☙ Amazonas 39❧

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❧ Una vez que todos salieron despavoridos de la casa y se subieron al vehículo si pusoera llamarsele así, Nam corrió a la parte delantera del camión y tras un par de intentos prendió el pobre pedazo de chatarra, aventando al encender una gran cantidad de humo por la parte trasera, y sin pensarlo, aceleró a toda máquina huyendo de lo que era su hospedaje.

Viajaron alrededor de cuatro horas, no sabían ni qué hora era, ni en donde estaban, todos los que iban atrás iban dormidos Jungkook descansaba su cabeza sobre las piernas de Jimin, había despertado hace rato pero un terrible dolor de cabeza lo hizo quedarse dormido de nueva cuenta, después del lapso de viaje, los primeros rayos del amanecer se vislumbraba a lo lejos, todos iban adoloridos y con posiciones incómodas, mientras Namjoon seguía al volante con un semblante de agotamiento.

— ¿En dónde estamos? — Se enderezó Jungkook sujetando su cabeza y sobando suavemente el lado de la cara que había recibido el puñetazo.
— No lo sé, no hemos parado para nada y Nam no dijo nada cuando todos subimos aquí — le respondía su Tío con evidente cansancio.

Jungkook se acomodó mejor, recargando bien su espalda y Jimin aprovechó para sentarse en su regazo, esconderse en su cuello e intentar dormir, Jungkook lo rodeó con sus brazos para que se sintiera más seguro.

— ¿Sabes que lo que le espera a Jimin será muy difícil? —  encaraba Jin a su sobrino, mientras los que estaban despiertos dirigían sus miradas al castaño.
— Lo sé, estoy consciente de que el cambio le volará la cabeza, pero estoy seguro que en Londres estará mucho más seguro de lo que estaba en el Amazonas.

El silencio se hizo de nuevo en la parte trasera de la camioneta y Jungkook se perdió en sus pensamientos, pues era cierto no sabía tampoco a lo que se enfrentaría en Londres, pero estaba seguro que lo podría manejar mucho mejor que en el Amazonas, sabía que contaba con el total apoyo de su tío, y quizás, de los demás chicos menos de MonBun, en él no confiaría nunca más.

De pronto el vehículo se detuvo abruptamente y todos se alertaron pues no sabían lo que estaba pasando, se quedaron en silencio, y escucharon un portazo, suponiendo que Namjoon se había bajado.

— ¡Abajo! , caminaremos desde aquí, no podemos llegar con un vehículo robado.
— ¿Robado? ¡robado!

Jin estaba a punto de tener un ataque de histeria, todo por lo que habían pasado no le había alterado tanto, como el que Namjoon robara una camioneta a punto de destartalarse, Nam lo tomó de la muñeca y lo arrastró al otro lade de la camioneta y le dijo algo que los demás no pudieron escuchar y seguido se escuchó una gran, sonora y ardiente cachetada, sea lo que sea que le haya dicho lo hizo indignar un poco más, desquitandose de ese modo, Jin llegó de nueva cuenta a lado de todos los demás, sacó su mochila de la camioneta, se la puso muy enfurecido, tomó la mano de Jimin y del otro lado la de Jungkook y comenzó a caminar con total indignación, alejándose de todos.

— ¿Que sucede tío, que te dijo? ¿por qué estás tan furioso?
— Cállate Jungkook y camina, no quiero estar cerca de ese gorila.
— Vas en dirección contraria Seok Jin — Gritó el moreno con una pose de autosuficiencia —Jin se detuvo inmediatamente, y exhalo con fuerza, soltó a Jimin y a Jungkook —  Vamos niños nos equivocamos de camino.

Jin corrigió el camino, y regresó lentamente hacia donde estaban los demás y Jungkook y Jmin caminaron detrás de él algo confundidos, pronto todos comenzaron a seguir a Namjoon, aún entre cuchicheos y risas por la anterior escenita.

—¿Pues qué le dijiste Nam que lo hiciste enfurecer ?
— Le dije que si no se callaba, le metería la lengua hasta la garganta para silenciar sus gritos, o algo más grande…
— Wow, esos es asqueroso… Iugh!

Namjoon se carcajeó fuerte y aprovechó para dirigir su mirada hacia atrás, escaneando a todos y en especial deteniendose en la mirada de un hermoso profesor que sacaba chispas y mostraba un potente sonrojo de vergüenza en las mejillas.

Caminaron alrededor de una hora más, todos estaban muy cansados, los últimos días se habían dedicado a estar huyendo, tenían sus cuerpos y mentes agotados pero la esperanza de regresar a casa los hacía dar el último esfuerzo, Jimin gruñia y zarandeaba sus mangas en muestra de que no soportaba más la ropa ni los zapatos.

—Necesitamos detenernos Nam, Jimin no soporta más estar así.
—Te lo advertimos Jeon, no será fácil para Jimin y tu así lo decidiste, ahora carga con tus decisiones y explícale por qué tiene que permanecer así y por qué de ahora en adelante así será su vida — Le hablaba Namjoon muy molesto.

La verdad era que hasta él estaba sumamente agotado, y no tuvo más paciencia para contestarle a Jungkook, los demás guardaron silencio el resto del camino, todos se sentían incómodos con el ambiente que se había generado, tal pareciera que Nam se comenzaba a arrepentir, de haberse llevado a Jimin con ellos.

Jin suspiro fuertemente pues hasta el estaba de un humor negro, pero jamás trataría mal al pequeño rubio, purs era el que menos tenía culpa en todo esto.

Entraron al pueblo muy de mañana y Namjoon los dirigió directamente al puerto, todos ansiaban algo de agua y comida, estaban famélicos, por el contrario Jimin estaba sorprendido por el mar, incluso intimidado y asustado, presionaba la mano de Jungkook con mucha fuerza, la fuerte impresión no lo dejaba reaccionar de otro modo, todos estaban conmovidos por la reacción del rubio. Era un joven actuando como un pequeño que veía por primera vez el océano.

—Awa koo, awa.
—Así es chim, agua, nos llevará a casa, a Londres.
—Casa Chim Koo.

El sonido del mar resonaba a todo alrededor, todos sintieron un profundo alivio, sabían que ya tenían un pie en casa, y que habían sobrevivido. Namjoon llevó a todos a una pequeña taberna frente al mar, pidió a la camarera que atendiera a los chicos mientras él iba a buscar a su contacto, todos se sentaron con velocidad en la mesa, ansiaban probar bocado, Jimin y Jungkook seguían fuera del lugar, el pequeño rubio estaba embelesado por la vista, los enormes barcos, el vaivén del mar.

—Jeon! están por servirnos y no les vamos a apartar nada a ustedes así que entren de una vez— les gritaba uno de los chicos intentando apurarlos.

El pequeño arqueólogo jaló a Jimin y ambos entraron a tropezones, la mesa ya estaba servida, con algún estilo de estofado y unas jarras de cerveza, todos comían y bebían alegres, incluso Jimin disfrutaba de la comida aunque le costaba usar los utensilios con propiedad.

—Hey Jungkook deberías vigilar cuánto ha bebido tu pequeño rubio — decía Jackson con una enorme sonrisa al ver que el pequeño se empinaba un tarro de cerveza hasta terminarlo por completo.




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