𝙀𝙣𝙚𝙢𝙞𝙜𝙤𝙨.

Capítulo veintidós

Al día siguiente, Hoseok y Beomgyu estaban en la cárcel pagando por la liberación de Namjoon y Yoongi, mientras hacían remodelaciones a la mansión en la que vivirían.

Namjoon salió muy emocionado y corrió a abrazar al par que los esperaban cerca del auto.

Yoongi cerró sus ojos y respiró hondo llenando sus pulmones de aire.

— Creí que tardarías dos años en sacarnos de ahí. — sonrió.

— Prometí que los sacaría, y eso fue lo que hice. — encogió los hombros.

Namjoon abrazó fuerte a Hoseok levantándolo y le dio un beso rápido en los labios, dejando al menor sorprendido y a los demás en un ataque de risa por la cara de Hobi.

Los cuatro fueron a comer, de compras y a hacerse un cambio de look, necesitaban verse bien, y aunque no iban esconder sus identidades, querían dejar en claro que ya no eran las personas que solían conocer.

Después de unas horas la mansión estuvo lista para que la vieran, al entrar quedaron sorprendidos con lo hermosa que se veía, ya estaba lista para recibir invitados.

La gente comenzó a llegar y nadie entendía nada, no comprendían quien los había invitado al funeral, mucho menos entendían el repentino fallecimiento de Wooseok.

— Esto más que un funeral parece una fiesta. — dijo observando todo a su alrededor.

— Ni te quejes, que estoy seguro que te alegraste al saber que Wooseok estaba muerto. — lo observó.

— Si, lo acepto, pero mínimo disimulo.

Taehyung entró acompañado de Byeol y Seokjin.

Dongseok y Deoksu los observaron serios.

Taehyung observaba el lugar esperando verlo, pero no había rastros de él.

— Amorcito, voy con mi papá. — le dio un beso en la mejilla y fue hacia Dongseok.

— Espero que ese mocoso no esté involucrado en todo esto. — dijo nerviosa mirando por todos lados.

— Madre, relájate. — susurró y le sonrió a la gente que los miraba. — Disimula el terror que sientes de que sea el quien esté detrás de todo esto.

— Es que el debería estar muerto, dijiste que lo matarías, y mira la situación en la que estamos ahora. — dijo furiosa mirando a su hijo con ojos penetrantes.

Yoongi, Namjoon y Beomgyu bajaron por las escaleras haciendo una gran entrada, la gente los miraba sin reconocerlos. Era una reacción esperada, pues nadie los conocía, y la única reacción que querían era la de los de la élite.

Ellos los conocían y definitivamente estarían sorprendidos de verlos ahí con esa ropa tan elegante y de marca.

Hoseok entró por la puerta principal con la urna de las cenizas de su abuelo en mano.

Todos lo miraron, nadie lo conocía a excepción de Taehyung y de Byeol, pero aún así estaba bastante cambiado.

— ¿Quiénes son ellos? — los miró con los ojos entrecerrados.

— Ni idea, pero son bastante guapos. — sonrió de lado.

— Si, lo son, pero tu ni siquiera deberías de estar viéndolos. Recuerda que tienes a Taehyung.

— El no es celoso, así que no le debe de importar a quien miro. — dijo restándole importancia. 

Hoseok caminó haciendo que todos se quitaran de su camino, llegó a donde estaban sus tres amigos.

— Quiero agradecerles por venir al funeral de mi abuelo. — sonrió un poco. — Soy consciente de que muchos no deben de conocerme, así que me presento. Mi nombre es Jung Hoseok. — dijo con una pequeña sonrisa en sus labios.

El asombro y bullicio de las personas se hizo presente, todos conocían ese nombre por el asesinato de Jung Seung, sabían lo que había hecho aunque no conocieran su rostro.

Hoseok dejó la urna en donde estaba la foto en grande de Wooseok y regresó a donde estaban sus amigos.

— ¿Qué les pareció? — susurró observando a la gente.

— Más de uno quiere salir corriendo de aquí. — susurró con una sonrisa altiva.

— Amo esto.

Seokjin observó al grupo y miró hacia donde Taehyung estaba.

— Así que ese es tu cuñado… — sonrió altivo. — Es bastante guapo.

— Eso no quita que sea un asesino. — dijo serio. — Voy a saludar. — caminó a paso firme y decidido hacia ellos.

— Ahí viene el heredero Kim. — susurró.

Hoseok volteó a verlo.

— Te liberaron…

— Si, creí que eras mi abogado, pero nunca volviste a visitarme.

Seokjin se rió y rodó los ojos.

— Me pediste que no regresara, básicamente me corriste.

— Lo siento, mi error.  — sonrió.

— ¿Y ellos quienes son? — señaló a los tres hombres detrás de él.

— Mis amigos y socios. — se hizo a un lado para presentarlos.

Iban a comenzar a presentarse, pero fueron interrumpidos por Dongseok, Sangwoo, Deoksu y sus respectivos hijos que iban a presentarse.

— Hoseok, ¿cierto?

— Si, ¿con quien tengo el gusto?

— Soy Jeon Deoksu. — estiró su mano para estrecharla con la del menor.

Hoseok estrechó su mano con el hombre.

— Mañana haré una pequeña cena íntima, me gustaría que fueras.

— Claro que iremos. — sonrió. — No se los he presentado, pero ellos son Min Yoongi, Kim Namjoon y Choi Beomgyu, mis amigos y socios.

Deoksu los observó atentamente y asintió lentamente.

— Claro que pueden venir ellos también.

Hoseok se rió un poco.

— Disculpe Sr. Jeon, pero no le estaba preguntando si podían ir, simplemente le estaba avisando que los cuatro íbamos a ir. — sonrió altivo

Deoksu se rió y asintió.

— ¿Por qué no vas a saludar a tu madre y tu hermano? — preguntó Sangwoo.

Hoseok apretó los puños con fuerza y sintió la rabia correr por sus venas, pero se calmó y sonrió con malicia.

— Creí que ellos se acercarían, pero veo que tendré que ser yo el que se acerque. — los miró. — Con su permiso. — se acercó a Byeol y Taehyung.

Byeol lo miró furiosa.

— Sorpresa… — dijo serio. — Hace mucho que no te veía.

— ¿Que-qué haces aquí?

— Esta es mi casa. — se acercó, le dio un beso en los labios, se alejó y se acercó a su oído.

— Este es el beso de judas, maldita zorra… — le susurró al oído.

Byeol estaba pálida por la acción y las palabras, levantó la mano lista para darle una cachetada, pero Taehyung la detuvo sosteniendo su mano.

Hoseok se sorprendió, pues estaba listo para el golpe.

— No hagas un espectáculo, todos nos están viendo. — susurró.

Byeol resopló molesta y asintió.

Taehyung miró a Hoseok.

— Tu y yo tenemos que hablar. — lo agarró del brazo sacándolo de aquí.

Hoseok se dejó llevar sin protestar, así fue hasta que estuvieron lo suficientemente lejos de los invitados, ahí fue cuando se soltó del agarre.

— ¿Qué es lo que pretendes? — lo miró con los ojos entrecerrados.

— Venganza, eso es lo que quiero.

Taehyung se acercó a él.

Hoseok sacó una pistola y le apuntó en la cabeza.

— No te acerques más, no quiero matarte… todavía. — sonrió con malicia.

Taehyung se rió.

— Hoseok, por favor… — dijo divertido.

Hoseok le quitó el seguro a la pistola.

— No me subestimes, Kim Taehyung.

Taehyung levantó las manos en señal de rendición y asintió.

— Lo que tu digas, Hoseok.

— Cuídate y cuida a la zorra de tu mamá. — guardó el arma y entró a la mansión.

La tensión estaba presente, pero ya todos se habían presentado y no había vuelta atrás.