Todos tenemos una historia, somos lo que hicimos y lo que hacemos.
Hoy como todos los días tienes una elección; puedes seguir por el camino de siempre gastando tu tiempo como sueles hacerlo o puedes ser heroica y tomar un camino épico.
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—Que adorable te ves mi pequeño demonio embarazado – le pellizcó su nariz
—Que fastidió que hagas eso – chilló exasperada dándole un manotazo —. No recordaba lo cómodos que eran los overoles
—Para mi son difíciles de quitar
Euphemia soltó una risita dándole un golpe en el pecho
—Nos vemos más tarde mis amores – Mike beso su pancita y luego los labios de su mujer —. Adiós diablillos – se despidió dándoles un beso en sus cabecitas
—Adios papi – dijeron al unísono
—Dita, Ilse se los encargó por favor – tomó su maletín y salió apurado
—Vámonos niños o llegarán tarde
—Ya vamos mami – se levantaron para ir a lavar sus dientes y bajaron apresurados
Se fueron en el auto que conducía Ilse,el trabajo de la joven era directamente cuidar de los mellizos y esperarlos hasta que salieran mientras Dita era el cuidador directo de Effie
—Adios mis bebés, se portan bien – les dio un beso
—Eso dile a Otis – Pol rodó los ojos y se metió a la escuela
—Otis – Effie lo miró
—No prometo nada – corrió para entrar rápido
—Es un cínico igual que su papá – dramatizo haciéndo que Ilse soltará una risita —. Te los encargo cariño – tocó el brazo de la joven
—Así será – le sonrió
Se fue con Dita al Mall, compró lo que necesitaría para dar sus clases, estaba emocionada y no escatimaba en gastos metiendo al carrito todo lo que le gustaba
—¿De qué te ríes? – preguntó divertida
—Euphi, sus alumnos son jóvenes ¿Por qué compra estrellitas doradas y sellos de dibujitos?
—Te parecerá increíble pero no sabes lo felices que los hace cosas así – dijo entre risas —. Dar clases aburridas no es lo mío Dita – rieron —. ¿Quieres algo? Mi esposo invita – le enseñó la Black Card
—¿Le robo su tarjeta de nuevo? – alzó una ceja divertido
—No es robo, es un préstamo – corrigió con una pizca de sarcasmo
<<Además ya se cobró está mañana>> recordó el pequeño mañanero
—¿No tiene antojó de comer algo?
—Me leíste la mente – pagaron y fueron a comprar a la cafetería
Dita era un hombre agradable tras la fachada ruda que ponía cuando entraba en su papel de guardaespaldas, al igual que Ilse le fue inevitable encariñarse con la familia Zacharius, sin embargo, la mirada de una persona con suposiciones equivocadas estaba sobre ellos tomándoles fotografías y enviándoselas a Mike
