Para su sorpresa, al sonar el timbre, fue Any quien abrió la puerta. Al verla, Armando se sintió tenso y momentáneamente desorientado.Any tenía el don de desestabilizarlo.
Vestía unos jeans desgastados, una vieja camiseta blanca y llevaba un moño descuidado, pero natural. Casi parecía deslumbrarlo más que la noche en que la conoció. Era hermosa de cualquier manera; su espontaneidad le confería el encanto justo para convertirla en la mujer perfecta ,capaz de atraer a casi cualquier hombre que se propusiera.
_¡Hola, Armando! ¿Cómo estás?—le saludó con un beso inesperado en la mejilla—. Marcos está en el patio trasero, así que ya conoces el camino. Siéntete como en casa._
Armando entró a la casa, sintiéndose nervioso como un adolescente, aunque nada en su actitud lo delatara.
_Mira, perdona si no te acompaño, acabo de llegar y quiero ducharme. Estoy esperando a Andrés, que pasará a buscarme.
No quiero que me vea así, ¡estoy hecha un asco! _
Giro los ojos de manera graciosa y se disculpó mientras subía apresuradamente las escaleras, elevando la voz para que él la escuchara.Al llegar al final de la escalera, le dedicó una sonrisa que a Armando le pareció hipnótica. Sus ojos se clavaron en ella, como si estuviera hechizado, y no pudo apartar la mirada hasta que ella desapareció en el piso superior.
Descubriéndose de ese modo ,se sintió molesto consigo mismo y se encaminó hacia el patio trasero._¡Armando!_Marcos se puso de pie del sillón de jardín y lo saludó efusivamente.
_Qué bueno que has venido_,dijo Marcos con una sonrisa sincera que agudizó la punzada de culpa en Armando, quien se sentía como si estuviera utilizando descaradamente la amabilidad de su amigo.
_Estoy tomando un whisky y Marta nos preparó un aperitivo. ¿Cómo lo prefieres tú?_
Armando lo miró fijamente, sin responder. Ante el silencio de Armando, Marcos repitió su pregunta.
_Armando..._
_Perdón... ¿qué decías?_
_Que cómo quieres tu whisky_hizo una pausa. _¿Armando, te encuentras bien?_
_Sí... sí, claro. Es solo que hoy estoy un poco aturdido, ya sabes, todo esto me está volviendo loco._
Armando tomó asiento mientras Marcos preparaba su whisky y hablaba entusiasmado. Sin embargo, nada de lo que decía Marcos quedó registrado en la mente de Armando. Él solo podía pensar en Any, en la reacción que su presencia había provocado en el, y en Andrés.
Andrés se había convertido en un obstáculo
para sus planes, nunca imaginó que las cosas se desarrollarían de esa manera: Any esperando a Andrés ansiosa y luego desapareciendo lejos de él. Las oportunidades de entablar una conversación con ella se estaban desvaneciendo rápidamente, y Armando se sentía impotente, como si Any se le estuviera escapando entre los dedos, sin que pudiera hacer nada para detenerla.Armando aceptó el vaso de whisky que Marcos le ofrecía y se dejó caer pesadamente en el sillón. Intentó entablar conversación con Marcos, pero era inútil; ningún tema lograba captar su atención ni mucho menos le interesaba. Estaba exhausto, se sentía terriblemente frustrado y triste. No sabía qué sería de su vida, se encontraba prácticamente solo y no podía quitarse de la cabeza la muerte de su hermano.
Mientras Marcos fue a la cocina, la calma de la noche le trajeron recuerdos de su juventud. Había sido tan feliz con Carlos , nunca lo consideró un medio hermano; para él, era su único hermano, aquel a quien cuidaba y protegía a toda costa. Tenían tantos planes juntos...

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La mentira
RomanceArmando, tras obtener su título de ingeniero en Europa, regresa a su país con la ilusión de visitar la nueva hacienda de su hermano. Al llegar, descubre que Carlos se había quitado la vida a causa de una mujer, quien le había exigido dinero y comodi...