Invisible

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Cuando llegamos al hotel, les tenían lista una piscina privada. Estaba techada y cerrado el acceso al público, las luces blancas hacían que el agua brillara con un hermoso tono azul. Chequeé los alrededores para asegurarme de que no hubiera algún espía, empezaba a volverme una experta en cuestiones de paranoia.

Encontré a dos chicas escondidas atrás de unos pilares y llamé a la seguridad del hotel. Me sentía mal de correrlas yo misma así que dejaba esa difícil tarea a los guardias que parecían disfrutarlo.
Me tocó de nuevo hacer de mesera, así que les llevé bebidas, golosinas y la cena, evitando por completo pasar cerca de Louis. Mientras les servía, Niall me platicaba acerca de su familia, de lo mucho que extrañaba la comida que le preparaba su mamá. Me invitó a sentarme en la mesa con él y con Zayn, quien me dijo que le recordaba mucho a su hermana. Me explicó que cuando me concentro en lo que estoy haciendo, como trabajando en la computadora o leyendo, muerdo mi labio inferior. No lo había notado y me sorprendió que él si lo hiciera, dice que su hermana mayor hace exactamente lo mismo.

Nos reímos mucho escuchando las anécdotas de cuando su hermanita pequeña estaba aprendiendo a hablar y a caminar, se notaba que las extrañaba mucho. Tras un largo suspiro de nostalgia me preguntó:

-¿Cuál es tu historia?
-Bueno... -titubeé. Normalmente no hablaba de estas cosas con nadie, pero en gran parte se debía a que no tenía con quien hablar. Las palabras salieron de mi boca como si tuvieran voluntad propia, como si hubiesen estado atrapadas todo este tiempo- Mis padres murieron cuando tenía 12 años. El Estado de California se hizo cargo de mí hasta que cumplí los 18. Por mi edad ya no era candidata para una adopción, nadie quiere niños grandes, todos buscan pequeños bebes para criar. Desde que perdí a mis padres viví algunos meses en el albergue y otros con familias temporales. No todos fueron malos conmigo pero es difícil mudarte y adaptarte constantemente a gente nueva. Trataba de no hacer ruido, de pasar por las habitaciones sin desordenar para no dejar rastro y de no pedir absolutamente nada para no causar molestias y no me devolvieran. También traté de no llorar mucho cada vez que lo hacían. No dejó de ser difícil pero con el tiempo, cada vez lloraba menos hasta que entendí, que por más que lo deseara, jamás volvería a tener una familia que peleara por mí. Logré estudiar la universidad gracias a una beca y a trabajos de medio tiempo. Comencé a trabajar como becaria en el puesto de recepcionista para Modest y me dieron este ascenso por razones que no puedo entender. No hay un solo día en que no me pregunte si mis padres estarían orgullosos de mí.

Me di cuenta de que todos me miraban. Liam ya se había sentado en la mesa con nosotros y Louis y Harry, que estaban sentados junto a la piscina con los pies en el agua, también me observaban con atención. Estaban muy cerca, a propósito para escuchar la conversación. Parecían conmovidos, me sentí un poco incomoda y todavía con un nudo en la garganta sonreí lo más creíblemente que pude y les dije:
-Tranquilos, estoy bien, ahora los tengo a ustedes, no tengo ni un minuto para aburrirme.

Zayn me rodeó con su brazo brevemente como muestra de afecto y los otros se rieron, incluso Louis. Después de largo rato de haber cenado, Liam y Niall se metieron a nadar. Me insistieron mucho para que me metiera pero me asustaba ya que no sabía nadar y el agua estaba profunda. Lo más que hice fue sentarme a la orilla y meter los pies. Me sentía realmente parte del grupo, se reían conmigo y me contaban todas las cosas que usualmente le cuentas a tus amigos. Toda clase de historias divertidas, para mi sorpresa, lo más valioso que tenían para compartir no eran anécdotas de lo famosos que son, sino recuerdos bellos de sus familias y de lo mucho que las añoran. Avanzada la noche todos se fueron a sus habitaciones y Niall me acompaño a la mía.
-De pronto te quedaste muy callada ¿estás bien?-
-Pienso en Louis y Zayn, ¿fuman con mucha frecuencia?
-Lo dices como si te preocuparan, ni siquiera nos conoces ¿Qué importancia tiene?
-En eso te equivocas. Cuando me asignaron este trabajo, no solo aprendí sus historias sino que también reconocí importantes rasgos de sus personalidades. Tal vez crees que no los conozco en absoluto, pero sé con certeza que tienes un gran corazón, que eres un gran amigo y harías lo que fuera por tu familia. Y sé también que te preocupas por ellos como si fueran tus hermanos.

AdelineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora