Capítulo catorce

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— Ese maldito mocoso parece inmortal, no importa cuantos hombres manden a matarlo, siempre logra salvarse. — dijo harta de siempre recibir la misma noticia.

— Te dije que nos encargáramos nosotros. — la miró.

— Tú tampoco has hecho nada para terminar con esa escoria, así que no te quejes.

— Pídemelo, y con gusto lo hago. — sonrió de lado.

— Quiero que muera en la cárcel, no puede salir de ahí vivo. — dijo molesta y lo miró. — No nos conviene que salga de ahí.

— Pon todo a mi nombre, así nadie podrá quitarnos nada. — dijo serio. — Si llega a salir vivo de ahí, no podrá quitarte nada porque todo estará a mi nombre y será mi fortuna.

— Bien, pondré todo a tu nombre.

— Veré cual es la mejor opción para deshacernos de él, pero será difícil, la cárcel lo ha cambiado mucho. — encogió los hombros. — Ya no es el mismo ingenuo que conocimos.

— Lo sé, incluso cuando regresó de ese internado, ya no era el mismo chico de antes. — dijo molesta.

— ¿Ellos por que quieren deshacerse de él?

— Tienen asuntos que cobrarse por su abuelo y su padre, además no lo conocen, así que no saben si será de ayuda o no.

Taehyung alzó una ceja y asintió.

— No saben si es amigo o enemigo… — murmuró.

Byeol suspiró y lo miró.

— Sangwoo vendrá a cenar a con su hijo, sé amable con ellos.

— No te preocupes, ya sé lo que tengo que hacer. — se acercó y le dio un beso en la cabeza. — Confía en mi, mamá.

Byeol sonrió y asintió.

En la cena Byeol y Sangwoo se quedaron platicando mientras Taehyung se iba a la sala con el hijo del señor.

Taehyung analizó al chico que miraba todo a su alrededor.

— ¿Te gusta lo que ves?

— Eso es lo que estoy tratando de averiguar. — lo miró. — Aún no decido si me gusta lo que veo.

— ¿Y cuando vas a decidirlo? — entrecerró los ojos.

— No lo sé, así que tendrás que ser paciente. — sonrió y le guiñó el ojo.

Taehyung se rió.

— Creí que nunca volvería a verte después de esa noche en el bar.

— Supongo que el destino nos quería juntos de nuevo. — encogió los hombros.

— Park Jimin, nunca dejaras de ser tan coqueto ¿verdad? — sonrió de lado. — ¿Qué diría tu padre de eso?

— Mi papá no diría nada. Sin embargo, tu padrastro y tu madre definitivamente te meterían a un instituto como en el que metieron a tu hermanastro. — se recargó en el respaldo del sillón. — ¿Crees que a tu madre le molestaría saber todo lo que eres capaz de hacer con esa boca y esas manos? — se mordió el labio.

Taehyung se rió.

— ¿Aún sigues enojado por qué no te llamé al día siguiente esa vez? — soltó una carcajada.

— Por dios, no te creas la gran cosa. — puso los ojos en blanco. — Ya me enteré que tienes los ojos puestos en otra presa, ¿es eso verdad?

— Tal vez, ¿Por qué? ¿vas a ayudarme? — lo miró ansioso.

— No lo creo, porque resulta que ese chico también es mi amigo. — sonrió

— ¿Y eso que?

— Que lo aprecio mucho, y no quiero que tenga la mala suerte de conocerte. — sonrió. — Además, es hijo de papi, y si te atreves a lastimarlo, ten por seguro que te matan.

Taehyung se levantó, se sentó en la mesa de cristal que había enfrente y lo tomó de la barbilla

— ¿Es por eso? Creí que estarías celoso de que con el si quiero algo serio, cosa que contigo no. —  se acercó lo suficiente como para sentir la respiración del chico frente a él.

— Vete a la mierda... — susurró y se zafó del agarre.

Sangwoo y Byeol se acercaron a la sala.

— Jimin, vámonos.

Jimin lo miró, asintió, se levantó del sofá y se fue con su padre de esa casa.

Taehyung lo vio irse con una sonrisa altiva.

Byeol se acercó a Taehyung.

— Nos acaban de invitar a la fiesta de cumpleaños de los Jeon, así que prepárate para conquistar a ese chico en esa fiesta.

— Estoy más que listo.

El día de la gran fiesta llegó, todos estaban muy elegantes platicando entre ellos.

Taehyung llegó con su madre, ella se fue a donde estaba Sangwoo platicando con otras personas mientras que Taehyung se acercó a Jimin, que lo miró con desagrado.

— Preséntame. — le susurró al oído.

Jimin suspiró y sonrió, lo agarró del brazo y lo llevó a donde Taehyung quería.

— Hola chicos, ¿cómo están?

— Hola Jimin, bien ¿y tu?

— Hola Jimin. — sonrió.

— El es Kim Taehyung, es hijastro del difunto Jung Seung.

Taehyung sonrió y asintió levemente con su cabeza.

— Mucho gusto, creo que nos conocemos de eventos pasados, ¿no?

— Claro, has ido a muy pocos.

— Así es, casi siempre me la pasaba en las reuniones de negocios en lugar de los eventos sociales, pero ahora podré estar en ambos o eso espero.

Los tres chicos asintieron

— Pues, bienvenido. — sonrió.

— Gracias. — le regresó la sonrisa.

— Ven, acompáñame, tengo que hablar contigo de algo. — dijo Jimin llevándose al chico de ahí dejando a Taehyung con el otro muchacho.

Ambos los vieron irse.

Taehyung y Byeol querían tener asegurado su lugar entre las familias de la gran élite, y harían lo que fuera necesario para lograrlo, ya habían hecho mucho para conseguir algo, ahora debían asegurarlo y mantenerlo a como diera lugar.

Durante su tiempo encerrado ahí, Hoseok sufrió varios intentos de asesinatos más, en algunos Namjoon y Yoongi lo ayudaron, y en otros tantos Hoseok pudo defenderse solo sin ayuda de nadie más.

Hoseok se había vuelto bastante hábil con las armas y con los puños, aunque no se veía temible como Namjoon y Yoongi, a la hora de defenderse demostraba de lo que era capaz. Se había ganado el respeto de muchos, gracias a su inteligencia y su fuerza, ya nadie lo subestimaba o daba por sentado que era un debilucho.

𝙀𝙣𝙚𝙢𝙞𝙜𝙤𝙨.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora