𝑃𝑒𝑞𝑢𝑒𝑛̃𝑎 𝑑𝑖𝑠𝑐𝑢𝑠𝑖𝑜́𝑛

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   Tener que apreciar a Iván desde lejos ya le resultaba incómodo, y no por no ser un streamer, sino por haber dejado muy en claro que se rehusaba a salir en cámara otra vez desde el suceso del “beso”.

Extrañaba mucho aparecer sin ni siquiera mostrar su cara y ver como el chat enloquecia ante su mínima presencia.

Decidió que fuera así por unos días, al tener la aprobación de Spreen, debía cumplir su palabra, pero ya se le estaba haciendo imposible tener que recorrer toda la casa de su mejor amigo a escondidas de los demás.

Amaba el trabajo de streamer que cargaba, le resultaba divertido, pero sabía que lo que hacía era por el bien de los dos. Sin embargo, también pensaba en las posibilidades de que se presentará con otro papel en la vida del streamer, como su pareja.

Hacerse ilusiones era lo más entretenido para matar el tiempo, así que se detenía a mirar un punto fijo e imaginar que pasaría si se le declaraba. Después de todo, el amor por el más alto se estaba haciendo más presente a medida que transcurría el tiempo.

Ser presentado siempre como su mejor amigo era algo que ya lo empezaba a irritar, más que nada porque reconocía que nunca podría ser presentado como algo más.

Estaba en un momento de su vida en el que la vergüenza ya no lo manejaba tanto, entonces, ¿qué lo detenía?

Además del miedo al rechazo, tenía miedo de acabar con la carrera por la que tanto se esforzó Buhajeruk.

Haber estado en el medio de la discusión del otro día le hizo saber la importancia que podía tomar la sexualidad de un famoso. Primero le resultaba absurdo, ¿en serio alguien se fijaría más en otra persona que en sí mismo? Aunque luego, al adentrarse más a las redes sociales para ver el tema con más claridad, entendió con más claridad la inmadurez que manejaban algunos.

Recordar esos comentarios que recibió Spreen apenas prendió directo eran la respuesta a tal pregunta.

Había dado un vistazo antes de que cambiará de escena, leyó cosas horrendas como:

“Sos re trolo Spreen, mal ahí”

“Alto maricón sos XD”

Entre muchos de ese estilo.

Claro, fueron baneados del chat en segundos, pero eso no justificaba nada, Iván y él habían llegado a leer algunos.

Por esta clase de razones, Rodrigo empezó a mantener una distancia muy notoria, al ser él muy cariñoso y efectivo sabia que eso solo le traería más problemas a Spreen, por lo que hasta estando en la Universidad, el castaño decidía dejar sus abrazos y caricias para sus demás amigos.

Aun así, no esperaba que Iván tuviera que quejarse de esto, ya que al fin y al cabo, el pelinegro tampoco era el más amante del contacto físico del mundo.

—¿Qué mierda estas haciendo?

Lucía enojado, algo que dejó muy confundido a Rodrigo.

—¿A qué te referis?

—Te la pasas ignorandome Rodrigo, no te hagas el que no sabe.

Y recién ahí cayó.

Ser afectivo era parte de su personalidad, parte de él, así que dejar de ser un empalagoso con su mejor amigo era prácticamente no ser él, y Rodrigo se negaba tener que cambiar por una persona, por esa razón se alejaba de Iván inconscientemente.

Creía que lo estaba beneficiando, pero le daba a entender que el cambiar tanto en ese aspecto lo estaba perjudicando. Además, ser afectivo era la característica principal que describía al italiano.

𝐀𝐥𝐞𝐣𝐚́ 𝐚 𝐭𝐮 𝐠𝐚𝐭𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐦𝐢́𝐨! - 𝘳𝘰𝘥𝘳𝘪𝘷𝘢𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora