Todos tenemos una historia, somos lo que hicimos y lo que hacemos.
Hoy como todos los días tienes una elección; puedes seguir por el camino de siempre gastando tu tiempo como sueles hacerlo o puedes ser heroica y tomar un camino épico.
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Los amigos estaban vueltos locos, si bien lo dijeron, de por si los tenían con los nervios de punta con el embarazo era aún peor
El sonido de alguien en la cocina hizo despertar a Mike, al no ver a su esposa a su lado se asustó y fue corriendo al lugar dónde se producía el ruido
—¿Qué haces mi pequeño demonio glotón? – preguntó con diversión
Euphemia se había metido a la boca una cucharada de mermelada
—Se me antojó
El rubio sonrió y se sentó frente a ella, el departamento era todo un caos, con cajas por todos lados listos para ser llevados a su nuevo hogar
—¿Tienes antojo de algo más?
Euphemia lo miró
—Si
Él se levantó de inmediato para ir por una sudadera pero ella lo detuvo
—No tienes que salir
—¿Quieres que preparé algo?
Desde que se enteró del embarazó no dejaba que Effie hiciera algo, mucho menos acercarse a la cocina e incluso el mismo se encargó del papeleo que informaría su salida de la firma
—Tú eres mi antojo – acarició su abdomen por debajo de su playera
—Effie no, no quiero que hagas movimiento fuera de lo normal
Ella bufó y se cruzó de brazos
—Si por ti fuera estuviera acostada todo el tiempo
—¿Se podría?
Effie rodó los ojos y se fue a la habitación
Mike dio un suspiro antes de seguirla
—Mi pequeño demonio embarazado, no llores
Euphemia quería reír por el apodo pero las lágrimas salían por si solas
—El doctor dijo que no había impedimento para follar – comenzó a llorar
—Lo sé, pero me da miedo – le limpió las lágrimas —. Amor no es por presumir pero mi polla se marcaba en tu vientre cuando te follaba, no quiero lastimarte ahora que tienes a nuestro bebé ahí – acarició la barriga de su esposa
—Eres un presumido – sollozó
El rubio sonrió, le parecía cómicamente tierna la situación
—Quita esa sonrisa maldito egocéntrico – chilló —. Prometiste que cumplirias todos mis antojos y me mentiste – volvió a llorar más fuerte
Él suspiró pesadamente
—¿Sólo la punta de acuerdo?
Mike soltó una risita al ver que su esposa paro de llorar de inmediato
