Todos tenemos una historia, somos lo que hicimos y lo que hacemos.
Hoy como todos los días tienes una elección; puedes seguir por el camino de siempre gastando tu tiempo como sueles hacerlo o puedes ser heroica y tomar un camino épico.
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Euphemia estaba sentada en una banca mirando a los mellizos en los juegos infantiles del parque, sonreía al verlos tan felices, recordó lo que Galliard había comentado sobre como los pequeños exclamaban Zacharius por todos lados
—Por favor bebé saca algo de mi – rogó —. Y si eres niña no seas rubia – susurro para después reírse levemente
Últimamente el regulador de su temperatura estaba alterado por lo que el clima se extra limitaba en ella, usaba una sudadera de Mike que ocultaba perfectamente su embarazo por lo grande que le quedaba y sus manos frías las resguardaba en el bolsillo de enfrente para calentarlas
Ilse y Dita vigilaban parados al otro extremo a los mellizos como a Effie, todo parecía relativamente normal pero su tranquilidad se vería interrumpida
—Quién viera a la infame Euphemia Silver acabada y de niñera – soltó Sarah burlona sentándose a lado de ella
Vestía lo más pretenciosa posible, vestido de diseñador, un maquillaje cargado, zapatillas elegantes y su cabello rubio daba a notar que había salido de la peluquería
Ilse mantenía su vista fija en los niños mientras Dita tenía toda su atención en la esposa de su jefe esperando un gesto minúsculo por parte de Effie que le indicará intervenir
—Deja de fastidiar, pareces estar obsesionada conmigo
Mantenía la calma, lo que menos quería era armar un espectáculo, además de evitar alterarse para cuidar de su bebé
—Mike seguramente se estará hartando de ti, ya no eres nada interesante, supongo que todo lo que le atraía de ti se esfumó al no ser ni la sombra de lo que eras antes
—No sabes ni de lo que estás hablando – rodó los ojos
Se levantó pero Sarah la tomó del brazo ejerciendo un poco de presión
Aquello fue suficiente para alertar a Dita y caminar a paso apresurado a su dirección
—¿Qué se siente? ¿Qué se siente tener tanto talento pero ser un fracaso? Ni siquiera fuiste lo suficiente para ser una simple catedrática
Aquellas palabras la hirieron profundamente, la rubia había dado en el blanco y sonrió cuando notó que sus ojos comenzaron a enrojecerse
La impotencia le invadió, el no poder contener sus emociones y darle la satisfacción de verla herida la inundó de profunda rabia
—Adios Euphemia, prometo tratar a tu marido como se merece cuando esté entre mis piernas
Dita llegó y alejó a la mujer de un empujón poniendo a Effie atrás de él
—A sus órdenes Señora Zacharius – dijo él sin dejar de ver a la mujer
Sarah volvió a reír burlona al verla paralizada, había conseguido que tuviera un tormento dentro de su cabeza
