Adeline

El gran árbol

Comenzaron a marcharse otra vez por partes, primero Joanna con los bebés y luego las gemelas, Lottie y Felicity. De repente el silencio lo cubrió todo.

Ahora que podía escuchar mis pensamientos a todas horas comencé a ponerme un poco ansiosa. En tan solo unos días teníamos que presentarnos en la oficina de Londres y no sabíamos exactamente lo que nos esperaba ahí.

 Finalmente también llegó el día en que Ed tenía que marcharse. Pasó la última tarde que estuvo con nosotros mostrándonos cómo funcionaba mi nueva computadora. No entendí del todo lo que me explicó, pero nos aseguró que la dirección IP de la maquina no podría ser rastreada, además, en lugar de tener una clave de bloqueo solo la podía iniciar con mi huella digital.

También me dejó una tarjeta de crédito que estaba a su nombre para que hiciera las compras que necesitara y me dio un teléfono desechable en caso de alguna emergencia. Y por último sacó de la bolsa de su pantalón un nuevo relicario. Era el paquete misterioso que le habían llevado hacía unos días y que no nos quiso decir de qué se trataba. Había mandado a hacer uno nuevo, al igual que el primero tenía un micrófono oculto que le enviaría todas las grabaciones a su computadora, solo que éste se abría en tres partes, en una orilla estaba una foto de Louis y en la otra la de Harry y justo en el centro una selfie que Ed y yo nos habíamos tomado cuando estuvimos encubiertos en su casa.
- Para que lleves contigo siempre a las personas con las que puedes contar incondicionalmente y que en caso de ser necesario arriesgarían su vida por ti sin dudar. – Me dijo.

A la mañana siguiente desperté demasiado temprano y decidí salir a caminar. Los extensos jardines tenían senderos para correr o para bicicleta y te llevaban por todo alrededor sin el riesgo de perderte. Apenas había salido de la casa cuando Harry me alcanzó corriendo. Al parecer él tampoco durmió bien y ya no quería estar acostado, me escuchó salir y supo de inmediato mis intenciones.

Apenas estaba saliendo el sol y los rayos de luz tenue comenzaban a cubrirlo todo. Caminamos largo rato hasta que me preguntó:
-¿Alguna vez has trepado un árbol?
- No – le contesté con la esperanza de que no planeara hacer justo eso.
-Vamos, este es mi favorito.
Ni siquiera pude protestar, me jaló y me ayudó a subir. No fue tan difícil pero al llegar a una gruesa y alta rama y mirar abajo no podía ni imaginar cómo lograría bajar de ahí. Harry estaba demasiado callado, se recargó en el tronco del árbol y se quedó admirando el paisaje.
-¿Pasa algo? - le pregunté.
Pregunta tonta dadas nuestras circunstancias, más bien debí preguntar qué de todo lo que tenemos que afrontar era lo que lo preocupaba en este momento.

-Es que a veces me pregunto si todos los sacrificios que hacemos valen la pena. - Me contestó -  No tiene nada que ver con el dinero, simplemente no pasamos tiempo con nuestras familias, estamos exhaustos, no puedo gritar mi amor por Louis, esto es lo más cercano que tendremos a estar libres y mira lo que te han hecho. Hay momentos en los que quisiera renunciar y dejarlo todo, siento que nadie me quiere por como soy, todos necesitan algo de mí. Modest solo quiere dinero, la gente del medio que me rodea solo quiere fama y reconocimiento, las fans solo quieren al personaje que Modest creó para ellas.

La ternura invadió todos mis sentidos, sentí el corazón pesado. Nada provoca más impotencia que el dolor ajeno, pero comprendía a lo que se refería. Llevaba el peso del mundo en sus hombros, se veía destrozado.

 Es lo que pasa cuando dedicas tu vida a satisfacer las expectativas de los demás. Cada palabra, acción y pensamiento que realizas sin ninguna convicción se llevan un poco de ti hasta fragmentarte y quedar irreconocible. Hasta que miras al espejo y no solo ves a un extraño, sino a alguien que detestas y de quien no puedes huir.
Lo único que él deseaba era la libertad y sería trillado decir que la libertad no tiene precio, porque si lo tiene. En mi caso tal vez valga mi vida, lo que no hace gran diferencia, pero en el caso de él, perdería todo lo que ha construido, el dinero, la fama, la aceptación, la posibilidad de un futuro brillante. ¿Cómo se integraría al mundo después de vivir en esta vorágine mediática? ¿Cómo desciendes sin sentir que te has hundido en un abismo profundo? ¿Cómo procesas el olvido?