Adeline

Mensaje secreto

El bebé lucía saludable. Solo nos dio buenas noticias y miles de recomendaciones de cuidados excesivos.
El doctor se retiró y antes de que saliéramos del consultorio detuve a los chicos.
- Hay algo que quiero contarles – Les dije entusiasmada - En el tiempo que estuve sola en casa de Ed se me ocurrió la idea de hacer un vídeo diario para el bebé. Me gustaría que todos los días a partir de ahora hagamos una grabación corta para que cuando crezca pueda ver como éramos antes de que él llegara. Cuando nazca todo será diferente y quiero que sepa todo lo que tenemos que pasar para tener un futuro que ofrecerle, y que entienda la forma en que nos cambió la vida.
- Me encanta la idea – Me dijo Harry de inmediato.

 Nos volvimos a sentar en las sillas junto al escritorio del doctor y con la cámara de mi teléfono les pedí que dijeran algunas palabras.
- Hola, yo soy Harry...
- Él sabe quién eres mi amor, cuando vea esto ya te habrá conocido de antemano. – Le interrumpió Louis.
- Solo quiero decirte que hemos esperado por ti desde que estamos juntos. – Continuó Harry sonrojado - Te necesitamos para complementar esta familia y aunque todavía no te conocemos ya te amamos.
- Y aunque siempre digo "el bebé" quiero que sepas que me encantaría que fueras niña. – Agregó Louis.
Harry se puso de pie y tomó el teléfono para grabarme y hacer un acercamiento de mi panza.
- Ahí estás por ahora – Dijo. – Dile algo a nuestro hijo.
- Hola pequeño o pequeña – Le dije haciendo una pequeña pausa para pensar – Estamos ansiosos por conocerte y poder tenerte en los brazos.

Al salir, solo un par de chicas se acercaron para tomarse unas fotos, algunas enfermeras se les unieron y fue todo.

- Así será nuestra vida cuando sea normal de nuevo. – Dijo Harry.
Qué extraño sonaba aquello: "normal" como si hubiese algo normal qué esperar en nuestras vidas. No me di cuenta hasta entonces, de que en la vida de cada una de las personas, existía el mismo anhelo de encontrar un algo por lo cual vivir. Que todos deseamos conocer el propósito de nuestra vida. Que todos soñamos enamorarnos intensamente, descifrar un misterio, encontrar el camino hacia la libertad. De que todos tenemos un Simon Cowell en nuestro camino, un obstáculo que nos dificulta llegar a nuestras metas, un detractor que nos restringe con sus propias limitaciones. Un abismo que saltar, un problema que resolver.
 Y que al final todos deseábamos las mismas cosas. Entonces no vivíamos una vida tan extraordinaria después de todo, solo teníamos la osadía de luchar por lo mismo que quieren los demás: la felicidad.

- Tal vez debamos considerar que te quedes en casa durante lo que resta de la gira. Solo serán un par de meses y mamá podrá cuidarte. – Me dijo Harry con dulzura.
- No, por favor. – Le contesté como una súplica – Su ausencia me mataría. Además ya no habrá otra gira. Este fue mi primer y único año de One Direction, permítanme estar a su lado. Después quedará una vida entera de quietud y ya encontraremos la manera de acostumbrarnos a ella.
- Lo resolveremos, no te angusties. – Me dijo Louis.

Las semanas que siguieron fueron un poco locas, Anne y yo las pasamos organizando una boda de locura. No porque fuera costosa o excéntrica, sino porque era secreta.
No era cosa fácil contratar servicios con abogados de por medio, para garantizar que las personas presentes guardarían la confidencialidad del evento. Todos, desde los meseros, los músicos, hasta el juez, tuvieron que firmar un acuerdo en el que no se les permitía hablar de esto. Sin mencionar que ese día nadie podía traer celulares ni cámaras, niningún aparato que les permitiera sacar pruebas del suceso, con excepción claro, del fotógrafo que contratamos para hacerlo.

Decidieron, después de muchos debates acalorados, que lo mejor sería que la boda se realizara aquí mismo en la casa. Era más fácil traer todo lo necesario y los invitados aquí, que ir todos a otro sitio sin ser vistos. Además, solo acudirían las dos familias y los amigos más íntimos.