Los Jung forman parte de las familias más poderosas en Corea del Sur, no sólo en el mundo empresarial sino también en lo político y en el mundo de la farándula.
Jung Wooseok empezó como fiscal general para después convertirse en primer ministro, que es el cargo que ha llevado hasta ahora. Wooseok es padre soltero de su única hija Jung Dawon quien se dedicó a la actuación volviéndose una de las actrices más cotizadas en el ámbito.
Dawon a sus veinticinco años conoció a Lee Seung, un chico pobre que trabajaba como conserje en el teatro en el que se presentaba en ese momento, durante unos meses mantuvieron su relación en secreto, pues su padre ya había arreglado su boda con el hijo del presidente electo. Wooseok no contaba con que su única hija se enamorara tan profundamente de aquel conserje, estaba tan enamorada que planeo fugarse con Seung, pero no podía permitirlo, no podía perder a su princesa, así que canceló la boda y aceptó la relación con aquel joven deseando que no prosperara, pero al año Seung le propuso matrimonio a Dawon, y con mucho pesar y dudas tuvo que darle su apellido al muchacho, pues no podía permitir que su hija se casara con un don nadie.
Fue así que Lee Seung se convirtió en Jung Seung, la pareja se casó y Wooseok le dio todo a su yerno para crear una empresa que años después se convirtió en una de las más importantes del país.
— Seung, te amo y te amaré por siempre. — lo abrazó.
— Yo también. — sonrió.
— Gracias por hacerme tan feliz.
— Gracias a ti por darme lo que siempre soñé y quise, gracias por todo Dawon.
Dawon sonrió y lo besó lentamente.
Siempre creyó que su vida sería perfecta a lado de la persona que amaba.
El tiempo pasó y Dawon dio a luz a su primer hijo a quien llamaron Hoseok, aquel pequeño se convirtió en la felicidad de todos, pero eso solo duró hasta que el pequeño cumplió cinco años y comenzaron a notar que no era como todos los niños, sus intereses no estaban solo en los carros o los soldados, sino también en las barbies y en las cocinitas, eso molesto mucho a su abuelo y su padre, pero a su mamá no le importó y dejó que su príncipe fuera libre.
Hoseok estaba jugando con la cocinita que su mamá le había regalado.
— ¡¡Hoseok, deja de jugar con esas cosas de viejas!! — gritó su padre. — ¿¡Cuándo vas a entender que eres hombre!? ¡¡Tu tienes que jugar con cosas de hombre, entiéndelo!! — pateó la cocina de juguete rompiéndola por completo, agarró los restos que quedaron junto con las barbies y las tiró a la basura.
Hoseok comenzó a llorar por el arranque tan agresivo de su padre, suplicó entre sollozos que se detuviera, pero su padre no le hizo caso.
Dawon bajó corriendo de su cuarto en cuanto escuchó a su príncipe llorar.
— ¿¡Qué pasa!? — dijo preocupada entrando a la sala, encontrándose con su príncipe llorando desconsolado y a su esposo furioso tirando sus juguetes.
Hoseok la miró y corrió hacia ella.
— Mami, mi papá rompió mis juguetes. — dijo abrazándose a las piernas de la mujer.
Dawon cargó a Hobi y lo abrazó.
— Tranquilo, mi príncipe. — susurró y acarició su espalda. — ¿Por qué lo hiciste? — miró a su esposo.
— No puede jugar con cosas de niña, eso lo va a volver en un maricón. — dijo molesto. — Mi hijo es un hombre hecho y derecho.
— ¡¡Cállate!! — dijo furiosa tapando las orejas de su pequeño. — Lo estas asustando. — lo abrazó más fuerte.
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𝙀𝙣𝙚𝙢𝙞𝙜𝙤𝙨.
FanfictionSe prometió ese día nunca volver a creerle, porque sabe que no le conviene. Hoseok era consciente de lo estúpido que fue por creerle todas esas promesas vacías, y maldijo el día en el que él apareció en su vida a destruirla más de lo que ya estaba. ...