Capítulo treinta y dos

58 18 6
                                    

Después de unos días, los tres se reunieron a hablar, para saber que procedería con la venganza.

— Dejen que yo me encargue, esta es mi venganza al final de cuentas, así que no se metan. — dijo serio.

— Claro, pero si lo arruinas nosotros seremos quienes limpien todo tu desorden. — lo miró molesto.

— Tengo mi propio dinero para limpiar cualquier puto desastre que haga.

— Nosotros nos encargaremos de Jimin y Seokjin, tu encárgate de los demás. — comentó tratando de calmar la tensión.

— Más les vale hacerlo, no quiero que salgan con que se enamoraron.

— Aplica tu consejo en ti también.

— Yo no estoy enamorado de Jungkook.

— Sabes muy bien que no estoy hablando de el. — lo miró con el ceño fruncido.

— ¿Taehyung? ¿Kim Taehyung? El mismo que me ilusionó, rompió mi corazón e hizo que me metieran a un maldito internado de reversión. — se rió con ironía. — Sería demasiado idiota de mi parte volver a caer con la misma basura.

— Tienes razón, y por eso mismo te digo que no te enamores. — dijo con dureza.

— Tu tampoco lo hagas, he visto como miras al principito, así que ni se te ocurra arruinar el plan. — se acercó a él. — Dejé que tu te encargaras de eso por lo de tu padre, pero no lo arruines.

— Métete en tus asuntos. — salió golpeando con su hombro a Hoseok.

Hoseok puso los ojos en blanco y resopló fastidiado.

— Estoy harto de sus tontas peleas. — se levantó y salió de ahí.

Seokjin y Jimin estaban en la sala esperando.

— Ni siquiera se que hago aquí. — dijo cruzando sus brazos.

Seokjin lo miró con una ceja levantada.

— Yo tampoco lo se muy bien, al menos yo vivo aquí, pero tu no. — se rió. — Supongo que ya estas cayendo en tu propia trampa.

— ¡Claro que no! — dijo indignado. — Vine porque los viejitos me mandaron.

Hoseok salió y los vio en la sala.

— Voy a ir a la bodega por la copia de los documentos que quemaron. — dijo fuerte observando las reacciones de los chicos sentados.

Jimin miró a Seokjin sonriendo un poco.

— No vi que estaban ahí. — dijo fingiendo sorpresa.

Jimin se levantó y se acercó a él.

— Lamento mucho lo sucedido.

Hoseok asintió, sonrió, se dio la vuelta y se fue de ahí.

Ahora que no estaba Beomgyu, debían de encontrar sus propios métodos para hacer lo que aquel chico hacía.

Hoseok se acercó a los jefes de seguridad y a las amas de llave de todos los de la élite, les propuso bastante dinero para que fueran sus aliados.

Todos eran conscientes de que Hoseok haría lo que fuera por cumplir su objetivo de matarlos, además de que saben que aquel chico no tenía nada que perder, por lo que no le importaba si volvía a la cárcel o si se moría en el proceso.

Hoseok les dio el mismo veneno con el que su mamá murió e indicó empezar a administrarles pocas dosis en sus bebidas, pero solo a los viejos.

El veneno solo era el plan B, por si el plan A no llegaba a funcionar, pero esperaba que funcionara.

Hoseok fue a la mansión Jeon, sabía que Jungkook no estaría ahí, pero el asunto que debía tratar era con Deoksu.

— ¿Qué haces aquí? — dijo serio.

— ¿Qué pasó con sus modales y falsa amabilidad? — dijo con sarcasmo y se rió. — Bien, me parece perfecto que dejemos de fingir. — se sentó en el sillón individual, sacó un cigarro y lo prendió dándole una calada.

Deoksu lo observó, suspiró con fastidio sentándose en el sofá.

Hoseok sacó el humo y sonrió de lado.

— ¿Sabes muy bien a que vine, verdad? — lo observó.

— N-no, no se porque viniste. — dijo nervioso.

— ¿Quieres que te lo recuerde o prefieres empezar a suplicar por tu vida? — sonrió con malicia.

Deoksu abrió grande sus ojos, se acercó y se arrodilló suplicando piedad.

— P-por f-favor, n-no me mates. — dijo entre sollozos agarrando su pierna.

Hoseok se rió.

— Eres patético. — le dio una patada y se levantó pisando su mano. — Gracias a ti no hubo pruebas para poder defenderme, limpiaste la mierda de todos.

— Lo siento, te juro que no volverá a pasar. — lo miró. — No hagas que te metan a la cárcel.

Hoseok soltó una carcajada y dejó su cigarro en el cenicero.

— Yo ya no voy a ir a la cárcel, ahora tengo suficiente poder y dinero para que alguien más limpié esto, además ya pagué suficiente por cosas que no hice y que no me merecía. — sonrió y le dio una patada en el estómago.

Deoksu se quejó de dolor y tosió.

Hoseok se sentó encima de él y comenzó a golpear su rostro sin parar, jaló su cabello con una mano mientras que con la otra sacó su navaja y le cortó el cuello.

— Muérete. — agarró un frasco lleno de veneno y se lo metió en la boca a la fuerza.

Deoksu tosió y vomitó.

Hoseok se levantó, se sirvió un trago y se sentó a verlo agonizar hasta que murió.

Se tomó su trago, salió del cuarto y se acercó a quien lo había dejado entrar.

— Limpia todo esto, haz que parezca que tuvo un accidente en su auto. — sacó un buen fajo de billetes y se lo dio.

El hombre asintió e hizo una reverencia.

Hoseok salió de ahí, se fue a su mansión, se quitó la ropa y la quemó, para después meterse a bañar.

Al salir se sorprendió de ver a Taehyung ahí.

— ¿Quién te dejo entrar?

— No pedí permiso. — encogió los hombros.

Hoseok se quitó la toalla y se sentó en la cama.

— Hagámoslo de una vez, estoy cansado y quiero dormir.

Taehyung se rió y se acercó besándolo con desesperación.

Hoseok era consciente de que pronto tendría que matar a Taehyung, y no tenía problemas con eso, pero por ahora disfrutaría del buen sexo que tenia con el.

𝙀𝙣𝙚𝙢𝙞𝙜𝙤𝙨.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora