TIENES QUE CORRER

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Habían pasado un par de horas desde que había visto a Jongho hundirse en el río antes de llegar a la zona rocosa del río. Yunho mandó a peinar el bosque, patrullas de alfas estaban en ese momento llegando a la orillas del pueblo, pero bien sabía él que su omega ya no estaba ahí. No podía evitar sentirse tranquilo al saber que él había logrado escapar.

- ¿Sabías que iban a detonar los explosivos?- preguntó Yunho al alfa pelinegro a su lado.

- No- contestó Mingi mirando el desastre que era la Torre Carpa.- Por lo menos, no hasta que todo comenzó, entonces ayudé a llevar a los omegas a Yiling- terminó por confesar.

- Si lo hubieras sabido, ¿me lo habrías dicho, habrías tratado de evitarlo?- preguntó Yunho. Su tono era lo más normal posible sin rastro de reproche.

- Después de los omegas que vi llegar a Yiling, te puedo decir con seguridad que no lo habría evitado- Mingi se giró a ver a su amigo- Yunho, somos escoria. Todos ellos estaban encadenados, cientos de cicatrices, algunos otros aún se retorcían por la tortura del celo- Mingi cerró los ojos tratando de evadir los recuerdos que llegaban a su mente- ¡Por la diosa Luna! No entiendo como es que hemos llegado hasta ese grado. Tan sólo el pensar en Hongjoong o en mi cachorro... quisiera arrodillarme y suplicar su perdón.

Yunho miraba atentamente a los ojos de Mingi, nunca lo había visto tan afectado por algo en su vida y a decir verdad, él mismo se había sentido asqueado todo el día, sin contar lo que había visto que ocurría en la Torre Carpa antes de que llegara Jongho, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por el penetrante olor a cedro que Mingi desprendía.

- ¡¿Pero qué diablos?!- escuchó gruñir a Mingi antes de que este avanzara prontamente con los puños apretados. Se dirigía a una lujosa limusina negra.

Yunho dirigió su vista desconcertado, acercándose a su amigo, entonces fue claro lo que había visto: un alfa con el traje desfajado y manchas de ceniza en el rostro, arrastraba por la fuerza a dos omegas muy jóvenes que luchaban por liberarse, el alfa molesto, pateó a uno y al otro lo arrojó con fuerza contra el capote sujetándole fuertemente la garganta.

Entonces Yunho lo vio, como si fuera un espejismo, vio a Jongho siendo sometido por ese alfa, tratando de escapar inútilmente mientras su captor apretaba su cuello colérico. Los demás presentes que veían aquella escena no hacían nada, no los socorrían, entonces también se percató de que los omegas no pedían ayuda, simplemente lloraban y se defendían lo poco que podían, sollozando por el trato al que eran sometidos.

- LIBERALO. ¡AHORA!- La voz de mando de Yunho jamás se había dejado escuchar con tanta furia, todos alrededor bajaron la cabeza en sumisión, algunos betas y omegas incluso llegaron a arrodillarse. Mingi retrocedió un par de pasos al percibir también el olor concentrado a sándalo que el príncipe liberaba.

A aquel alfa le fallaron las piernas, temblando cayó al suelo junto con el omega que se postro frente al príncipe por su fuerte aroma mientras luchaba por regular su respiración luego de tremendo ataque.

Pero el príncipe no se detuvo ahí, sus ojos percibían todo rojo por la furia que sentía en su interior, se acercó al despreciable alfa y tomándolo por las solapas del traje desaliñado, azotó con fuerza su cuerpo contra el auto.

- ¿Qué crees que estabas haciendo?- preguntó Yunho colérico golpeando de nuevo al alfa contra el auto haciéndolo toser.

- Príncipe... yo sólo... sólo quería divertirme un poco. Los iba a devolver en la mañana, lo juro- respondió confundido aquel alfa. Siendo uno de los invitados a la fiesta, seguro que contaba con rango alto y trato especial. Jamás nadie lo había agredido de esa forma.

Dominantes [2ho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora