☙ Salvaje ❧

☙ Amazonas 24❧

❧ En otro lado de esa selva, Jimin llevaba ya, dos noches admirando la pared de piedra sin atreverse a trepar, y es que en realidad era algo que no había hecho nunca, pero entonces ¿cómo es que sabía que en ese lugar estaba la flor?, pues fácil, había visto a la expedición de la doctora Jeon hacerlo, subir a la cueva y aparecer después con las flores, que habían colectado, aún que no le recuerda bien del todo, y bueno ya harto de no haber hecho nada en dos días, se levantó del suelo y comenzó a trepar por la difícil pared de piedra.

Se puso al pie de la pared y dirigió su mirada hacía arriba, sabía que le esperaba un camino muy difícil, y sin más comenzó a trepar, la piedra era filosa y resbalosa, no eran las mejores condiciones para hacerlo, avanzaba muy lento y la lluvia y el clima no le ayudaba en nada, sujetarse era difícil pues estaba resbaloso, pero no sabía de qué otro modo llegar hasta arriba, mientras subía no paraba de repetir Koo - Chim, Koo - Chim, sabía que tenía que llegar a la cima para poder obtener la flor que el chico Koo viejo (así había identificado Jimin a Jin) le había pedido, a mitad del camino, se le ocurrió mirar hacia abajo, y se sintió con vértigo, es extraño, llevaba toda su vida entre árboles y ramas pero la altura de la pared lo hizo sentir diminuto y vulnerable, y un temblor lo invadió de repente, sus manos comenzaron a resbalarse, estaba muy consciente de que si caía, no saldría bien librado.

Sin darse cuenta comenzó a llorar, se comenzó a sentir solo y asustado, de verdad quería rendirse, ya no quería subir, el terror comenzó a apoderarse de su mente y su cuerpo, y un trueno muy duro lo hicieron resbalar, sus manos comenzaron a resbalarse, no pudo sostenerse más y cayó, logró sujetarse unos metros más abajo, tenía muy lastimadas las manos, y no paraba de temblar, el llanto no paraba, y la presión que ejercía el mismo sobre el mismo no estaba bien, tenía un deseo exagerado de regresar con Jungkook, que se estaba obligando a trepar y conseguir la dichosa flor del dibujo que le pidió el Jungkook viejo (Jin)

Por el bien de Jin, para cuando Jungkook despertara, debería encontrase su rubio con ellos, y como pintan las cosas, no era buen augurio.

El pequeño rubio había tardado casi todo el día en llegar a la cima, exhausto, empapado y lastimado, se desplomó sobre el suelo, con la respiración agitada, y el cansancio cobrando factura, a pesar de que la lluvia caía tupida, se quedó un buen rato tirado en el suelo, se sintió aliviado por haber llegado hasta arriba, se incorporó y después de un rato, se comió un plátano, que había traído de abajo, el rubio sabía que quizás el camino no sería fácil, necesitaba recobrar un poquito de energías, después de levantarse y sacudirse como perro para deshacerse de la mayor cantidad de agua posible se acercó a la orilla y se asomó por el borde para poder percibir la altura de todo lo que había subido y al darse cuenta se sintió poderoso, e inflo su pecho y se cuadró por su gran hazaña sonriendo muy satisfecho, después de regodearse de sus capacidades, se giró para poder observar lo que seguía en su camino, estaba la boca enorme de una cueva, tan oscura y tan densa, un desafío más grande, incluso mas que la enorme pared de piedra recién escalada ya que no representaba un reto como el que tenia enfrente en éste momento, como lo era explorar una oscura cueva a oscuras, sin conocimiento del camino.

El pequeño rubio se aproximó a la entrada y el aire que provenía de dentro era fétido y espeso, no se parecía nada a algo que hubiera olido antes, eso le erizaba la piel y hacía que se contrajera su estómago de temor, la oscuridad al interior de la cueva era profunda, los pasos de Jimin comenzarona ser torpes, puesto que no lograba ver nada, se sostenía de una pared de la caverna para poder dar sus pasos más seguros, después de un buen tramo en el que avanzó tembloroso se giró para poder ver la entrada de la gran caverna solo pudo ver la tenue luz del exterior que proporcionaba la luna, él era un chico resistente, había sobrevivido todo ese tiempo al gran Amazonas, sin fuego, sin herramientas ni armas, incluso en completa soledad, pero el reto que tenía enfrente lo sentía aún peor que todo lo que había vivido.