Capítulo treinta y nueve

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Habían pasado varios días, nuevamente Seokjin no aparecía por ningún lado.

Yoongi estaba furioso con Hoseok y con todos, necesitaba encontrar a Seokjin a como diera lugar.

Quería decirle la verdad con respecto a la muerte de Jungkook, merecía vivir en paz lejos de todo este desastre, y sabía muy bien que eso molestaría a Hoseok, pero si debía enfrentarlo con tal de hacer que Seokjin tuviera un poco de la paz que le había sido arrebatada, lo haría sin pensarlo.

Seokjin se escondía en un hotel de mala muerte sobreviviendo para no morir de una sobredosis o de alguna enfermedad de transmisión sexual.

Hoseok observaba la luna mientras fumaba y tomaba un poco de whisky, Namjoon había ido a decirle que el se encargaría de Sangwoo, aunque no quería aceptó, pues quería enfocar su atención y energía en buscar a Seung y su venganza hacia el, y también hacia Byeol y Taehyung.

— ¿Dónde te estás escondiendo cobarde? — susurró, cerró los ojos y aventó el vaso por el balcón.

Hoseok salió de la mansión y se dirigió a la que solía ser su casa.

Entró y no había nadie ahí, buscó entre los cuartos sin saber a quien quería encontrar, si a Seung, Byeol o Taehyung.

Hoseok entró al que solía ser su cuarto y seguía exactamente igual a como lo recordaba.

— ¿Qué haces aquí?

— ¿Dónde está Seung?

— Creí que nunca te ibas a enterar de que tu papá sigue vivo. — cruzó sus brazos y sonrió de lado.

— Dime, ¿dónde está?

— Tu padre no está aquí, pero te mandó conmigo porque yo debo de decirte donde encontrarte con el. — se acercó. — Desde que saliste de la cárcel tu padre ha estado esperando reencontrarse contigo.

Hoseok se rió y bajó su mirada.

— No estuviste en su funeral, deberías de ir a su tumba. — miró el reloj de su mano. — Si te apuras aun puedes encontrarlo.

Hoseok la miró con sorpresa.

— ¿Lo dices enserio o es una maldita trampa? — dijo serio con una mirada retadora.

— Averígualo tu, ese es el riesgo que corres con nosotros. — se burló. — ¿Lo tomas o lo dejas?

Hoseok la miró, apretó su mandíbula y salió del lugar corriendo.

Byeol lo vio irse y se rió.

— Pobre tonto. Ojalá te mate.

Hoseok llegó al cementerio y buscó la tumba de Seung, su respiración era errática mientras buscaba la tumba.

— ¿Dónde mierda estás? — murmuró y se tensó al ver a un hombre parado frente a una lápida.

Inhaló y exhaló todo el aire que pudo, se acercó lentamente sintiendo como su corazón latía a mil por hora.

— Creí que nunca volveríamos a vernos, hijo.

Hoseok se tenso al oír esa voz que lo había atormentado tanto de pequeño e incluso hoy en día seguía haciéndolo.

Seung volteó a verlo con una sonrisa.

Hoseok lo miró, los años no habían pasado en vano en el aspecto del hombre, se notaba decaído y viejo, se podría decir que la vida le había cobrado todo lo malo que causó.

— Tardé un poco, pero aquí estoy. — apretó sus puños tratando de mostrarse fuerte.

— ¿Sorprendido?

— Más bien decepcionado, porque el hecho de que estés vivo significa que mi paso por la cárcel fue en vano.

Seung se rió sarcásticamente.

— Lamento que mi falsa muerte sea un motivo de decepción para ti. Esperaba al menos un poco de pena o tristeza de tu parte por ser tu padre. — se acercó unos pasos.

— Debo admitir que me da un poco de felicidad que estés vivo, porque así de verdad puedo ser yo quien te mate.

— ¿Así como mataste a los Jeon?

— No, contigo si me voy a tomar mi tiempo, no te preocupes. — sonrió altivo.

Seung asintió.

— Pregúntame eso que mueres por saber, tu y yo sabemos de que hablo.

— ¿Mi mamá sigue viva?

— ¿En serio quieres saber eso?

— Si, y quiero la verdad. — dijo molesto.

— Ella está muerta, no se quien te metió la idea de que podía estar viva. — se burló. — ¿Crees que la dejé viva y la escondí de todos? Ella ya no me servía de nada, no tenía razón que siguiera viva.

— Entonces, de verdad esta muerta. — susurró. — ¿Dónde la enterraste? Quiero dejarle flores.

— La verdad no lo se, después del funeral dejé su cadáver en la morgue, posiblemente la tiraron o la quemaron. — encogió los hombros.

— Ni siquiera fuiste capaz de enterrarla por respeto a todo el daño que le hiciste. — apretó sus puños enterrando sus uñas en la palma de su mano. — Hasta el último momento fuiste un miserable con ella.

— Deja de enfrascarte en el pasado y supéralo de una buena vez.

— Eso nunca, yo nunca voy a poder olvidar el pasado y espero nunca hacerlo. — se acercó decidido a él, sacó su arma y lo golpeó con ella en la cabeza.

Como pudo lo llevó a una playa vacía lo amordazó y le ató las manos y pies.

Hoseok sacó un cigarro y esperó a que despertara, cuando lo vio despertar sonrió y acercó la punta de su cigarro al brazo del hombre quemando su piel.

Seung soltó un grito ahogado y trató de soltarse.

Hoseok se rió y le dio un golpe en el rostro.

— ¿Recuerdas todas las veces que me golpeaste hasta vomitar? Porque yo si, aún hay días en los que tengo pesadillas sobre eso.

Seung negó con su cabeza cuando vio a Hoseok acercarse con su arma.

— Tranquilo, no vas a morir tan rápido. — sonrió con malicia.

Hoseok tiró a un lado su arma y sacó su navaja, se acercó a él y cortó su pulgar tirándolo al mar, le dio una cachetada para callarlo y enterró su navaja en la mano que estaba intacta.

Seung lloraba y soltaba gritos ahogados mientras se retorcía del dolor.

Hoseok lo observó con dureza en sus ojos, agarró la navaja y la desenterró de su mano, sacó una jeringa que estaba en un estuche, se acercó y le inyectó el contenido.

— Si no logro matarte con mis propias manos, este veneno terminará de hacerlo lentamente. — cerró los ojos y lo pateó con fuerza.

Seung se retorció llorando con desesperación y dolor.

Hoseok le quitó la venda de la boca.

— Habla, te estoy dando el privilegio de decir tus últimas palabras.

— Me juzgas y tu eres igual o peor que yo, espero que te encierren y te pudras en la cárcel. — gritó con fuerza. — Si la idiota de tu madre te viera estaría decepcionada de ti.

— No te atrevas a hablar de ella con tu sucia boca, maldito. — cubrió la boca del hombre con su mano y el mayor la mordió.

Hoseok se quejó y se alejó.

— Te voy a matar cuando logre soltarme. — le gritó.

— Eso nunca pasará, así que no me preocupo.

— ¡¡Debí matarte cuando eras un maldito mocoso!! — suspiró, le dio una calada a su cigarro, soltó el aire y acercó la punta a su mejilla con fuerza quemando la piel.

Seung gritó con fuerza desgarrando su garganta.

Hoseok de pronto dejó de razonar y comenzó a cortar los dedos que faltaban, ignoró los gritos y súplicas del hombre que se desmayó un par de veces por el dolor, lo jaló hasta el mar y trató  de ahogarlo repetidas veces, pero sin dejarlo morir alargando su agonía, lo pateó y se tiró a un lado cansado.

— Esto es por mi y por mi mamá. — murmuró limpiando las lágrimas que caían de su rostro.

— Podrás cumplir toda tu venganza y aún así no podrás ser feliz, nunca podrás tener una vida normal, porque eres un monstruo peor que yo. — tosió. — Y espero que tengas pesadillas con esto hasta volverte loco.

— ¿Crees que quiero ser feliz y tener una vida normal? Ja, no me hagas reír, yo renuncié a eso desde que entré al internado de conversión, y lo confirmé cuando estuve en la cárcel. — lo miró. — Yo se que nunca seré feliz, ni siquiera buscó serlo, porque cuando termine mi venganza yo también moriré. — se levantó. — La única forma en la que yo podría ser feliz sería olvidándome de todo lo que he vivido.

— Espero que todos los días recuerdes esto y el pasado, deseo que sigas viviendo sintiendo dolor por lo que te queda de vida…

Hoseok se acercó y lo golpeó en el rostro.

— ¡¡Cállate!! — desabrochó su camisa y marcó la piel del hombre con el nombre de su mamá.

“Jung Dawon” estaba escrito en el pecho de Seung con heridas que sangraban.

Hoseok se levantó y prendió el cuerpo con fuego, deseaba que se quemara lentamente y agonizara poco a poco.

Los gritos de Seung aun se escuchaban al igual que se podía apreciar como se retorcía del dolor y suplicaba por su vida entre jadeos.

Hoseok lo observó y escuchó sentado a unos metros de la escena, estaba lleno de sangre y sudor.

Estaba temblando y en shock, no podía creer que su papá de verdad estuviera vivo todo este tiempo, y que además haya podido matarlo con sus propias manos.

Taehyung llegó corriendo, había estado buscándolo desde que supo que había estado en la mansión con su madre, se tensó al ver la escena.

Hace muy poco se había enterado que ese hombre seguía vivo, quería decirle a Hoseok, pero pasó todo lo de los Jeon y no hubo momento ni tiempo de hacerlo.

Taehyung se acercó a Hoseok.

— Vámonos antes de que venga alguien. — agarró su mano tratando de llevárselo de ahí.

— Necesito escuchar hasta su último suspiro,  quiero estar completamente seguro de que esta muerto. — se soltó del agarre.

Taehyung suspiró, lo miró y asintió.

— Esta bien, yo cuidaré que no venga nadie. — se quitó su chamarra y se la puso encima cubriéndolo del frío que creía que sentía por lo tembloroso que se veía.

Hoseok lo miró y apretó la chamarra, a pesar de sentir el calor del fuego se estaba congelando.

Cuando los gritos y las súplicas terminaron, Taehyung ayudó a Hoseok a levantarse.

— Tus amigos van a llegar en cualquier momento, así que vete con ellos y yo limpiaré esto. — lo miró.

Hoseok estaba completamente desconectado de todo.

Taehyung agarró sus mejillas y lo giró para que lo mirara.

— Hoseok, necesito que reacciones.

Hoseok lo miró confundido a los ojos.

— Báñate muy bien y descansa. — susurró acariciando sus mejillas. — Alguno de ellos tirará la ropa de hoy, solo vete de aquí y descansa.

Hoseok asintió lentamente.

Taehyung le dio un corto y rápido beso.

Hoseok recibió el beso sin hacer nada.

Taehyung lo abrazó fuerte una última vez y vio a los tres chicos llegar.

El olor que había por el cuerpo calcinado de Seung era horrible.

— Mierda, ¿qué es ese olor tan asqueroso? — dijo tapando su nariz.

— Sáquenlo de aquí, desháganse de su ropa, hagan que se bañe y que descanse.

Namjoon lo observó y asintió dudoso.

— Necesitamos deshacernos del cuerpo, nadie tiene porqué saber que Seung seguía con vida.

Namjoon y Jimin se lo llevaron de ahí mientras Yoongi ayudaba a Taehyung a limpiar la escena del crimen.

No había necesidad de que la gente supiera que Seung nunca murió, nadie lo extrañaba, así que simplemente tenían que limpiar muy bien para que todo siguiera como antes.










¤ Nota: Nuevamente me disculpo por volver a subir un capítulo que ya habían leído, pero necesitaba corregir y cambiar cosas que no me terminaron de gustar. También pido disculpas por la tardanza del capítulo, para empezar no se llegó a la meta porque les falto un comentario, pero quería compensarles porque hubo un día que cumplieron la meta y no subí el capítulo enseguida, así que en esta ocasión quise compensar eso pero tuve problemas con subir el capítulo y hasta hoy pude hacerlo, espero que lo disfruten y otra cosa es que en cualquier momento le doy fin a esta historia, posiblemente no les vaya a gustar el final o las venganzas de hobi, honestamente amo hacer este tipo de historias y creo que a ustedes también les gusta leerlas pero no soy muy buena en esto, así que lo siento, además tengan en mente todo lo que han pasado los personajes, y que me baso mucho en sus comentarios para elegir el destino de cada personaje.

𝙀𝙣𝙚𝙢𝙞𝙜𝙤𝙨.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora