Cuando abrió los ojos fue consiente del aroma fuerte que lo dejo haciendo una mueca de completo horror, rápidamente se levantó de su cama. Buscó con la mirada su pantalón que al final había parado a la esquina más lejana de su habitación, se hizo con este y ya listo salió de su cuarto mientras recorría los laberínticos pasillos de la mansión hasta llegar a una puerta.
Cuando entro a la habitación encontró la silueta en el suelo desparramada en una oscuridad que podría atrapar en sus garras todo objeto en él. Sehun aun con la respiración acelerada y las manos temblorosas se inclinó sobre el cuerpo, primero desviando sus ojos al cigarro aun con el naranja encendido en él, lo apago con la suela del zapato de su hermano mayor que yacía inconsciente frente a él, seguido lo destruyo entre sus manos. No le importaba que quemara sus palmas aún caliente, realmente no le importaba lastimarse.
El dolor físico era lo último que le importaba en esos momentos.
Sentía un fuerte sentimiento de decepción al ver a su hermano que caía de nuevo en las garras de los vicios. Lo sostuvo entre sus brazos mientras contenía las lágrimas.
―¿Por qué lo haces hermano?
Sehun susurraba mientras veía atento su rostro, demacrado y destruido. Se le rompía el corazón al verlo en aquel estado.
Sabía que su hermano recuperaría la consciencia en unas horas, de que lo primero que buscaría seria su cigarro y la bolsita de mota que recién había comprado. Sehun lo alzo entre sus brazos y aunque fuera muy difícil por su tamaño y peso, reunió todas sus fuerzas para llevarlo a la cama y arroparlo.
El rubio sentía como una lágrima se resbalaba de su mejilla pero en cuanto fue consciente de ello la desapareció con su mano. Ya un poco más tranquilo tomo la bolsita con hojas verdes pequeñas, y luego busco por entre los cajones y encontró una bolsita más pero esta ocasión con cristales brillantes. Sehun no sabría explicar cómo se sintió al ver que no solo era mota sino también metanfetamina que consumía SooMin.
Solo sabe que con un sentimiento de rencor acompañado de una completa rabia que se apodero de su cuerpo camino al baño y tiro todo por el W.C deshaciéndose de ese pequeño problema. Con amargura abandono la habitación de SooMin, esperaba que el olor repugnante de esa basura se fuera antes de que sus padres llegaran del corto viaje de negocios que tenían ese día.
Arrastro las piernas hasta el baño de su habitación y esperaba desaparecer todo ese vacío interior que lo invadía. Creía que ya había dejado eso de lado, se suponía que todo ese tiempo estuvo acudiendo a un grupo de ayuda, no quería pensar que así debía ser todo el tiempo con Sehun pisándole los talones para evitar que corra el peligro de otra sobredosis que ponga en peligro su vida.
Sehun gruño furioso, se suponía que sus padres debían estar al cuidado de él, pero lo único que hacían era abandonar la casa cada que podían para evitar lidiar con un semi adulto drogadicto y un adolescente muy serio.
Cuando se encontraba listo para ir al colegio, decidió cerciorarse de que su hermano estaba despierto, cuando lo vio removerse entre las sabanas cubriéndose sintió que se deshacía de un peso que llevaba en los hombros, uno invisible y agobiante. Pero luego bajo las escaleras a la cocina preparo un simple desayuno, unos huevos revueltos, pan con mermelada y zumo de naranja subió hasta la habitación donde SooMin se encontraba y dejo la bandeja con comida en la mesita de noche.
Salió de casa y se percató de que hacia un muy bonito día soleado, brillante y precioso, sentía que su sola presencia no encajaba en tan precioso ambiente. Su alma ahora se encontraba en un terrible hoyo negro de desesperación y tristeza.
Se sentía solo y vacío. Pero camino al colegio vio a lo lejos al niño de cabellos rosados y sintió que su corazón volvía a palpitar; su sola presencia lo ponía de tan buen humor. Pero luego recordaba que no era correspondido y luego se sentía desdichado, y no sabía cómo era posible que LuHan lo hiciera subir y luego bajar en tan solo segundos.
Iba a clases, charlaba con BaekHyun un rato y el resto del día liberaba su frustración en la sala de baile, daba pasos con fuerza, sacudía su cuerpo mientras se movía con fiereza dejándose llevar por la rabia. Pero llego un instante en el que se dio cuenta de que no era suficiente y tomo su mochila, camino hasta el teatro y entro por la puerta de emergencia y siendo lo más sigiloso posible se dejó llevar por una suave voz que lo hechizaba.
Al llegar detrás del escenario, se quedó sentado mientras veía el vacío. Su voz lo calmo por completo, le tranquilizaba la manera en la que Luhan cantaba y se dejaba llevar por la música.
Sehun sabía que la única manera en la que sintiera paz verdadera era escuchar a LuHan. Era una especie de maldición porque realmente no tendría al cantante por más esfuerzo que hiciera, porque era tan puro como para formar parte del desastre que era la vida de Sehun.
Se levantó decaído pero tranquilo, y cuando estuvo por irse, LuHan dejo de cantar.
―¿Sehun?
LuHan le hablo, el rubio se quedó quieto en su lugar, dio la vuelta y lo vio con unos ojos tristes.
El bailarín se quedó ahí y le dedico una sonrisa débil. Una sonrisa que hizo que LuHan sintiera una punzada en su corazón.
―Lo lamento, me iré ahora mismo
Sehun hizo una leve reverencia, agradecía la felicidad inefable que le hizo sentir esos instantes. Pero no quería ser espectador del rechazo y la indiferencia de su LuHan.
No estaba de humor para coquetear con descaro o de retar a su pequeño niño bonito.
―No, espera ―LuHan hizo una mueca y agacho la cabeza, como si estuviera dudando de si realmente debía detenerlo, porque se suponía que debía evitarlo. Y ahora que estaba dispuesto a alejarse de él, no sabía que hacia reteniéndolo. ―La otra noche te fuiste. ―menciono un poco avergonzado, Sehun suspiro.
¿Debía responder a ese comentario?
Se quedó en silencio y LuHan sentía que ese pequeño instante que el bailarín no hablo era eterno.
Sehun le dedico una sonrisa y una mirada que LuHan no sabría explicar pero que le hizo sentir como si su corazón se rompiera. Sehun tenía una mirada triste difícil de explicar.
―Lo siento, no volverá suceder ―y con eso se dio la vuelta dispuesto a irse. Pero el mayor gruño frustrado, no debía comportarse de esa manera. Quería de vuelta al narcisista, acosador y molesto Sehun.
―Ese es el problema, quiero que suceda.
Sehun se detuvo en seco. Se dio la vuelta sorprendido.
LuHan sabía que ya era tarde para arrepentirse y ahora no había manera de que se detuviera, por lo que lo mando todo al diablo.
―Estoy molesto porque quiero que sigas detrás de mí, acosándome y guiñándome el ojo en las esquinas, quiero que sigas mandándome esos ridículos y explícitos mensajes de texto, que continúes soltando esos piropos cursis; y estoy realmente cabreado de querer todo eso.
LuHan suspiro y vio a los al bailarín. Sehun casi tiembla frente a la profundidad de sus orbes.
Sehun entonces le dedico una sonrisa burlona.
―No sé quién es más demente de los dos; yo por ser un acosador sin límites o tú porque querer ser acosado.
LuHan soltó una pequeña sonrisa.
―Seamos dementes juntos
LuHan menciono en un susurro que Sehun pudo ser capaz de escuchar.
Fue de esa manera que Sehun descubrió que la vida no solo tenía momentos terribles y tristes preparados para él, sino también una pizca de felicidad. Solo era lo que necesitaba.
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Tu más grande fan [ChanBaek]
FanfictionBaekhyun es probablemente el chico más soberbio, problemático, arrogante y altanero que el consejero escolar, Park ChanYeol conoce pero que de alguna manera consigue demostrar su buen corazón en momentos menos pensados. Park ChanYeol, acepta el hech...