Adeline

Chocolates

A penas y se me notaba la panza. Si no fuera porque me realizaron el ultrasonido y los chicos eran testigos de ello, me seguirían molestando. "Me parece que nos estás tomando el pelo y en esa panza no hay más que el desayuno que devoraste esta mañana" solía decirme Niall todos los días.

Cuando Harry me veía lo primero que hacía era acariciar mi abdomen.
Me sentía agotada, no sabía si era por el trabajo, por el sueño intermitente, por la carga de tantas emociones o simplemente por la mezcla de todo.
Estábamos entusiasmados ya que éste sería nuestro último concierto antes del receso de dos meses de medio año.
Es un receso entre comillas, ya que los chicos van al estudio a grabar el quinto álbum y dan algunas entrevistas para televisión y hacen alguna sesión de fotos. Pero comparado con la gira, es un poco menos exhaustivo ya que al menos podíamos vivir en la misma cuidad por un periodo de tiempo razonable y dormir con algo de regularidad. Incluso los chicos se separaban por algunas semanas.

Esa noche, por tercera vez esta semana, nuestras teloneras serían Little Mix. Era raro porque al que más feliz hacía esta situación era a Zayn y ahora que no estaba, el ambiente se había tornado incómodo. De todas maneras ellas eran algo engreídas y por lo regular no salían de su camerino, así que podíamos fingir que no estaban allí y seguir nuestra rutina normal.

Después del ensayo de sonido, los chicos regresaron a su camerino. Yo debía dar una ronda de rutina para checar que en el perímetro no hubiera espías ni mirones. Caminé más de lo debido para despejarme un poco y para escapar por un momento de la eterna vigilancia de Louis.
Como no podían cuidarme mientras daban el concierto, encomendaron a Lou Tasdale que me cuidara. Por sí misma supo de mi embarazo, no tuve que decirlo, simplemente me miró fijamente una tarde y me dijo alegremente: "¡Felicidades!"
Más tarde Louis se encargó de explicarle con detalle nuestro plan, incluso la invitó a la boda.

Los adoraba y me sentía agradecida, pero empezaban a asfixiarme, no me perdían de vista ni por un momento y si no estaba cerca, me hablaban por teléfono constantemente. Pasé de un extremo al otro, de no interesarle a nadie a ser acosada por un cariño puro y sincero.

Pasé por el área donde estaba la cafetería. Aunque faltaban dos horas para que comenzara el concierto ya estaba repleto de chicas y había también algunos chicos. Me formé en la larga fila esperando poder comprar una golosina, ya que no tenía acceso a éstas, porque a los chicos no se les permitía comer nada de chatarra y toda la comida que nos proporcionaban era altamente saludable.
La fila avanzaba muy lento pero yo no tenía prisa, además era divertido observar a las fans con su ropa de 1D y hablando entre ellas de lo perfectos que eran los chicos y de lo emocionadas que estaban de estar aquí.

Al contemplarlas empecé a preguntarme de donde serían y el sacrificio y el trabajo que tuvieron que pasar para estar aquí. Seguramente unas viajaron durante horas desde ciudades lejanas, algunas se quedaban días completos esperando afuera de los estadios, sin importar todos los riesgos que implicaba. Muchas quizás, gastaron todos sus ahorros o trabajaron muy duro para poder pagar su boleto.
Comenzó a sonar mi teléfono. Tenía el ring tong de Best Song Ever. Era Louis.

-¡Hola! ¿Estás bien? Ya te tardaste mucho. - Me dijo tranquilo.
- Estoy bien Louis, tienes que dejar de preocuparte tanto. Estoy formada en una larga fila, se me antojaron unos nachos.

Podía escuchar del otro lado la voz de Harry que le decía que le diera el teléfono. Empezaron a forcejear jugando, quería encargarme algo. Al fin logró quitárselo, luego de alegres risotadas.
- Yo quiero unos nachos también y una coca. - Me dijo riendo.
- Harry no puedes comer eso, ni siquiera creo que me dejen meterlo al camerino. Tom me lo quitará si me ve. - Le dije tratando de persuadirlo.
Empezaron a hablar demasiado fuerte, casi gritando, los dos al mismo tiempo, y tuve que alejar la bocina de mi oreja.