El escondite

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A la mañana siguiente un carro del equipo pasó a recogerme, pues la dirección del estudio era secreta. En el camino la señorita Hannah me explicó que, a partir de que llegara ya no me separaría de Harry y Louis, que en los próximos días tendríamos muchos eventos y debía asegurarme de que al entrar y salir de los lugares ellos no se tocaran y menos en público.
Me hizo mucho hincapié en que estuviera atenta a todo, que observara a los empleados, que revisara los muebles y los alrededores, incluso la comida, todo esto dejándolos trabajar en paz. El estudio era en realidad una especie de bodega, o al menos eso parecía por afuera y estaba en una zona de clase media. Yo esperaba algo más sofisticado considerando para quien era, pero al entrar y ver el interior comprendí que era una fachada. Supongo que a nadie se le ocurriría buscarlos aquí.
 Era formidable, en la entrada había una especie de recibidor con sillones y una gran mesa central, alrededor se distribuían cuatro puertas, dos de las cuales decían sala A y B respectivamente, otra decía sala de descanso y la última solo decía ensayos. Contemplaba el lugar cuando los chicos entraron rápidamente por la puerta, casi corriendo, supuse que para que nadie lograra verlos.
Zayn, Liam y Niall saludaron en general ,sin ver a nadie en especial. Louis pasó junto a mí, tan cerca que pude oler su perfume pero ni siquiera me miró. Harry estaba saludando amigablemente al equipo, se acercó y me ofreció su mano, la tomé con timidez cuando Louis empezó a llamarlo, todos entraron a la sala de ensayos.
Mientras tanto me pusieron al día de cómo funcionaban los traslados y las entrevistas, coordinamos horarios, confirmamos citas e hicimos estrategias para moverlos de un lugar a otro tratando de pasar desapercibidos. Podía escuchar sus hermosas voces cantando las canciones nuevas, me sentía privilegiada ya que el disco todavía no salía y éramos algunas de las primeras personas en escucharlas. Todos los demás parecían desinteresados, deben estar acostumbrados a esto pero para mí era algo maravilloso.

Mantenerme  ocupada disipó mis preocupaciones por unas horas, si éste fuera mi trabajo lo amaría sin duda, pero al recordar las palabras de Simon, volvía a sentir esa opresión en mi pecho, como si lo aplastaran y no pudiera respirar. Durante su descanso me enviaron a llevarles a los chicos su comida, me sentía como la mesera más afortunada del mundo. Era una sala con sillones grandes, con una pantalla plana gigante, con videojuegos y un futbolito. Tenían un par de horas libres y descansaban plácidamente tumbados en los sillones. Cuando entré Louis rodeaba con su brazo a Harry mientras éste reposaba su cabeza en su hombro y no se movieron, los únicos interesados en la comida fueron Niall y Liam. Me preguntaron si quería quedarme a acompañarlos pero les agradecí y salí de prisa, debía regresar con una gran jarra de limonada que apenas podía cargar. La segunda vez que entré a la habitación Louis estaba de pie cerca de la puerta, trataba de evitar el contacto visual y cuando pasé a su lado me metió su pie haciéndome tropezar. El agua se derramó sobre mí y la jarra de vidrio se hizo añicos al caer al piso, las risas estallaron y Harry se incorporó de un salto.

No sabía cuál era el protocolo para las bromas pesadas así que solo salí de ahí y me dirigí al baño para poder llorar tranquilamente. No era la humillación ni el rechazo lo que me hacían sentir miserable, si no la culpa, si yo fuera Louis también me odiaría. Si hubiera sabido en qué consistía este trabajo lo habría rechazado y estaría... ¿En dónde? En cualquier lugar que no fuera este.
Escuché un par de golpes en la puerta, intenté secar mis lágrimas para ocultarlas pero Harry entró sin esperar respuesta. En una mano sostenía una toalla y en la otra una playera suya, me ofreció ambas y salió sin decir ni una palabra.
Era tan dulce y yo no podía entender qué daño podría causarle a alguien que ese par de jóvenes se enamoraran. Sí no hacían absolutamente nada malo, ¿Por qué ellos no podían caminar de la mano igual que cualquier otra pareja?
Todos me preguntaron cómo me sentía excepto Louis que no me dirigía la palabra y parecía muy molesto.

 Terminé el día con una playera negra que bien hubiera podido ser mi vestido. Yo no llego ni al metro sesenta y Harry mide casi un metro ochenta. Al siguiente día había llegado el momento de poner en práctica todas las instrucciones recibidas. La llegada al estudio de televisión fue más interesante, tres cuadras a la redonda estaban cerradas por un río de niñas que esperaban verlos entrar, toda lo policía estaba allí. Llegamos primero y me quedé en la calle muy cerca de la puerta para conducirlos a la habitación donde iban a esperar. Cuando el carro se estacionó, la multitud se abalanzó sobre ellos. Por un momento creí que los iban a aplastar, verlo en vídeos es una cosa pero cuando estás ahí, el ruido es ensordecedor y es tanta la electricidad en el aire que da miedo. Lograban abrirse camino con la ayuda de los guardias, ya solo faltaban unos pasos para que atravesaran la cadena junto a la que yo estaba. Pasaron Liam, Zayn, Niall, pero la densa multitud no dejaba avanzar a Harry y Louis esperaba por él. Comencé a sentirme alarmada porque era mi trabajo evitar un contacto en público, solo nos separaban tres pasos pero pasar era imposible.

AdelineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora