Todos tenemos una historia, somos lo que hicimos y lo que hacemos.
Hoy como todos los días tienes una elección; puedes seguir por el camino de siempre gastando tu tiempo como sueles hacerlo o puedes ser heroica y tomar un camino épico.
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Pero no todo iba a ir de maravilla, días después Euphemia estaba por salir de casa cuando la madre de Rose le llamó avisándole que quizá no pasaría de ese día
Su corazón latía mientras las lágrimas salían, corria por el pasillo del hospital hasta llegar a su habitación, ahí la encontró en un muy mal estado, llegó justo cuando el doctor le dijo a su madre que era mejor que empezará a despedirse
—Rose – musitó en lágrimas
La castaña tenía los ojos cerrados como si hubiera caído en un profundo sueño
—No te vayas Rose, sé que suena muy egoísta pero aún no estoy lista – lloró en su pecho —. Por favor un poco más de tiempo – suplicó
A pesar que mantenía los ojos cerrados era consciente de lo que pasaba, simplemente estaba cansada que sus párpados no cedían para abrirlos, escuchó el llanto desgarrandor de Effie, sus súplicas y sentía su tristeza
—Aún no hemos terminado la lista
<<Sólo un intento más, solo déjame un tiempo más para irme sin que me sienta tanto>> suplicó como si hablara con un ser omnipotente
Fuese su determinación o un milagro ese día pero a sorpresa de su doctor se logró recuperar, logro salir del hospital como si nada hubiera pasado
Euphemia puso prisa para reservar el viaje a Italia pero todo se le estaba complicando, le pidió a Erwin unas vacaciones prolongadas y él aceptó sin dudarlo externando su apoyo para cualquier cosa que pudiera ayudarla incluso junto a Olivia estaban en búsqueda de aquél viaje al país soñado de Rose, pidió ayuda de Mikasa y los chicos para que cuidarán de sabueso, estaba bastante estresado de no salir en días hacer ejercicio
Estaba frente a su computador cuando tocaron el timbre, miró el interfón digital... Mike estába ahí
—Pasa – le habló por el intercomunicador
Apretó un botón para que su puerta principal se abriera en automático, Mike entró a su casa notandola sentada concentrada en su búsqueda
—¿Cómo estás?
—Algo estresada – se sinceró —. Todos quieren ir a Europa en estas fechas – bufó
—¿No has encontrado nada aún?
Euphemia negó
—Bien
La bicolor lo vio con el ceño fruncido
—No me mates antes de tiempo – rio nervioso —. Toma – deslizó un sobre tamaño carta —. Vengo a salvar tu lindo trasero – le apretó la nariz ganándose un manotazo de la mujer haciéndolo reír
