Capítulo 37

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Armando quedó atónito; su rostro se desfiguró y sus ojos se abrieron enormemente. El impacto de aquella llamada inesperada lo dejó confundido y aturdido, mientras su mente luchaba por comprender lo que estaba sucediendo.

Ante el temor de perderla, se sintió abrumado; su corazón se aceleró y las manos empezaron a temblarle levemente.
Una voz en su interior lo culpaba por lo que estaba ocurriendo; su crueldad pasada lo había llevado a un abismo del cual no sabía cómo escapar. Deseaba tener la oportunidad de demostrarle que había cambiado, pero percibió que no tendría esa oportunidad.

"¡Maldita sea!", pensó, "no puedo perderla"
Se dijo a sí mismo que tal vez fuera una amiga quien la llamó o algún familiar, pero aquella misma voz interior se burló de él.

"¡Despierta, no seas tonto! ¿No ves que ya te ha olvidado? ¿Cómo pudiste pensar que después de todo el sufrimiento que le causaste volvería a tus brazos como si nada hubiera pasado? No te quejes ahora, Armando, el daño está hecho y otro ocupa tu lugar."

Any volvió a mirarlo. Al notar la incomodidad de su esposo, sus ojos azules brillaron intensamente. Armando interpretó esa mirada como la expresión de la felicidad que le dio la llamada recibida y sintió una oleada de furia.

_No te concederé el divorcio_, afirmó Armando con determinación.

_¿Qué has dicho?_, preguntó Any, sorprendida y claramente molesta.

_Dije que no te daré el divorcio_, reiteró Armando.

_Pero, ¿estás loco o deseas seguir dañándome? ¡¿Por qué no querrías darme el divorcio? !
No lo entiendo_

_Estoy involucrado en un negocio con una empresa cuyo propietario es muy conservador. No sería bien visto que yo fuera un hombre divorciado; arruinaría mi reputación a sus ojos._

_¡¿Tu reputación!? ¿Es una broma, verdad? ¿De verdad me harás esto por tu reputación?_.

_Escucha Any, no quiero lastimarte en absoluto, créeme, solo deseo cumplir el sueño de mi hermano_.

Any observó los hermosos ojos verdes de su esposo; en ellos percibió una tristeza genuina, no era fingida.

Por primera vez sintió compasión por él, realmente era un hombre atormentado, nunca lo había visto así, pero...

Armando continuó hablando con voz suave y ¿suplicante?, o ella estaba equivocada o el infierno se había congelado, pensó.

_Deseo restaurar la hacienda y los viñedos de mi familia a su antiguo esplendor y así sentir que honré el recuerdo de mi hermano y permitir que su alma descanse en paz._

Any no sabía qué decir, todo parecía dar vueltas en su cabeza.

¿Qué le había sucedido a Armando? ¿Dónde estaba el hombre duro, cruel y despiadado que había venid a ver? ¿Y dónde estaba la mujer implacable y vengativa que no mostraría piedad?"

_Any_ , sintió la voz de Armando, _Any, por favor._

¿Por favor?", ¿qué era esto? ¿Su esposo pidiendo "¿por favor?"? pensó. ¿Había alguna cámara oculta o algo similar? Si la había, por Dios, "¡Corten!", se sentía al borde de la locura.

El teléfono de Any empezó a sonar, trayéndola de vuelta a la realidad. Miró a Armando confundida, su mirada seguía igual, con la misma expresión de auxilio y tristeza desde que comenzó a hablar.
Tomó su celular como una autómata.

_Hola_, escuchó a quien hablaba del otro lado de la línea y contestó:
_Si ,por supuesto espérame ,saldré enseguida _

Armando bajo la cabeza jugó con el vaso que tenía entre sus manos y luego tomó el whisky de un solo trago. Cuando terminó ,  recorrió el salón con la mirada intentando no cruzar mirada con Any mientras esbozaba una mueca y sacudió levemente la cabeza en forma de negación.

La mentiraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora