𝑈𝑛 𝑐𝑙𝑖𝑝 𝑦 𝑣𝑎𝑟𝑖𝑎𝑠 𝑑𝑢𝑑𝑎𝑠

152 15 3
                                    

  A Spreen lo habían invitado a un partido de fútbol para un stream, y por más que esto lo agarro desprevenido, aceptó.

Hace bastante tiempo no era invitado a esta clase de eventos por lo que estaba muy feliz.

El partido y directo salió bien, todo círculo en perfectas condiciones, así iba a ser hasta que al final del partido, decidieron hacerle una mini entrevista a Iván.

Simplemente pensaba que iba a ser todo normal, pero se le tuvo que ocurrir hacer una broma de mal gusto, la cual resultaría convirtiéndose en un reconocido clip en la plataforma Twitter, poniendo además, el nombre del famoso como tendencia en pocas horas.

El reconocido clip no se trataba ni más ni menos de un intercambio menor de palabras, o eso quería hacerse asimilar.

—¿A quién le queres agradecer? — Dijo la entrevistadora.

—Le quiero agradecer este premio a una persona muy especial que también le dedique el gol. — Respondió con una risa nerviosa al final.

—¿A quién? — Pregunto su amigo que estaba al lado suyo.

—Nah, no voy a decir.

Todos los fanáticos sabían lo conservado que era Spreen, separaba mucho su vida personal de su trabajo. Esto claro que no estaba mal, pero era evidente que esta clase de chistes iba a despertar a todos.

El azabache lo hizo en broma, al menos una parte de él quería convencerlo de que era así.

Primero se propuso decirlo en joda, solo para inchar las pelotas un rato, aunque no se percató que, a lo mejor, si le dedicó ese gol a alguien.

La mayoría de fans estaban suponiendo que tenía pareja y diciendo lo pollera que quedó el pelinegro ante esa frase. Aun así, eso fue lo menos importante para el santafesino, lo que más le importó fue las personas que afirmaban que él tenía novia.

Sí, novia. En femenino.

Estaba en una etapa en la que se cuestionaba la mayoría de cosas, y con la mayoría cosas me refiero a cosas realmente importantes, como lo es su sexualidad.

Él sabía que era heterosexual, creía eso.

Obvio, mientras el tiempo transcurre es común que despierten otro tipo de sentimientos en nosotros. Pero, bueno, Spreen era la clase de persona que suponía que era lo que era y sería así el resto de su vida, cosa que todos sabemos que no es posible.

Las personas cambian por más que cueste aceptarlo, e Iván estaba experimentando eso a sus dieciocho años.

La orientación sexual es un tema que a muchos, es lo menos importante de un humano. Cuando a otros, es algo de suma importancia.

Este primero era lo que representaba a Iván, quien llevaba el pensamiento de que lo único importante eran su salud, sus familiares, su trabajo y, dentro de esto último, sus fans.

Nunca tuvo problemas en dudar de su gusto hacia las mujeres, sin embargo, cuando conoció a Rodrigo supuso que algo podía llegar a cambiar aquello.

Y por primera vez, empezó a cuestionarse de su sexualidad. Ese tal Rodrigo Carrera logró lo que Iván creía imposible.

Hasta el momento, no sabía ni qué le había llamado la atención de él ni cómo comenzó esos nervios cuando se le acercaba.

Como cualquier ser humano en estos casos, primero que nada se obligó a sentir aquello, ya que por alguna razón, le incomodaba sentir esos sentimientos por un hombre. Y como todos sabemos, con el tiempo se fue dando cuenta de la realidad.

Se fue dando cuenta de que enamorarse de alguien de su mismo sexo no era lo peor del mundo, después de todo, el amor es un sentimiento irreversible y qué se siente por una razón o varias, aunque muchos desconocen esto último.

Por otro lado, Rodrigo estaba pasando por la misma situación, solo que para él no fue tan difícil admitirlo. Desde antes admitía que Iván era un chico hermoso y que podía capturar su corazón en poco tiempo.

Y eso ocurrió, terminó gustandole el reconocido streamer. Sin embargo, se detenía a llegar a algo más que solo gustarle, temia del hecho de empezar a  enamorarse del pelinegro, esto lo veía como un claro problema.

Enamorarse de una figura pública y bastante reconocida puede traer muchos problemas, y Rodrigo ya tenía demasiados.

De igual manera, le resultó difícil evitar ponerse celoso cuando el video corto llegó a sus manos.

No reconoció en ese instante lo que sintió, era una mezcla de intriga y enojo, aunque se cuestionaba más sentir esto último, ¿por qué debía enojarse?

Aquella pregunta se repitió muchas veces en su cabeza, pero ninguna respuesta le llegó.

Terminó dándose por vencido, era darle vueltas a un suceso y él no quería seguir con eso, tenía cosas que hacer y ponerse a pensar en eso lo perjudicaba.

Por lo que solo dejó el hecho atrás para que otro lo volviera a distraer, solo que este si era importante.

Dejó de lado a su pobre mascota en todo este tiempo que estuvo concentrado en el estúpido clip y ahora no lo encontraba, causándole mucha preocupación.

La preocupación lo consumió, haciendo que se olvide de las muchas posibilidades de que Merlín pudo haber salido un rato y después podría volver.

Empezó a gritar su nombre, buscando en cada pequeño rincón y sitio en el que se pusiera encontrar.

Estuvo unos cuantos minutos alterado para que el sonido de la puerta lo detuviera en seco.

Confundido al estar seguro de que no esperaba a nadie, fue hasta la puerta y giro la manija, encontrándose con la persona menos esperada.

—Hola.

Su cuerpo se quedó quieto en su lugar, ni siquiera sus labios tenían planeado moverse para hablar.

—¿Qué hacés acá? — Dijo riendo suavemente en un intento de caer a la realidad.

—Vivo acá al frente, literalmente. —  Señalo la puerta atrás suyo.

—¿Posta?

—Sí, boludo. — Rió ligeramente, él también se había llevado la sorpresa.— Ni yo sabía que somos vecinos... Bueno, te venía a...

—¡Merlu! — Apodo cariñosamente mientras aferraba al animal a su pecho con cariño, este pasaba su cara por el rostro del castaño.

—Eso. — Rió de nuevo.— Estaba en mi balcón con mi gata.

—¿Qué edad tiene tu gata?

—Doce meses.

—Él mío también. — Concluyó.

Los dos se miraron sorprendidos, habían empezado igual al mismo tiempo.

—¿Te imaginas qué...? — Supuso Rodrigo, dando a entender que Merlín y Meowth podían llegar a hacerse pareja.

—No, no. — Negó rápidamente Iván al darse cuenta.

—Se están viendo mucho, onda mi gato se escapa todos los días a esta hora, ponele.

—La mía de vez en cuando, y supongo que viene para acá. — Dijo algo desinteresado.— Bueno, me voy porque estoy haciendo unas cosas.

—Bueno, chau.

—Chau.

Cerró la puerta y se quedó mirando un punto fijo, tratando de entender todo lo que pasó en poco tiempo.

Rodrigo era vecino de el streamer más reconocido de Argentina e incluso de todo Latinoamérica, sin nombrar el hecho de que era su amigo.

Simplemente su cabeza exploto al recapitular todo lo que vivió apenas piso el territorio argentino.

𝐀𝐥𝐞𝐣𝐚́ 𝐚 𝐭𝐮 𝐠𝐚𝐭𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐢́𝐨! - 𝘳𝘰𝘥𝘳𝘪𝘷𝘢𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora