La despedida

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Un par de días después ya me sentía mejor, la fiebre cedió y las ideas en mi mente se habían organizado por sí mismas, poco a poco sentí que mis músculos se iban llenando de fuerza de nuevo, por alguna razón incomprensible, el mundo se iba tornando de un mejor color.

Una tarde en la que ya estábamos comiendo en el comedor, los chicos recibieron una llamada. Al principio se negaron a tomarla, pero fue tanta la insistencia del abogado que de mala gana Louis interrumpió la comida para contestar. Nos sorprendió que saliera del comedor y luego regresara. Presenciamos la mirada anhelante y desconcertada que dominó brevemente sus rasgos. Era una mezcla de emoción y pasmo. Todos lo miramos expectantes.

- Modest quiere negociar la venta de las acciones que le pertenecían a Simon y quieren que me encargue del manejo y la representación artística de la empresa.

Al principio nos quedamos sin aliento, incrédulos ante lo que acabábamos de escuchar. Luego de un momento de breve y maravillosa confusión, caímos en la cuenta de que lo habíamos logrado. Estaban cediendo. El estallido de júbilo fue inmediato, saltamos de nuestros asientos para correr a abrazarlo, debido a mis movimientos torpes y lentos y por fortuna, no llegué al mismo tiempo que Harry pues se lanzó a sus brazos con tanta fuerza que lo hizo perder el equilibrio y cayeron los dos al piso. Entre carcajadas y risas se dieron cuenta de que Harry había quedado completamente sobre Louis, cuando pareció que estaba considerando pararse y dejar de aplastarlo, lo miró a los ojos y puso la palma de su mano sobre su pecho, mismo gesto que Louis imitó para sentir también su corazón latiéndole bajo la palma y le dio un beso.

Lo logramos. Se acabó la farsa, ya no había un lenguaje de señas que inventar, o una clave secreta que traducir, o un mensaje encriptado para que el mundo supiera que su amor seguía intacto.

Después de la muerte trágica de Simon se destaparon muchos más esqueletos de su armario. Acusaciones cada vez más serias iban surgiendo, los artistas y personas del medio lo señalaron pero al ya no estar, no había mucho qué resolver.
Modest que siempre había velado por sus propios intereses aprovechó esto para lavarse las manos. Nada resultaba más sencillo que echarle toda la culpa a alguien que ya no podía defenderse, de esta manera ellos eran los buenos, habían encontrado un chivo expiatorio al que podrían señalar impunemente. Ahora esperaban promover la idea de que al depurar su empresa de gente como esa, estaban abriendo sus puertas a los jóvenes con ideas frescas y mejores. Para crecer en todos los sentidos y volver a ganar y merecer el respeto del mundo.

Eran mucho más inteligentes de lo que creía, ya que en cuanto se corrió la voz de que el prospecto para el puesto principal era Louis, las acciones incrementaron su valor, en otras palabras, ahora que Louis y Harry se habían convertido en la imagen de esta revolución ideológica y social, esperaban utilizar esto a su favor y convertirse en la empresa que los consolidara y llevara su mensaje al mundo.

- ¿Qué les dijiste? - Le preguntó Harry.
- Que el primer cambio que voy a hacer es pintar el edificio de colores y que necesito unos meses de vacaciones pagadas porque está por nacer nuestro hijo.

No existe el término apropiado para describirlo. El júbilo, la dicha, la celebración. Finalmente lo conseguimos.
Pasamos los siguientes días disfrutando de los placeres pequeños y gigantescos que la vida tiene para ofrecer. Reímos, jugamos, cantamos, sobre todo descansamos. Fue un espacio y tiempo libre de preocupación o miedo o estrés. Solo teníamos toda la vida para ser felices. Yo me sentía muy bien, excepto porque estaba cada vez más cansada, el vigor y la energía que había conservado notablemente hasta ahora se había mermado bastante, quizás porque mi cuerpo estaba exhausto, fue un año y un embarazo muy agotador. A veces sentía que hacia un gran esfuerzo incluso para subir las escaleras hasta mi habitación, me faltaba un poco el aire y tenía que detenerme y respirar con mayor intensidad, pero de ahí en más todo estaba bien.

Una tarde, estábamos los cuatro tumbados en los sillones del estudio y repasábamos de nuevo los posibles nombres para el bebé si era niño o niña. Cuando de repente mi fuente se rompió. Me sobresalté un poco al ver el líquido correr por mi pierna y mojar la alfombra.

- Ya viene el bebé - gritaron los chicos al mismo tiempo.

Aunque practicamos esto muchas veces y lo hablamos muchas más, empezaron a caminar torpemente por toda la habitación, Louis estaba buscando el celular para llamar a Tom para que tuviera listo el vehículo que nos llevaría al hospital, pero no lo encontraba y resultó que lo tenía en el bolsillo del pantalón. Mientras que Harry fue a buscar la maleta que habíamos preparado semanas antes, que tenía ropa mía y cosas que íbamos a necesitar para el bebé. Pero tampoco la encontró.

- Vámonos, alguien tendrá que llevárnosla, o compraremos cosas en el hospital ¿No venden biberones y ropa de bebé allí? - Me dijo Harry mientras me ayudaba a pararme.
- Harry es un hospital no una boutique - Le dije divertida por su nerviosismo adorable.

Fue gracias a Ed y su perfecta sincronía que logramos llegar al hospital con todo lo que necesitábamos y también se encargó de avisarle al resto de la familia.
Empecé a tener contracciones leves y muy distanciadas una de otra, pero me sentía mareada, el mundo amenazaba con girar sin control a mí alrededor.

Al llegar al hospital me asignaron la habitación que ya estaba prevista para nosotros, en la que le permitieron estar presentes en todo momento a Louis y a Harry, quienes habían planeado no solo presenciar el parto si no también grabarlo todo para el recuerdo.

Ed mientras tanto, nos esperaría afuera y seria llamado hasta que naciera el bebé como era el protocolo. Me dio un beso en la frente y me miró a los ojos.
-Te amo -me dijo suavemente- Estaré esperando por ti.
-Yo también te amo- le respondí sintiendo el rubor subir por mis mejillas, era la primera vez que se lo decía .

La espera no fue muy larga ya que solo habían pasado un par de horas y las contracciones se habían intensificado y eran más constantes. No me sentía bien.

Louis y Harry estaban de pie junto a la cama tomando mi mano, los dos al mismo tiempo con esa idéntica expresión de preocupación en sus rostros. Estaban emocionados y a la vez asustados igual que yo. Era la primera vez que pasábamos por esto y era aterrador. Todo lo que sientes que los doctores se empeñan en decirte que es normal resulta sumamente abrumador. El dolor se intensificaba.

La enfermera entró a preguntarme cómo me encontraba, al mirarme con atención y pasar su vista por los monitores llenos de números y luces su expresión cambio totalmente. Los dígitos se movían oscilantes pero no sabíamos lo que significaban, lo único que yo entendía era que no me sentía bien y era claro que algo estaba pasando.

- Traeré al doctor - Nos dijo y salió de prisa tratando de disimular su oleada de pánico.
Louis y Harry también lo notaron. Se tomaron de la mano nerviosos.
- ¿Qué pasa? - Preguntó Harry asustado.
- No lo sé - Le dijo Louis tratando de tranquilizarlo sin convicción en su voz - tal vez nada, tienes que calmarte.
- Eso no parece nada - le contestó.

- Quiero que sepan... - Comencé a decirles - que estoy muy agradecida por la vida que me han dado. Este año fue el mejor de toda mi vida. Nunca imaginé que yo era capaz de lograr tanto, de sentir y hacer tantas cosas. Los amo profundamente...
- ¡No! ¡Deja de hacer eso! - Me dijo Harry histéricamente.
- ¿Por qué le gritas? - Le dijo Louis desconcertado tratando de captar lo que pasaba.
- ¿No te das cuenta? - Le contestó entre lágrimas - Se está despidiendo...

Louis me miró con una expresión que congelaba sus facciones, un frío terror se cristalizó en su pecho, ni siquiera le había cruzado este pensamiento por la cabeza.
Todo había estado relativamente bien. De no ser por algunos altercados menores como extrema persecución e intento de homicidio, hasta ahora los exámenes médicos habían revelado muestras de buena salud y un desarrollo estable del bebé. No había de qué preocuparse, al menos, no por esto. Era lo que nos decíamos todo el tiempo.

Me costaba cada vez más trabajo respirar, el aire no alcanzaba mis pulmones y eso ocasionaba dolor en mi pecho. Sentía la sangre como fuego palpitante en las cienes. Los latidos de mi corazón bombardeaban mi caja torácica violentamente. Mi vista se tornó borrosa en un ir y venir de imágenes desenfocadas.

Todo transcurrió en un instante de horror que devoró el momento. El doctor y las enfermeras irrumpieron en la habitación abruptamente, Louis y Harry fueron forzados a salir de ésta entre jalones y preguntas no escuchadas, el pitido del monitor zumbando en mi cabeza revuelto con mi nombre que surgía de sus gargantas en un grito desgarrador de terror. Y sentí que de pronto el mundo se apagó.


Adeline murió el 17 de Noviembre del 2015.

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