Capítulo veintiuno

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Hoseok comenzó a ir a los mismos lugares que los de la élite frecuentaban, se disfrazaba, porque hasta no tener el dinero de su abuelo no podía hacer su gran aparición.

Solo duró un par de semanas así, porque Beomgyu logró encontrar a su abuelo en Busan.

— ¿Cómo mierda pudo esconderse ahí durante tanto tiempo? No entiendo porque nadie pudo dar con el. — dijo asombrado.

— Si quieres lo traigo para que hablen aquí.

— No, yo voy a ir a buscarlo. Quiero darle una sorpresa. — sonrió altivo.

— No hagas nada estúpido, por favor.

— Relájate, eso no va a volver a pasar. — lo miró. — Toda la fortuna Jung será nuestra, y podremos sacar a Nam y Yoongi.

— Esta bien. — asintió dudoso.

Beomgyu llevó a Hoseok al lugar donde estaba Wooseok, el lugar era demasiado solitario, solo había una pequeña casa en medio de la nada.

— Regresa hasta que yo te lo pida. — susurró.

— Hoseok…

— Hazlo, por favor.

Beomgyu suspiró y asintió.

Hoseok se bajó del auto y esperó a que Beomgyu se fuera para ir a esa solitaria casa.

Observó todo a su alrededor, se fijó bien que no hubiera cámaras o personas escondidas listas para atacar, cuando estuvo seguro de que no había ningún peligro siguió su camino y tocó la puerta.

Wooseok se tensó, agarró el arma que tenia escondida y se acercó a la puerta temeroso.

— ¿Qui-quién es? — dijo con voz temblorosa.

Hoseok puso los ojos en blanco y abrió la puerta de una patada.

Wooseok intentó salir corriendo de ahí, pero Hoseok lo noqueo y lo arrastró a una silla para amordazarlo.

— Solo tenias que abrir la puerta sin hacer tanto alboroto, pero no, tenias que complicarlo todo yendo a buscar un arma y preguntar quien era. — dijo refunfuñando,  le quitó las balas al arma, se sirvió un vaso con agua, le dio un gran sorbo y tiró la poca que sobraba a Wooseok.

Wooseok despertó abruptamente y se movió tratando de soltarse.

Hoseok lo observó y se rió.

Wooseok lo miró con ojos grandes y muy sorprendido, la última vez que había visto a su nieto, este tenía siete años.

— ¡¡Sorpresa!! — sonrió. — Tanto tiempo sin vernos… — le quitó la cinta de la boca para que pudiera hablar.

— ¿Hoseok, eres tu? ¿De verdad eres tu?

— ¿Tanto te sorprende verme?

— Eres mi nieto, la única descendencia que me queda. — dijo con lágrimas en los ojos. — Eres lo único que me queda de mí princesa.

Hoseok entrecerró los ojos con un nudo en la garganta, sintió la rabia correr por sus venas y apretó los puños con fuerza.

— Resulta que ahora si soy tu sangre, y ahora si soy tu nieto… — lo miró con dureza. — ¿Por qué me dejaste con Seung? ¿Por qué no hiciste nada para llevarte a mi mamá? Lo dices ahora porque sientes remordimiento, porque la culpa no te deja vivir. — dijo molesto. — Dejaste que mataran a tu hija, y que me arruinaran la vida a mi.

— Déjame explicarte las cosas.

— No, ya no soy ese niño de siete años al que puedes ilusionar y prometer cosas que no cumplirás. — dijo exasperado. — Me basta con lo que viví en ese tiempo, tu desapareciste de mi vida y dejaste que Seung se saliera con la suya, tu eras más poderoso que el, y aún así dejaste que se saliera con la suya.

— Lo estaban respaldando personas muy poderosas, me amenazaron.

— Claro, y preferiste salvar tu vida en lugar que la de tu hija. — se rió. — Tenias mucho más que perder aparte de tu familia. — inhaló y exhaló tratando de calmarse.

Wooseok lo miró suplicante.

Hoseok sacó unos papeles, los puso en la mesa y acercó a Wooseok a ellos.

— Firma esto. — dijo serio.

— ¿Qué es esto?

— Solo firma y no preguntes. — soltó sus manos y le dio una pluma.

Wooseok lo miró y bajó la mirada a los documentos.

— Es lo mínimo que puedes hacer por mi, así que firma.

Wooseok asintió y firmó todo lo necesario.

Hoseok guardó los papeles.

— Ahora puedes seguir escondido aquí.

— No, hay algo más que debo hacer, pero para eso necesito a mi abogado.

— ¿Qué vas a hacer?

— Hay mucho más dinero, dinero del que nadie más sabe, solo mi abogado.

Hoseok se burló.

— Claro que tienes más dinero escondido, ni siquiera me sorprende. — sacó su celular y llamó a Beomgyu para que fuera por el abogado de Wooseok y lo trajera.

Unas horas después, absolutamente todas las propiedades de Jung Wooseok ahora eran de Jung Hoseok.

Beomgyu y Hoseok salieron sin decir nada, el abogado de Wooseok salió detrás de ellos y minutos después se escuchó un disparo proveniente de la casa.

El abogado fue directo a la casa.

— Le quité las balas a su arma. — miró a Beomgyu.

— No era la única arma.

— Maldito cobarde. — susurró y siguió su camino.

— ¿Y el abogado?

— Que se regrese con la ambulancia, nosotros debemos organizar un funeral y debemos sacar a Yoongi y Namjoon.

— Bien, hay mucho que hacer.

— Quiero que el funeral sea en casa de Wooseok, pero antes debemos de remodelar. — suspiró. — Necesito que todos se sorprendan al verme. — sonrió.

— Podemos quitarles lo que es tuyo a Byeol y Taehyung.

— No, que se queden con eso, ahora tengo muchísimo más que ellos. — miró la ventana. — Quiero que se confíen, que no tengan ni la menor idea de donde vino el golpe.

𝙀𝙣𝙚𝙢𝙞𝙜𝙤𝙨.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora