Capítulo veintitrés

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Hoseok se acercó a Yoongi y Namjoon.

Dongseok, Deoksu y Sanwoo se acercaron a ellos.

— Los conozco, creí que nunca volvería a verlos. — sonrió de lado con cierta pizca de superioridad.

— ¡Ah, claro! Solían trabajar para nosotros. — entrecerró los ojos.

— E-es el hijo de Min...

La tensión creció entre ellos, y Hoseok no entendía la razón, sabía que los dos chicos tenían sus razones para vengarse, pero Yoongi no había querido compartir las suyas.

— Ahora son mis socios y familia, así que les pido de la manera más atenta que los traten con respeto. — sonrió un poco. — Porque desde hoy, yo soy el único heredero de la fortuna Jung y ellos son mi única gente de confianza.

Deoksu lo miró con el ceño fruncido.

— Mañana podemos hablar de negocios. — dijo dándoles la espalda y alejándose de ellos.

Los tres hombres soltaron una risa entre sarcástica y molesta por el desdén que Hoseok les había hecho.

Al terminar la fiesta Hoseok miró a su alrededor, su mirada se quedó fija en el retrato de Wooseok.

— Que tiren esa foto a la basura.

— ¿Y en que actitud están? — preguntó ansioso.

— Nerviosos, con miedo y con muchas más ganas de matarme. — sonrió.

— A veces, no se si odiar u amar la forma tan despreocupada en la que te tomas el hecho de que quieran matarte.

— Ámame, eso es lo único que puedes hacer. — sonrió arrugando la nariz. — Porque si me odias, te mató.

— Realmente estas loco.

Hoseok sonrió de lado.

— Tienes que decirme tus razones para vengarte, necesito saberlo. — lo miró serio. — Me pediste lealtad y confianza. Te la di y ahora yo necesito que tu me la des a mi.

Yoongi lo miró con el entrecejo fruncido y resopló molesto.

— Tiene que ver con mi papá. — apretó los puños.

— ¿Quién fue?

— La familia Kim.

Hoseok asintió.

Namjoon los observó, sabía que los dos estaban locos, pero últimamente creía que Hoseok le ganaba en locura a Yoongi.

— Mañana iremos a la reunión que nos invitaron, así que aprovechen ese tiempo para acercarse a sus objetivos.

Taehyung regresó a su casa con Byeol, que no paraba de maldecir a Hoseok.

— ¡¡Ese maldito mocoso debería estar muerto igual que su madre!! — dijo sintiendo como algo dentro de ella se retorcía. — ¿¡Por qué carajos no lo mataste!? — gritó con todas sus fuerzas desesperada.

Taehyung apretó los puños, se aflojó la corbata y cerró los ojos.

— Cállate, no quiero oírte… ¡¡Así que cállate de una puta vez!! — acarició su cien con sus dedos tratando de calmar su dolor de cabeza, que empezaba a incrementarse.

— No me hables así, porque fuiste tu quien dijo que lo mataría. — dijo molesta.

— Y lo voy a hacer, así que relájate. — agarró sus cosas y salió de ahí.

— ¡¡KIM TAEHYUNG, VEN PARA ACÁ!! — dijo gritando.

Taehyung condujo hacia el departamento que solía compartir con Seokjin, sabía que ahí estaría su pareja, y deseaba que así fuera porque necesitaba desahogarse con alguien.

Seokjin escuchó el ruido de la puerta y se levantó de la cama.

— Creí que te quedarías con tu mamá y tu “hermano” — dijo con un tono de molestia lo último y caminó en dirección a Taehyung.

— Guarda silencio. — con su mano cubrió su boca pegándolo a la pared.

Seokjin lo miró sin entender nada, conocía a Taehyung y sabía como terminaría esto, así que suspiró y quitó la mano de su boca.

— Hazlo, pero sé rápido. — desabrochó su pantalón y se los bajó junto con su bóxer dejando al descubierto su miembro.

Taehyung lo observó, se acercó a besar su cuello y sostuvo el miembro ajeno comenzando a masturbarlo.

Hoseok salió de la mansión y fue directo a la que ahora era la casa de Byeol y Taehyung.

Observó al hombre que cuidaba la puerta y se acercó a él, había encontrado formas fáciles de conseguir lo que quería sin usar tanta fuerza.

— ¿Quién eres? No puedes estar aquí, así que vete. — lo agarró del brazo. — Largo de aquí.

— Necesito un favor, haré todo lo que me pidas. — dijo con cierto tono de ingenuidad en su voz.

El guardia lo miró analizándolo de pies a cabeza y sonrió de lado.

— Híncate.

Hoseok se rió, le dio una patada en la entrepierna y sacó su cuchillo, acercó el filo al cuello del hombre.

— Asqueroso pervertido. — susurró. — Me vas a ayudar, porque sino te voy a cortar el cuello.

— S-si. — dijo paralizado.

— Bien, ¿dónde está Kim Taehyung?

— Se-se fue al departamento que tiene con su pareja…

— ¿Con Kim Seokjin?

— Si. — tragó saliva cuando sintió más cerca el cuchillo.

— ¿Va a tardar mucho?

— Al menos hoy no va a regresar.

Hoseok asintió y se alejó guardando su cuchillo.

— Dile a tu gente que salgan de la mansión, a partir de hoy trabajas para mi. — sonrió dándole pequeños golpes en la mejilla. — Te voy a pagar muy bien, y mientras hagas lo que te pida seguirás con vida.

El asintió rápido, avisó a los demás guardias y se hizo a un lado dejándolo pasar.

Hoseok entró observando el lugar y subió al cuarto de Byeol.

— Que descaro el tuyo de quedarte a vivir en mi casa. — entró con seguridad sentándose frente a ella.

— ¿¡Qué mierda haces aquí!? — dijo con la voz temblorosa, tratando de buscar algo con que golpear al hombre frente a ella.

Hoseok se rió y le dio una cachetada a la mujer.

— Tranquila, hoy no es el día de tu muerte. — sonrió jalando su cabello hacia atrás.

Byeol trató de zafarse mientras gritaba.

Hoseok sacó una jeringa y le inyectó el líquido.

— Esto es temporal, pero te hará querer morirte. — susurró y la aventó a la cama. — Dulces sueños, maldita bruja. — salió del cuarto rompiendo algunos jarrones y demás decoraciones de la casa.

— Si pregunta que fue lo que pasó, dile que ella se volvió loca y rompió todo. — sonrió altivo

El guardia asintió.

Taehyung abrazaba por atrás a Seokjin, ambos respiraban agitados.

— Saca tu pedazo de carne de mi, es asqueroso sentirlo si ya no estamos haciendo nada. — dijo empujándolo con su mano.

Taehyung rodó los ojos y sacó su miembro de la entrada de su pareja.

— Me voy a limpiar. — se levantó de la cama y fue al baño.

Taehyung se sentó, agarró un pañuelo y limpió su miembro de los residuos que habían quedado.

A pesar de haberse desahogado con Seokjin, aún necesitaba más, por alguna razón no había sido suficiente para calmarlo y en su cabeza seguía el rostro de Jung Hoseok volviéndolo loco.

𝙀𝙣𝙚𝙢𝙞𝙜𝙤𝙨.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora