Capítulo veinte

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Beomgyu maldijo y trató de comunicarse con Hoseok, pero no contestó, también intentó comunicarse con Namjoon y Yoongi, pero ninguno contestó y empezó a preocuparse, así que salió a buscar a Hoseok.

Hoseok necesitaba saber si su mamá estaba viva, necesitaba saber la verdad.

¿Cómo podía confiar en lo que ellos le habían dicho? ¿Cómo hacerlo cuando ni siquiera había asistido al funeral? Lo único que sabía era por lo que su papá le había dicho.

¿Y si le mintió? No le parecería extraño que lo hubiera hecho, incluso hasta le parecía lógico que lo hiciera.

Estaba frente a la mansión que alguna vez fue su casa, el gran zaguán que solía tener el apellido “Jung” en grande, ahora había sido reemplazado por una gran “K” como la que tenía en su brazo.

Hoseok apretó sus puños, estaba dispuesto a entrar para obtener las respuestas que necesitaba, antes de que pudiera dar un paso más, un golpe en su cabeza lo noqueo por completo.

Taehyung estaba acostado en la cama acariciando las caderas de Seokjin, quien estaba encima de él besando su cuello.

— ¿Has sabido algo sobre el caso de Hoseok? — dijo con la respiración agitada.

Seokjin se detuvo y lo miró con el ceño fruncido.

— ¿En serio vas a matar el momento con eso? — se iba a levantar, pero Taehyung lo detuvo.

— Aún no termino, así que no puedes irte. — lo miró serio. — No puedes dejarme así.

Seokjin se rió y se soltó del agarre de Taehyung.

— Arregla tu problema solo o con agua fría. — se levantó, agarró su ropa y fue al baño a darse una ducha.

Taehyung se rió y aventó la almohada soltando un gran suspiro.

Seokjin salió de ahí molesto y se fue a investigar sobre el caso de Hoseok, ahora que ya era un abogado podía obtener toda la información que quería.

Taehyung se levantó y se metió a la ducha con agua helada, se rió sintiéndose un idiota por haberlo dejado irse.

Varias horas después, Hoseok despertó sintiéndose adolorido y confundido, no entendía en donde estaba o lo que había pasado.

Hoseok se quejó, sobó su cabeza y miró a la persona frente a él.

— ¿Qué fue lo que pasó? — dijo quejándose.

— Eso es lo mismo que yo quiero saber, ¿qué carajos fue lo que te pasó? — lo miró serio. — ¿Acaso quieres que nos maten a todos? Hoseok, no puedes volver a hacer eso. — frotó desesperado sus manos en su cara. — Acabas de salir de la cárcel, y estuviste apunto de hacer que volvieran a encerrarte. — dijo molesto.

— No me hables como si fuera un niño que no entiende las cosas. — apretó los puños. — Entiende que mi mamá puede estar viva, y para mí ella es lo único que importa, así que no me interesa nada más. — gritó empujándolo.

Beomgyu se rió, pasó sus dedos por su cabello y le dio un golpe a Hoseok.

— Mierda. Hoseok, reacciona, maldita sea. — suspiró. — ¿En serio crees que está viva o solo quieres convencerte de que lo está? — lo miró con dureza.

Hoseok estaba furioso, en cualquier momento podría explotar.

— Seré honesto contigo, yo creo que ella de verdad murió, pero simplemente fingieron un funeral y se ahorraron el dinero del cementerio o la cremación. — bajó la mirada. — Mucha gente hace eso, tiran los cuerpos al mar o los venden para llenar otro ataúd o la urna de una familia sin cuerpo.

— ¿Por qué estás tan seguro de que murió? No la conociste, no viste su cuerpo y tampoco la viste morir. — lo agarró fuerte de la camisa acercándolo a él. — No asegures cosas solo porque si, cuando lo único que quieres es cuidar tu pellejo.

Beomgyu lo empujó, sacó unas fotografías y se las aventó.

— Ahí tienes tus estúpidas pruebas. — lo miró. — Tú abuelo pidió una autopsia al cuerpo, así que le tomaron fotos y las pusieron en el expediente.

Hoseok agarró las fotos y las miró, la mujer que recordaba era completamente diferente a la que veía, tenía muchísimos kilos menos, estaba pálida, ojerosa y se notaba lo mucho que había sufrido.

— Tienes que ser más inteligente que ellos, no puedes dejarte llevar por tus emociones y tampoco puedes ser impulsivo.— suspiró y salió dejándolo solo.

Hoseok apretó con fuerza las fotos y las rompió con odio, limpió con dureza sus lágrimas y tomó todo el aire que pudo tratando de calmarse.

Había sido estúpido al creer que su madre podía estar viva, pero no pudo evitar anhelar que así fuera, pero Beomgyu tenía razón y no podía arruinar lo que tanto había luchado por tener, que era su libertad y su venganza.

Hoseok salió del cuarto, tenía los ojos rojos y miró a Beomgyu.

— Perdóname, me dejé llevar por mis sentimientos. — bajó la mirada.

— Entiendo, es tu mamá y obvio te vas a aferrar a la idea de que ella siga viva.

Hoseok asintió.

— Ya no importa, ahora debemos enfocarnos en encontrar a mi abuelo. — dijo serio. — Tenemos que hacerlos pagar.

— Tienes que ser alguien a quien le rueguen por formar parte de la élite, deben arrodillarse ante ti. — lo miró y puso su mano en el hombro del menor.

— No, ellos se deben arrodillar ante ti, ante Yoongi, ante Namjoon y ante mi. — lo miró con lágrimas en los ojos. — Acabemos con esas mierdas.

Seokjin fue a casa de Taehyung, se sentó en el sofá y lo esperó.

Taehyung bajó de su cuarto y lo observó.

— Creí que estarías enojado.

— Lo estoy, pero tenía que informarte lo que me pediste.

— ¿Sobre el caso de Hoseok? ¿Qué pasó? — se sentó con el.

— Salió hoy. — lo miró con una sonrisa altiva.

— ¿Qué dijiste? — dijo sorprendido.

— Jung Hoseok salió de la cárcel. — se acercó y agarró su barbilla. — Amorcito, tu hermano es libre. — sonrió y le dio un corto beso en los labios.

Byeol escuchó la plática y entró exaltada.

— ¿¡Qué!? Eso no puede ser verdad… — miró a Taehyung molesta.

— Pues lo es. Hoseok salió por buen comportamiento.

— ¿Cómo sabes eso?

— Aparte de ser novio de su hijo también soy su abogado. — sonrió.

— Maldita sea, ese mocoso me sigue arruinando la vida. — apretó los puños.

Taehyung sonrió de lado.

— Volviste. — murmuró para sí mismo.

𝙀𝙣𝙚𝙢𝙞𝙜𝙤𝙨.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora