Capítulo treinta

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Aquel día fue el inicio de una extraña y clandestina relación entre Hoseok y Taehyung, a pesar de que ambos estaban de pareja, eso no impidió que sus noches de sexo terminaran.

Hoseok se levantó quitándose de encima de él.

— Vete. — peinó su cabello y limpió los residuos de aquel líquido viscoso de sus piernas y entrada.

— ¿Siempre será así? Tu corriéndome después del sexo, es bastante molesto. — lo miró.

— Que tengamos sexo no significa que las cosas cambiaron entre nosotros, así que deja de creer que estamos bien. — lo miró y se acercó. — No bajes la guardia, porque en cualquier descuido te mato. — sonrió falsamente.

Taehyung lo miró y sonrió de lado.

— Quiero correr el riesgo.

Hoseok rodó los ojos.

— Vete, Jungkook va a venir a cenar y no quiero que te encuentre aquí.

Taehyung lo miró con el ceño fruncido y no pudo evitar molestarse por las palabras de Jung.

— Deberías de pasar a ver a Seokjin, ha estado raro últimamente.

— No quiere verme, no contesta mis llamadas ni las de su padre.

Hoseok encogió los hombros.

— La próxima semana va a salir el anuncio de mi compromiso con Seokjin.

— ¿Y a mi que me importa? — se rió. — Supongo que felicidades.

Taehyung se rió, suspiró, agarró su ropa y se vistió saliendo de ahí.

Hoseok lo vio irse, agarró la foto de su mamá y la observó sentándose en el suelo.

— Soy tan ridículo que sigo esperando que estés viva, sigo siendo ese tonto niño que anhela que su mamá regrese por el. — se rió con ironía y limpió las lágrimas que salían de sus ojos.

Hoseok se levantó, guardó la foto y fue a bañarse al baño.

Los de la élite hicieron una junta para hablar del tema de los ex convictos, y para sorpresa de todos Byeol llegó.

— Tenemos que matar a Jung Hoseok. — dijo furiosa. — Ese idiota nos va a matar a todos, me está volviendo loca.

Todos voltearon a verla.

— Yo creo que solo es tu culpa lo que está volviéndote loca, por todo lo que le hiciste.

— Haber si dices lo mismo cuando vaya por ti. — miró a Park. — Recuerda que fuiste tu el que recomendó el internado y dio la orden para que le hicieran la vida imposible ahí.

— Hice lo que tu y Seung me pidieron.

— Nosotros solo te pedimos el nombre de un internado, no que lo hicieras vivir un infierno. — volteó a ver a Kim. — Kim Dongseok, por ti permitieron que toda la herencia de Dawon fuera cambiada, dejando a Hoseok sin un peso, además que destruiste las cámaras y todo lo que podía ayudar a Hoseok para salir de la cárcel.

— No fue tan grave… — tragó saliva con fuerza.

Byeol se rió y miró a Deoksu.

— Jeon Deoksu, el pobre ex prometido… — se burló. — ¿Quién iba a decir que eras tan vengativo? Tu nos facilitaste todo, ayudaste a Sangwoo con la inscripción de Hoseok en el internado, incluso con su traslado y el bullying escolar que recibió en la escuela de la que eres dueño. Permitiste que envenenaran a Dawon en tu hospital, que hicieran de forma ilegal el cambio de su herencia, que todo fuera mucho más fácil porque tu destruiste toda prueba que había en contra de nosotros. — sonrió. — Gracias a ti pudimos hacer todo lo que quisimos sin tener consecuencias, gracias a ti Hoseok estuvo en la cárcel, Dawoon murió y Wooseok desapareció. — los miró. — ¿Creen que Hoseok les perdonará todo lo que hicieron y permitieron? Que ingenuos.

— No tiene como enterarse.

— Papá, Hoseok tiene de su lado a Yoongi , Namjoon y Beomgyu. — miró a los demás. — Ellos saben lo suficiente de nosotros como para decirle, además que también tienen motivos para vengarse de nosotros.

Taehyung miró a Jungkook.

— Tu eres su novio, ¿no te ha dicho nada? — levantó una ceja.

— No hablamos mucho, nosotros hacemos otras cosas. — se rió. — Además tu también pasas mucho tiempo con el.

— No confía en mi. — dijo molesto.

Jungkook lo miró y se rió altivo.

— ¿Y estamos seguros de que Seokjin no va a decir nada? Ha estado muy raro últimamente. — dijo Deoksu.

— Ese mocoso no tiene ni un puto recuerdo de esos días, la mayor parte de su tiempo estaba drogado o borracho. — suspiró. — Cree que son simples pesadillas borrosas, no entiende nada, así que no es realmente una amenaza.

El único que faltaba ahí era Seokjin, que no salía de su cuarto a excepción de las veces que iba a buscar sus drogas y alcohol, estaba tirado en la cama viendo el techo sintiendo como todo a su alrededor se movía, se sentía tan feliz y calmado así, que no quería que eso acabara.

Yoongi tocó la puerta un par de veces sin recibir respuesta, se dio la vuelta apunto de irse, pero regresó quitando el seguro y abriendo la puerta.

Seokjin lo miró confundido y solo se rió.

Yoongi cerró la puerta y se acercó a él.

— Creí que habías dejado de hacer esto. — suspiró levantándolo, lo llevó al baño haciéndolo vomitar todo lo que había consumido.

— Te odio… — susurró.

Yoongi lo desvistió y lo bañó acostándolo en la cama, buscó las drogas y el alcohol en el cuarto, metió todo en una bolsa y salió de ahí para hacerle algo de comer.

Seokjin se sentía muy cansado y solo podía repetirse mentalmente que odiaba a Min Yoongi.

Yoongi entró con la comida, se sentó en la cama y comenzó a alimentar a Seokjin.

— No vuelvas a hacer esta tontería. — dijo molesto.

— Prefiero estar así, me siento más feliz y en paz… — susurró comiendo.

— ¿Quieres morir? Entonces, ve y tírate de un puente, pero no hagas estas idioteces.

— No le hago daño a nadie, así que no te metas.

Yoongi se acercó a su oído.

— No hagas que la muerte de mi padre sea en vano. — susurró.

Seokjin abrió grandes los ojos y bajó la mirada sin decir nada más.

Yoongi lo alimentó y cuidó durante su desintoxicación.

Hoseok se quedó pensando en las palabras de Taehyung.

— Creo que yo también debería casarme. — sonrió de lado.

𝙀𝙣𝙚𝙢𝙞𝙜𝙤𝙨.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora