Adeline

El vacío de su ausencia

El desayuno era en un comedor privado del hotel, nos acomodaron una gran mesa para los seis. Llegué tarde y todos rieron con mi excusa de mujer embarazada. La verdad es que quería dormir un poco más pero luego me di cuenta de que era nuestro último desayuno todos juntos y esa realidad me expulsó de la cama.
 Pero no llegué al último, faltaba justamente el que nos daba la razón de la reunión. Cuando vi su silla vacía sin pensarlo mucho solo les dije:

 - Yo iré a buscarlo, debió quedarse mirando su belleza en el espejo.

A penas di la vuelta para salir por la puerta por la que acababa de entrar, cuando lo vi acompañado de Simon. Su expresión revelaba de inmediato la desagradable situación. Nuestro desayuno de despedida estaba oficialmente arruinado.

Al verme, la cara de Simon reveló de inmediato su irritación. Nos saludó tranquilamente. No sé si todos distinguieron el fuego en su mirada.
 Nuestros encuentros siempre se habían desarrollado de la misma manera, antinaturales, descompasados. Era como la reunión entre el cazador y su presa, irónica y recurrente. Con una sola seña nos indicó que nos sentáramos y un mesero se apresuró a acercarle una silla.

-Vine inmediatamente dadas las circunstancias. Zayn ha sido inflexible en su decisión de marcharse, lo apoyaremos y pasaremos los siguientes días haciendo los trámites legales necesarios.
Hizo una pausa, no sé si quería una respuesta o un simple asentimiento pero no obtuvo ninguno de los dos, lo miramos expectantes, presagiando malas noticias. Que él estuviera aquí era el augurio de algo siniestro y sombrío, igual que él. Miró a Louis y siguió hablando:

- La noticia de tu ruptura con Eleonor ya salió en todos los medios, es importante que seas visto en antros y discotecas con mujeres, al menos por unas semanas, mientras decidimos qué hacer con tu situación.

"Situación" así llamaba Modest a la orquestada farsa con la que encubrían un hecho irrefutable. Una verdad susurrada a gritos y escondida en reflectores. Solo Modest se engañaba a sí mismo creyendo que aquello lucía real. Los romances, las parrandas, los chicos mujeriegos y fiesteros, ese era un mejor modelo social para mostrar, que dos muchachos enamorados que compartían una vida tranquila y que solo soñaban con estar juntos en paz. Todo esto salía de mi comprensión.

Al terminar con los asuntos principales, tal y como lo habíamos previsto, les pidió a Niall, Liam y Zayn que se retiraran y nos dejaran solos. De pie frente a nosotros deslizó su mirada de uno en uno y se detuvo en mí clavando sus ojos en los míos, como si pudiera arrancarme la verdad con la mirada.

No me encogí, ni vacilé, ni hubo miradas furtivas, aunque mi corazón palpitaba a una velocidad de vértigo, ya no le tenía miedo. Él no era mi dueño y ya no podía controlarme y aunque pudiera eliminarme con un solo chasquido de sus dedos, todo el mundo lo sabría, ese sería mi regalo, desenmascararlo. Contra toda expectativa yo podía destruirlo.
Envolviendo su voz en una calma que no lograba ocultar la ira contenida preguntó:

- ¿Hay algo que quieran decirme?

- No señor. – Respondimos los tres involuntariamente al mismo tiempo. Era odioso parecer su subordinada, lo único que deseaba en ese momento era gritarle que ya no podía controlarnos más, pero si queríamos tener éxito, debíamos adentrarnos en su juego, aprender a fingir una sonrisa y una obediencia que no sentíamos. Teníamos que ser lo bastante fuertes para mostrarnos débiles. El engaño era inmenso y era frágil.

No estaba ni remotamente conforme con tan poca explicación, o más bien con la falta de ésta. Su rostro estaba rígido por la ira. Les pidió a los chicos que se retiraran para hablar conmigo.
 De inmediato empezaron a negar con la cabeza y comenzarían a protestar en cualquier momento pero tomé la mano de Harry que era el más cercano a mí y les dije que podían irse y estar tranquilos ya que yo estaría bien. Antes de salir Louis me dijo suficientemente fuerte para que Simon lo oyera: