𝐌𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐅𝐚𝐥𝐥𝐢𝐝𝐚 ||𝐈𝐚𝐧𝐟𝐞𝐝/𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬𝐞||

『𝐈𝐚𝐧』

Los autos estaban tomando movimiento, ¿en cuál iba Fede?, no lo sé, pero seguramente él menos desprotegido, eso ya lo se, tristemente, a él es el que le toman menos importacia en su vida, Máx, Lukas y yo empezamos a caminar a velocidad de los autos, no iban demaciado rápido, iban en un movimiento suave y lento.

La razón era porque había gente alrededor, demasiada que ni yo podía creerlo, varios se enfocaban en un auto que estaba con las ventanas abajo, prácticamente esa tenía al wey este y los otros dos, vaya que dejen que su fama les suba a la cabeza, pero a mi se me había subido una posible excelente idea.

El rey que más odio estaba ocupado, había parado todos los autos para la maldita boda solo para hacer una entrevista con los que los veían, ¿es encerio?, llegué a pensar que no llegaría a ser tan idiota, pero estaba lejos de la realidad, pero pensando más en la idea, iba a ser demaciado fácil sumando la estupidez de todos ahí.

Mi idea era prácticamente sencilla, no ibamos a caminar, y es más, estaba pasando lo que más odiaba pero ahora sería una ventaja, Fede estaba volviendo a ser ignorado, y aunque odiar a eso, podríamos aprovecharlo metiendonos al auto de él, como casi no están al pendiente de él, sería pan comido.

Le mande esa idea en mensaje a Fede a lo que el respondió con un "ok", una respuesta algo seca, pero me aprobaba la idea, les dije a los chicos a lo que ellos también asintieron, al fin al cabo también me aviso que optaron por la idea de que también a los Alán y Álex los había mandado con Fede.

Con mucho sigilo, pudimos llegar al auto, al abrir la puerta, que estaba sin seguro ya que Fede la había dejado así, pero después de entrar nos llevamos una muy grande, al menos yo ya que había entrado primero, al ver a la señora frente mio, ¿quién era?, pues creo que la antigua reina, y no se si me caerá bien.

—. Hola jovencito—. Me saludo como si nada mientras que en mis adentros casi me estaba dando un infarto.

—. H-hola—. Maldita sea, ¿me va a correr a chingadazos?, creo que si lo hará.

—. Conque eres tú—. Mencionó, ¿qué mierda?, trágame tierra idiota.

—. ¿D-de qué habla?—. Haber, no la conozco, pero mientras no sea igual que el joto ese la trataré con un respeto temporal si es igual.

—. Oh porfavor, ya ni te preocupes, ya se que eres el novio de mi hijo—. Dijo, alto... ¿Lo llamó hijo?, ¿lo reconoció como uno?, ese pequeña palabra me convencio.

Se muy bien como tratan a Fede y ni su padre le a dicho hijo, solo con un apodo muy común y grosero, tal como mierda o inútil, siempre quiero lo mejor para él, para mi pequeño, y creo que ella, será muy distinta que a su padre, porque sin no fuera así, ya estuviera insultandolo sin parar.

—. Oh... Amm... P-pues... Y-yo... —. Tartamudée nervioso, ¿qué?, quería mantener un aspecto bien visto con mi suegra, ¿qué tiene de malo?

—. Ni te esfuerzas para excusarte, vamos, entra con los otros dos, no te preocupes, aquí entran ustedes—. Me sonrió, ¿deberas es tan buenas gente?, la neta pues ni yo se, pero tenía un poco de desconfianza pero aún así asenti y solo entramos, los otros chamacos pendejos se sentaron al lado de Álex y Alán, y cuando me apenas me iba a mover a donde estaba Fede, pues ella me habló—. Hey, ven, siéntate aquí, te quisiera conocer más.

Esas malditas palabras hicieron temblar todo mi cuerpo...