majestad- saludó la chica con una inclinación sin atreverse a mirar a Yunho a la cara.

- Buenos días... ah, ¿cuál es tu nombre?- preguntó un tanto distraído por su belleza, la joven era en verdad hermosa con su largo cabello negro. Suspiró disimuladamente sin encontrar aroma alguno por lo que dedujo era una beta.

- Choi Miyeon, su majestad- respondió la chica aún con la mirada gacha.

- Bien, Miyeon, ¿qué tenemos en la agenda para el día de hoy?- preguntó dirigiéndose a su oficina con Miyeon siguiéndolo a una distancia prudente.

- El señor Song Mingi programó una reunión para el día de hoy, su asistente acaba de confirmar su llegada en media hora.

- Bien, en cuanto llegue lo haces pasar, pero primero tráeme un...

- Café negro sin azúcar- se adelantó Miyeon a los deseos de su jefe- en seguida, su majestad.

Yunho sonrió pues la chica parecía sumamente competente. En cuanto salió de la oficina se dirigió a su bandeja de entrada, los vídeos solicitados ya estaban en su correo y de inmediato los abrió.

Comenzó a mirarlos aumentando la velocidad. Aquello era sumamente engorroso, cientos de personas cruzaban las puertas del corporativo. Los últimos habían sido Song Mingi con su asistente y los de seguridad cuando cerraron las oficinas. Suspiró frustrado "sé que estuviste aquí" pensó mirando la pequeña ramita aspirando de nuevo el aroma. Le parecía embriagador.

En su vida había estado en contacto con muy pocos omegas, con la que más convivió fue su antigua nana que desapareció sin dejar rastro, apenas si podía recordar el dulce aroma: chocolate. Nunca la mencionaba en voz alta, pero aquella omega ocupaba un lugar muy importante en su corazón, nunca la olvidó y sólo deseaba desde el fondo de su ser que aquella mujer se encontrara bien donde sea que estuviera.

[...]

- Jongho, ve al laboratorio por las muestras y prepara el vehículo. Salimos en 5 minutos- ordenó Mingi.

- Sí, señor Song- respondió Jongho inclinando su cabeza sin notar la mirada molesta de su jefe por haberlo llamado señor.

Jongho se dirigió a los laboratorios, por ser muy temprano aún no llegaba el personal del área por lo que aprovechó su oportunidad. Tomó las muestras que había pedido Song y con su tarjeta de acceso se escabulló al gran almacén buscando a toda velocidad por los estantes. Había memorizado el número de identificación de las pastillas precisas por lo que fácilmente encontró su objetivo: Rèqíng (celo).

Al tomar un puño de ellas no pudo evitar que su mano temblara, esas pastillas inducían el celo y sólo se utilizaban en omegas, ya sea para satisfacer a alfas y facilitar la reproducción o más comúnmente, para torturarlos. El pasar por el celo sin supresores y sin un alfa para satisfacerlos les provocaba una agonía inimaginable dejándolos completamente sumisos para cumplir cualquier orden que les dieran. Aún recordaba aquella vez en que en un descuido había olvidado sus supresores, el celo había sido un infierno hasta que Wooyoung, amigo de su infancia y beta acudió a su ayuda.

Tomó un puñado y lo guardó en un pequeño estuche que llevaba consigo. Suspiró tratando de controlarse y salió de inmediato encontrándose con su jefe a la salida.

Al llegar al corporativo Jeong la nueva asistente los recibió al instante. Jongho miró a Miyeon y con disimulo le guiñó un ojo. Miyeon sólo sonrió levemente al mirarlo sin dar más señal de que se conocían.

Jongho esperó fuera de la oficina, pues la única beta autorizada para entrar era su asistente.

- Hola, bonita- saludó Jongho coqueto mirando a la asistente del príncipe Yunho.

- Hola, caballero- saludo la aludida con una gran sonrisa.

- Permíteme presentarme- dijo Jongho sacando un par de píldoras de su saco con disimulo- mi nombre es Choi Jongho- y ofreció su mano para que Miyeon las tomara, pero justo cuando Miyeon acercó su mano llegó otro hombre.

- Señorita Choi, no debe coquetear en horas de oficina.

Jongho de inmediato escondió su mano en las bolsas de su pantalón. Tanto Jongho como Miyeon se encontraban aturdidos, por poco los habían atrapado. Si alguien llegara a encontrarlos con esas pastillas en su poder estarían en un gran problema.

- Príncipe Seonghwa- saludó Miyeon saliendo de su asombro- él es el asistente del señor Song Mingi.

Seonghwa observó al nombrado, aunque miraba hacía el suelo pudo apreciar que era un hombre muy atractivo- ¿Cuál es tu nombre, bonito?- preguntó Seonghwa con una sonrisa.

- Choi Jongho, su majestad- respondió sin levantar la mirada.

- Eres un beta demasiado alto, Jongho, ¿seguro que no eres un alfa? Pareces uno- dijo coqueto Seonghwa.

- Muy seguro, su majestad- respondió Jongho.

- Seonghwa, deja de coquetear con el personal- Yunho había salido de su oficina junto con Mingi.

- Mandaré los contratos para las firmas finales- dijo Mingi despidiéndose del príncipe.

- Los estaré esperando, recuerda que no puede pasar de hoy- le recordó- Seonghwa, pasa por favor, tenemos que hablar.

Seonghwa seguía evaluando a Jongho, le había llamado demasiado la atención cuando su hermano le llamó.

- Vamos, Jongho- ordenó Mingi- traerás los contratos por la tarde.

Jongho miró significativamente a Miyeon, por lo menos tendría otra oportunidad para entregarle las pastillas ese mismo día. Miyeon sólo asintió dando a entender que lo esperaría.

Dominantes [2ho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora